Ramón Lunar, el ‘orgullo de Caruca’, quiere jugar en Grandes Ligas

Lunar fue el primera base del Todos Estrellas de la Serie del Caribe del 2014
Por Duanys Hernández

Ramón Lunar Armenteros es junto a Alejo O´Reilly, Yoide Castillo, Michel Perdomo y Yulexis La Rosa uno de los orgullos beisboleros de Quemado de Güines, un pequeño municipio de la provincia de Villa Clara que cifra en la escultura del Guajirigallo su monumento mayor.

Abandonó la Isla en plena madurez deportiva, tras siete Series Nacionales en las que pareció ser el gran bateador que esperaban los villareños, aunque nunca lo logró. Entre los fans naranjas se hizo célebre también por su juvenil y desparpajada interpretación de un reggaetón de moda (“¡A mi no me digas ná, si se va a formar que se forme!”) cuando los Naranjas tenían toda la inspiración de ser campeones…y no lo fueron.

Todavía sus admiradores creen que por la versatilidad atlética que muestra podría ser contratado como comodín en un equipo de las Grandes Ligas. OnCuba trata de dilucidar junto a él estas y otras dudas.

Los conocedores del béisbol no saben que estuviste en un Panamericano infantil. ¿Cómo recuerdas esta competencia?

Allí fue por Cuba todo el equipo Villa Clara. En aquel momento iba una provincia. Fue en México, en el estado Sonora, en la ciudad de Hermosillo. Allí la participación no fue la mejor pero alcanzamos ganar algunos juegos y fue una experiencia muy bonita.

Lunar, te costó trabajo llegar a las Series Nacionales. Irrumpes con éxito en la pelota cubana gracias a la Liga de Desarrollo en la segunda mitad de la SN 48, donde promediaste 354, diste 8 jonrones e impulsaste 25 carreras, en solo 45 juegos. ¿Qué importancia le atribuyes a estos torneos que desaparecieron y que han sido rescatados mediante una Serie Nacional sub-23?

Sí, me costó llegar. Estuve en varias ligas de desarrollo que me sirvieron de mucho pero la más importante fue la que se jugó paralela a la serie nacional. Pienso que la calidad de esa liga de desarrollo fue excelente. Teníamos un equipo muy bien conformado, a la postre, varios terminamos en el primer equipo, como Dian Toscano, Alain Sánchez, Yuniel Cabrera y Yasmany Hernández Rojas.

Creo que es una buena opción de la comisión nacional por desarrollar jugadores que no tienen tanto juego en las series nacionales. De ahí salen las futuras estrellas de nuestro béisbol.

Muchos especialistas hablan del síndrome del segundo año. Sin embargo la SN 49 fue tu mejor campaña (346 de promedio, 18 HR y 84 CI) e incluso fuiste campeón mundial universitario. ¿A qué se debió un resultado tan notable?

La segunda serie para mí fue algo difícil también porque me preparé bien para ella con fuertes entrenamientos, como se hacen en nuestra provincia de Villa Clara. Lo que no tuve un buen rendimiento en los entrenamientos y no abrí jugando regular. Esa decisión no me gustó porque en la serie anterior yo decidí varios partidos en los play off para mi equipo, pero, bueno, así es la vida.

Eso me dio ganas de seguir adelante y nunca me di por vencido, y dije: “cuando me den un chance lo voy aprovechar”, y así fue me mantuve bateando bien toda la temporada y hasta me seleccionaron para el mundial universitario.

Tu diferendo con el lanzador avileño Vladimir García marcó pautas en los enfrentamientos entre los dos equipos. ¿Qué pasó realmente entre ustedes después de los jonrones que le conectaste y los bolazos que te propinó?


No tengo nada en contra de Vladimir, es un gran lanzador pero a veces hay que darse a respetar en un terreno de pelota. Creo que me estaba faltando al respeto al punto que pudieron haber terminado mucho más violentamente nuestros enfrentamientos. En el béisbol tiene que haber cierto respeto del bateador hacia el pítcher, y viceversa. En el béisbol extranjero eso está bien definido, pero en Cuba se ha perdido un poco.

Fuiste seleccionado como el Primera Base Todos Estrellas de la Serie del Caribe de 2014, donde Cuba terminó en muy mal lugar. ¿Cómo recibiste la designación ante el desastroso resultado colectivo?

La Serie del Caribe de Margarita fue un paso para probarme en el extranjero ya que nunca lo había hecho y más a ese nivel que tienen las Series del Caribe. Tuve un resultado bueno en lo personal que me alegró mucho aunque por otra parte estuve triste porque que mi equipo no pudo clasificar.

Cuando todos pensaban que serías el inicialista del equipo Cuba vino una baja ofensiva estrepitosa con el VCL (solo 237 de AVE con solo 7 extrabases) pero mostraste otra cara cuando te tomaron como refuerzo en Pinar del Río (314/401/455) ¿Por qué rendimientos tan dispares en un mismo campeonato?

Soy un atleta muy dedicado para mi entrenamiento. Estuve todas las vacaciones entrenando para el tope de los americanos que se efectuó en Matanzas y Pinar, donde tuvimos un buen resultado. Después fuimos para un tope de amistad a Colombia, regresé y me incorporé a los entrenamientos del Villa Clara.

En la preparación estaba en una forma excelente debido a la misma preparación de los topes que enfrenté pero cuando empezó la serie después del juego 10 no podía con el bate y eso trajo consigo una frustración inmensa con el desespero de batear. Un entrenador me dijo «tranquilo que en la segunda vuelta tú mejoras», y así fue. Con Pinar parece que fui soltando las cargas y me fue mejor pero en Villa Clara siempre rendí y me morí por ese equipo.

¿Cuál fue el motivo de tu salida del país?

Mi motivo de salida es para probarme en este béisbol, si Dios me lo permite. No tengo nada en contra de mi país. Siempre seré cubano donde quiera que esté y para los villaclareños, como dice el locutor Normando Hernández, espero seguir siendo «El orgullo de Caruca», mi madre hermosa, mi inspiración.

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