Pinar amenaza con barrer a Industriales, ganan Las Tunas y Artemisa (Todos los juegos por 1 carrera)

Los Vegueros de Lazo enjaularon por segundo día a los Leones de Víctor Mesa, pese a que los habaneros recortaron diferencia en el noveno y se quedaron a una carrera del empate.
Los Vegueros de Lazo enjaularon por segundo día a los Leones de Víctor Mesa, pese a que los habaneros recortaron diferencia en el noveno y se quedaron a una carrera del empate. 
Por Norland Rosendo.

Con los resultados de este sabádo, la tabla de posiciones de la serie nacional de béisbol se mantiene partida en dos, pero ahora la división se corrió un poquito a favor de la expectativa por los dos últimos boletos a la postemporada. Fueron tres juegos definidos por una carrera en los que el suspenso estuvo hasta el out 27 y hoy pudiera ponerse mucho más interesante el campeonato.


Los Vegueros de Lazo enjaularon por segundo día a los Leones de Víctor Mesa, pese a que los habaneros recortaron diferencia en el noveno y se quedaron a una carrera del empate. Desde el mismo inning de apertura los pinareños se habían ido delante por un Grand Slam de William Saavedra, quien disparó otro batacazo, pero con las bases limpias, en el quinto episodio.

Lazo optó por darle la bola a Frank Luis Medina, un habitual relevista, que cumplió con creces la misión para anotarse la victoria, en juego que salvó Andrés Castro, su primer tapón en la temporada. Al final, el duelo concluyó 5-4 y avivó las esperanzas de los muchachos de Lazo de colarse en los play off. Si completan la barrida se colocarían a solo dos rayas de los Azules y quizá hasta más cerca de Granma, ocupante del cuarto puesto en el ordenamiento.

Los actuales campeones nacionales estuvieron a unos centímetros de una proeza. Quien vio cómo los Leñadores de Las Tunas pisaron diez veces la goma en el segundo capítulo, imaginó en nocaut o hasta supernocaut. Si apagó el televisor o el radio o se fue del estadio Mártires de Barbados, hizo mal; muy mal.


Carlos Martí no actuó como habitualmente hacen otros mentores: sentar a sus regulares y dar el juego por perdido. Nada de eso, siguió con sus mejores hombres en el terreno y fue descontando poco a poco, como el que no quiere las cosas, inning a inning, carrera a carrera, y en el noveno le pasó como a Industriales, le faltó una para igualar el marcador.

Con empate en tercera y gane en segunda, hubo un batazo pegado a la línea del jardín izquierdo que picó en zona foul por estrecho margen. Ya usted imagina cómo se pusieron los nervios de los tuneros y la algarabía de los fieles anfitriones que no abanadonaron a los suyos.

Fue un noveno capítulo en el que Guillermo Avilés se pasó 15 minutos consumiendo su turno al bate, pues Yosber Alarcón se demoraba en exceso, pese a que su hermano y compañero de batería, Yosvany, trataba de darle seguridad. Al final, Avilés ganó el boleto y un Alarcón fue expulsado por el árbitro. Pero no fue ni el pitcher ni el cátcher.


Transcurría tanto tiempo que el imparcial pedía agilizar el juego, y el que pagó los «platos rotos» fue Yordani, el atensalista, descompuesto por el comportamiento arbitral con su hermano, el lanzador. Lo cierto es que en tiempos en que a nivel mundial se buscan alternativas para recortar la duración de los partidos, por muy complejas que sean las situaciones del juego, nada justifica esos excesos: 15 minutos en un solo turno al bate es un average fatal.

Pablo Civil llamó entonces a Diego Granado para que le pusiera fin al suplicio en que se había convertido lo que parecía un triunfo seguro. El muchacho logró a duras penas preserar el éxito y llegar a su décimo salvamento, aunque no pudo evitar que los Alazanes llegaran a una decena de carreras. Flemático sacó el out 27 por la vía del ponche, después del batazo extraviado que hubiera propiciado una remontada antológica. El desafío finalizó 11-10.

Bien por Martí, quien no regaló el juego temprano y pensó también en la afición granmense que se quedó en el estadio Mártires de Barbados o en los que lo seguían por los medios de comuncación.


Guillermo Avilés disparó un vuelacercas en la larga tarde bayamesa, que tuvo en el pitcher camagüeyano devenido tunero Dariel Góngora al vencedor, en detrimento de Alain Sánchez, a quien la hermética defensa de los granmenses ayudó a que se fuera temprano a las duchas.

El agónico triunfo tunero sirvió para que estos se despegaran a dos juegos de los Cocodrilos de Matanzas, contenidos por los Cazadores de Dany Valdespino en un excelente duelo de lanzadores entre dos miembros del equipo nacional, el derecho Vladimir García y el zurdo Yoanni Yera. Solo un bambinazo del artemiseño Jorge Enrique Alomá rompió la cadenas de ceros que ambos pitchers estaban eslabonando, y esa carrera fue la única que se subió a la pizarra del Victoria de Girón.

Ahora, Las Tunas (48-24) y Matanzas (46-26) andan escapados en los puestos de vanguardia, mientras Industriales (42-31) y Granma (40-30) han visto pegarse a las escuadras de Pinar del Río (38-35) y Artemisa (37-35).

Hoy domingo se tensa la cuerda o se relaja un poco. Parecía que las emociones iban a hibernar hasta la postemporada, pero diciembre ha empezado con intenciones de despertarlas antes de tiempo.

Con información tomada de Juventud Rebelde


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