Llego la hora del despegue definitivo de Yasiel Puig

La estrella cienfueguera viene de una temporada espectacular, que de repetirla le puede encumbrar
La estrella cienfueguera viene de una temporada espectacular, que de repetirla le puede encumbrar
Por Marino Martínez

El cubano Yasiel Puig iniciará su sexta temporada con los Dodgers de Los Angeles. Y el 2018 pudiera ser decisivo en sus aspiraciones de llegar a ser una superestrella de Grandes Ligas.


Recordamos que cuando Puig debutó en el 2013 con su juego electrizante, su fuerza al bate, su excelencia como fildeador, su brazo poderoso y su velocidad de piernas, se convirtió en un imán para los fanáticos de los Dodgers.

Por sus virtudes naturales se pensaba que el cienfueguero podía ser en corto tiempo uno de los mejores peloteros de Grandes Ligas. La realidad es una: hasta el día de hoy sólo ha sido un buen jugador con mucho talento, sin ser esa superestrella que todos esperaban.

Sus enemigos principales no han sido los lanzadores rivales, su enemigo ha sido él mismo. Pues después de transcurrir la primera temporada y la mitad de la segunda, su rendimiento comenzó a bajar debido a las indisciplinas cometidas dentro y fuera del terreno de juego.



A mi juicio, a Puig le afectó una combinación de juventud, celebridad y millones de dólares en su cuenta bancaria en muy corto tiempo, luego de llegar de Cuba sin un centavo en su bolsillo.

Cuando no se tiene experiencia cualquier atleta puede pasar a ser de un joven prometedor a uno malogrado por algunas tentaciones negativas que trae consigo la fama y el dinero.

En aquel momento consideré que el cubano necesitaba aprender que a lo largo de la historia suman miles los atletas con talento excepcional que se malograron por arrogancia e indisciplina.

Solicité que lo bajaran a Ligas Menores para que los humos se le bajaran de la cabeza, pues de seguir con sus errores, un hombre con enorme talento podía terminar jugando en la Liga Nica que se desarrolla en Miami.



Hubo críticas. Algunos por fanatismo, otros por ignorancia de la historia y los menos por no entender la razón de mi petición. Incluso, me llamaron de programas de radio y televisión para que explicara mis razones.

Siempre mantuve mi opinión. La vida me volvió a dar la razón, pues a las dos semanas de escribir mi columna y comentar por emisoras radiales y televisivas, a Puig lo enviaron a Ligas Menores.

Mi idea siempre fue ayudar a un joven que se estaba descarrilando. Ahora, estoy orgulloso de aquella decisión digna y valiente que sirvió para la recuperación del cubano.

Puig regresó a los Dodgers con nuevos bríos. En el 2017 tuvo su mejor año al terminar con 28 jonrones, 74 impulsadas y 15 bases robadas. A la defensa cometió un error en 135 partidos.



Su mente está renovada, convencido de que en Grandes Ligas hay que entrenar fuerte y con disciplina para triunfar, pues miles de jóvenes esperan por la oportunidad para lograr sus sueños.

El cienfueguero cumplirá 28 años el próximo 7 de diciembre. Esta temporada puede marcar la diferencia entre el buen jugador que ha sido hasta el momento, y la gran luminaria que todos creemos pudiera ser.

Esperemos que lo demuestre para que ubique su nombre al lado de legítimas estrellas cubanas de Grandes Ligas como Orestes Miñoso, Tany Pérez, Tony Oliva, Luis Tiant, Camilo Pascual, Miguel Cuéllar, Rafael Palmeiro, Adolfo Luque, Bert Campaneris, José Cardenal, Tony Taylor y Octavio Rojas.

Le deseo lo mejor a Yasiel Puig.


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