En Róterdam ganamos, pero… ¿aprendimos la lección?

Triunfo a expensas del brazo de Maikel Folch, 9 anotaciones por 3, sobre su similar de Holanda, fue la buena noticia que trajo el equipo Cuba, que se lleva su octavo título, en su incursión por los Países Bajos en este 2009.
Marca de 9 victorias en 10 salidas terminó siendo la actuación del Cuba en el mayor suceso del beisbol internacional que organiza el continente Europeo, y a pesar de considerarse este como un evento de segundo nivel, momentáneamente termina la sed de oro del equipo nacional de beisbol.
Buen provecho sacaron la mayoría de las figuras jóvenes del plantel cubano y de paso acumularon algo de experiencia en lides internacionales, acto necesario frente a equipos Cuba que eran prácticamente inamovibles y justificaciones como “tal pelotero no hizo el grado pues le faltan horas de vuelo en el extranjero”.
Sin embargo creo que aun no hemos sacado provecho de las derrotas anteriores y que males de hace muchos años siguen sin solucionarse.
Primero quiero una ronda de aplausos para los integrantes del equipo por traernos el triunfo y por quienes los seleccionaron, pues increíblemente dos relevistas naturales se las agenciaron para incluirse entre los 24.
Un Aleluya para Adonis García, Yoelvis Fiss, Ariel Borrero, Eriel Sánchez, Yoilan Cerce, Maikel Folch, Miguel Alfredo González, Miguel Lahera y Vladimir García, que lucieron de maravillas y se abren, con mero talento, las puertas para empeños mayores.
Un último cumplido para Roger Machado, que debutó ganando y dice el refrán que “Quien da primero da doble”
Pare, Stop, Deténgase. Se acabaron las Loas, pues otra vez hubo pifias desde la misma concepción del conjunto.
Desde mi perspectiva, al equipo le faltaron bateadores de fuerza (5 bambinazos, repartidos entre 4 beisbolistas, en 10 juegos parecen darme la razón) otra vez la idea de un conjunto de férrea defensa, velocidad en las bases y buen picheo de los años 60 y 70 nos acecha.
De nuevo llevamos tres receptores, cuando Camagüey y Ciego de Ávila se las arreglaron para usar solo dos en la pasada Serie Nacional del 2009 con 90 encuentros de duración (personalmente creo que Meriño debe desplazarse de posición si quiere seguir jugando pelota), mientras que La Rosa, Roberto Carlos, Monteagudo y Padrón vieron muy poco juego, con 7, 6, 4 y 4 veces al bate respectivamente en la clasificatoria.
El picheo lució extraclase y aunque no debemos confiarnos, por la calidad del evento, los 8 lanzadores plasmaron un promedio colectivo de limpias por juego de 1,50 que parece de ensueño y nos brinda mucha esperanza. Pero (siempre hay peros con el Cuba) cinco lanzadores distintos realizando aperturas en diez juegos, demasiados. El colmo fue que Jorge Padrón lanzó una entrada; totalmente innecesario y ridículo. El juego por el oro lo ganó Folch, que salió de relevo y cabe preguntarse: ¿los que fungieron como apagafuegos y tenían esta responsabilidad, no eran lo suficientemente buenos para hacer su tarea y nos vimos en la necesidad de traer un ABRIDOR a controlar las acciones? Definitivamente el concepto abridor-relevista-cerrador sigue sin estar en castellano, pues acá en Cuba no lo entendemos.
Vale mencionar que a la defensa el Cuba solo cometió una marfilada, a la cuenta de Borrero y esto habla muy bien de las manos, brazos y puntería de nuestros jugadores.
Sé que habrá quien me tilde de criticón, quien no comprenderá como después del triunfo me quejo y quien hablará muy mal del periodismo tras estas líneas, sin embargo me siento identificado con mi beisbol, sueño en grande y no pretendo engañar a nadie con falsos elogios, que después serán lagrimas, donde los culpables seremos nosotros, los propios periodistas, callados ante los errores y permitiendo a toda una fanaticada pasar por alto las pequeñas cosas que definen grandes juegos. La geografía y estrategia del beisbol ha cambiado mucho en este nuevo milenio, tenemos que ajustarnos y navegar a favor, que hay mucho terreno que recuperar.
Christy Mathewson (estelar lanzador de los Gigantes de Nueva York en las dos primeras décadas del pasado siglo y tercero en victorias en las Mayores de todos los tiempos con 373) una vez dijo: "You can learn little from victory. You can learn everything from defeat." (Se puede aprender poco del triunfo y mucho de la derrota). Yo digo que sabiamente, debemos aprender de ambas cosas. ¿Estamos listos?
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu.

Comentarios

Síguenos en Facebook