Tomado de Beisbol por Siempre. Estadisticas complementarias Daniel de Malas.
Cansado de esperar por una oferta que no acaba de llegar, el lanzador cubano ha optado por el camino del retiro, con la esperanza de que la vida le ofrezca nuevas sorpresas más allá del béisbol y con el convencimiento de que el deporte le ha dado mucho más de lo que podía esperar, publica hoy el periodista Jorge Ebro haciéndose eco de la noticia dada por Ken Rosenthal, de FOX Sports, vía Tweets.
“Sí, me retiro y no lo hago con tristeza, sino con la convicción de que ha llegado el momento de hacer otra cosa’’, expresó el pinareño, de 35 años. “Por lo pronto, quiero pasar cada momento posible con mi familia, especialmente con mis dos niñas, Daniela y Grabriela. Mis seres queridos se han sacrificado por mí. Quiero recuperar todo el tiempo perdido’’.
Gran parte del problema se debió a las lesiones, sobre todo una cirugía de codo que le hizo perder la temporada del 2008. Sus dos últimas contiendas las pasó con los Filis de Filadelfia, pero Báez podía advertir que su situación era difícil dentro de un equipo que presumía de tener el mejor cuerpo de pitcheo –al menos en nombres- de las Grandes Ligas.
Baez escapó en los Juegos Panamericanos celebrados en Winnipeg, Canadá, en 1999, con la idea de probarse en las Mayores.
Dos años más tarde hacía su debut en la gran carpa con los Indios de Cleveland, con los cuales se desempeñó en todas las aristas que puede ofrecer un cuerpo de pitcheo.
Lo mismo trabajó en el relevo largo, que preparó el camino al taponero, que abrió juegos, que cerró partidos, hasta la campaña del 2003.
Pero su gran momento vendría durante su paso por los Rays de Tampa Bay, para los que se convertiría en un cerrador de élite al sumar 71 rescates en dos temporadas y se ganaría una invitación a un Juego de las Estrellas en el 2005.
Tras 10 años en la Gran Carpa Danys Báez se deja un record de 114 juegos salvados y 505 ponches en 697 entradas de actuación.
De los 533 juegos que lanzó en las Mayores solo 26 fueron como abridor y eso ocurrió en el 2002, mientras militaba con los Indios de Cleveland.
El número 55 fue el más utilizado por el lanzador cubano y se estima que su retribución, en términos salariales, tras una década en la MLB oscila sobre los 43 millones de dólares.
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