Epitafio a uno de mis favoritos (Rigoberto López 1978-2013)

Por Daniel de Malas

El pasado 16 de enero de 2013 falleció en Terapia Intensiva del hospital “La Dependiente” uno de los peloteros que tuve el gusto de dirigir por casi una década, víctima de un derrame cerebral, que le cegó la vida, a los 34 años, en poco más de 24 horas. Sirvan estas palabras como despedida a uno de mis mejores amigos y uno de los peloteros más conocidos dentro del beisbol provincial de la capital.

Rigoberto López Lores

04/07/1978-16/01/2013

Bateó y tiró a la zurda, aunque ocasionalmente jugó con su equipo favorito, Lobos de Zanja, la segunda base y la receptoría, donde utilizó la derecha como brazo de tirar.

Jardinero central o izquierdo la mayoría de su carrera y colocado en los primeros turnos de la alineación, por su habilidad para embasarse, su velocidad de piernas y su eterna puja hacia delante en pos del triunfo.

Rigoberto trajo perenne deseos de ganar al terreno de beisbol y una “guapería” sin par, que le convirtió en favorito de la fanaticada y enemigo de sus rivales. Fue un buen robador, extremadamente agresivo en las bases, con sobresaliente zona de strike y un brazo, que nunca fue fuerte, pero sí muy certero.

Tuvo la habilidad suficiente para hacer preselección a Ligas de Desarrollo a finales de los 90 y en el presente siglo fue conocido por todos como Rigoberto “Ichiro” López, por su estilo de juego muy similar al estelar pelotero japonés.

En Serie Provinciales jugó en sus primeros años con el representativo de la Habana Vieja y más tarde con la Plaza de la Revolución, siendo miembro del plantel del 2012, que logró lugar histórico para el municipio, al incluirse en la Final del evento y llevarse el segundo puesto.

Sin embargo fue con los Lobos de Zanja (también conocidos como los Lobos de la COCO) donde Rigo más disfrutó el juego de beisbol, donde tuvo más protagonismo y donde sin dudas fue pilar fundamental de la era de Oro de este conjunto tremendamente conocido en las Ligas Sociales de La Habana.

De manera general en 12 temporadas con los Lobos logró un average de por vida de 371(noveno de todos los tiempos y segundo entre los que tienen 450 comparecencias o más), producto de 139 imparables en 375 VB, con 122 anotadas y 68 bases robadas en 136 partidos jugados. Rigo fue 8 veces campeón robador y dos veces líder de los bateadores, siendo la primera de estas aun el record de mayor average para el equipo, con 588, pues dio 10 hits en 17 visitas al plato.

Rigoberto fue seleccionado en par de oportunidades Jugador Más Valioso (MVP), logró alzarse con el título 5 veces con sus queridos Lobos, aunque la primera de ellas (2007) quizás fue donde mejor lo saboreó, al dejar al campo a Giraldillos (equipo plagado de prometedoras figuras, entre ellos Stayler Hernández), con hit al izquierdo con las bases llenas en el noveno.

Lógicamente Rigo tenía fisuras, pues nunca descolló por su fuerza al bate, ni la potencia de su brazo y su gran debilidad era la bola adentro, no obstante muy pocos lanzadores en su carrera se atrevieron a pegarle un lanzamiento, pues su modesta estatura (1,67 m) fue todo lo opuesto a su valor y pocas veces dudaba en ponerlo de manifiesto.

Rigoberto fue digno hijo de Shangó entre los orishas y un perfecto Ecoco-Musarobia entre los Abacua.

Todos los que jugamos con él estamos orgullosos de haber estado a su lado, celebrando títulos o lamentando derrotas, y si bien es cierto que se nos fue inesperadamente y mucho más rápido de lo que hubiéramos querido, sabemos que vivió su vida a gusto y disfrutó mucho de la compañía de su esposa y sus tres hijos, a los que deja un gran ejemplo, como padre, como hombre, como amigo y como pelotero. Pero sobre todas las cosas los que le extrañaremos en el terreno, estamos al tanto de que nadie estuvo más vivo que él entre las líneas de cal y que su recuerdo será imperecedero por el resto de los días. Una funeraria repleta de los suyos y una calle Zanja con tráfico paralizado mientras todos sus amigos, hermanos y familiares cargaban su ataúd, son más que prueba de esto.

A nadie se le adviene mejor la frase que una vez George Sisler le dedicara a Ty Cobb:
“…el juego de Rigo era algo que debía ser visto, y una vez que lo hacías lo recordabas por siempre...”

Nos veremos Rigo,

¡Zanja cerrao!!!