Otra muestra del desorden en el beisbol cubano.

En la jornada del miércoles pasado el inicialista guantanamero Yoennis Southeran vio trunca su cadena de lances sin cometer errores y acto seguido decidió, por que en Cuba todo eso se permite, agredir al anotador del encuentro, por lo que en estos instantes está en espera de sanción. Vale preguntarse: ¿Hasta cuándo es esto?
Antes de interiorizar en el tema les voy a dejar con el extracto de la noticia publicada por Juventud Rebelde el pasado día 30:
Desafortunadamente, siguen sucediendo cosas que lamentar en el desarrollo de esta campaña beisbolera, y esta vez la noticia llega desde el Oriente, pues el guantanamero Yoennis Southeran se encuentra en espera de la medida que debe aprobar en los próximos días la Comisión Nacional.
El inicialista del Guaso, quien llevaba una extensa y recordista —a nivel nacional— cadena de lances consecutivos sin cometer errores, agredió al anotador del partido de su equipo frente a Las Tunas el pasado miércoles, en el que quedó trunca su racha de 2 226 inmaculados lances, ejecutados en 231 juegos, según los archivos de Daquinta.
La cadena comenzó un 12 de febrero de 2010, después de cometer un error en un foul fly conectado por el matancero Yoandy Garlobo, y terminó el 27 de marzo de 2013, al pifiar sobre un roletazo del tunero Yunieski Larduet. La cadena duró tres años, un mes y 15 días.
De esa forma, Southeran se quedó muy cerca de los 2 379 lances perfectos, récord absoluto en poder el inicialista estadounidense Casey Kotchman, que jugó durante ese período en cuatro equipos de las Grandes Ligas. La cifra más alta de juegos sin cometer errores pertenece al jardinero Darren Lewis, quien se mantuvo 392 juegos consecutivos sin fallar mientras militaba en los Atléticos de Oakland y los Gigantes de San Francisco, también en la Gran Carpa.
Es lamentable que el guantanamero se haya quedado tan cerca de esa plusmarca, pero más doloroso aún es que reaccionara violentamente, algo que no debe pasar inadvertido.

Hasta aquí la nota del colega Raiko Martín.
Quiero dejar claro un particular con el recordista y enseguida les traigo mi opinión sobre cómo se está viviendo en la Series Nacionales.
Nunca seguí la cadena de Southeran (a pesar que soy fanático a los records), pues fui testigo de una cobardía de su parte en el estadio Latinoamericano la pasada campaña. Y es que el inicialista de Guantánamo, en total egoísmo y defensa de su “record”, estando jugando en el Coloso del Cerro en la temporada del 2012, cuando le quitó el guante a un batazo duro que venía a la altura de la cara, evitando así un error y logrando que el público presente le abucheara por su actitud (tema que le critique al guantanamero al aire en Tribuna Deportiva en su momento). La bola pasó a los jardines como “hit” y la “inmaculada marca” continuó su camino.
Vamos a lo que verdaderamente me interesa, que es la situación actual del beisbol cubano.
La actuación de Southeran no es más que un caso, dentro de un sin números de historias en la pelota de la isla, que muchos se inclinan por obviar y otros niegan.
Dentro de la Serie Nacional las agresiones verbales, los gestos desmedidos, las faltas de respeto deben ser sopesadas, consultadas y resueltas por la Comisión que rige el deporte, pero las agresiones físicas, entiéndase utilizar un bate como arma, caerle a golpes un atleta en plenitud de forma a quienes ya vieron pasar sus años mozos y el uso de armas blancas (por suerte en menor cuantía) deben ser juzgadas y castigadas por la ley y no olvidadas y perdonadas, como ha ocurrido en infinidad de ocasiones con el beisbol y todos los deportes en Cuba.
¿Qué sentido tiene que un árbitro, le caía a golpes (literalmente) a un periodista que dijo que vio de otra manera la decisión de este? ¿O que un atleta aceche a un imparcial, armado con un bate, para “demostrar” quien es “hombre” de verdad? ¿O que un manager le eche tierra a los ojos de un umpire por estar en desacuerdo con las decisiones del mismo?
El único sentido posible, es vivimos en un país extremadamente paternalista (cuando le interesa serlo) y todos esos ejemplos, hoy están activos en la Series Nacionales.
Puedo citar otros más, pero voy por el camino más corto y les comento que un amigo mío quedó fuera de una preselección para la Serie y le dio par de batazos a uno de los entrenadores, asegurándose así una plaza en las siguientes dos temporadas. Otro, no tan cercano, se tomó el trabajo de llevar (y enseñar) un machetín en su bolso al manager, durante toda la preparación para la Serie Nacional, dejando por sentado su presencia entre los jugadores “justamente” seleccionados ese año, atleta que una vez vi en una Serie Provincial ir para arriba de un árbitro, que acababa de cantar foul una conexión más allá de las cercas, diciéndole: “que foul de que P….” e inmediatamente el “imparcial” gritó: ¡Buena bola!!!
He visto a jugadores en las Provinciales quitarle los espejuelos oscuros a un árbitro y ponérselos en el bolsillo diciéndole que no ve, además de algunos en categorías inferiores (por suerte un porciento menor, aunque preocupante) que le piden dinero a los padres, con tal de asegurar que sus hijos hagan equipo en sus municipios.
El beisbol cubano ha llegado al grado donde peloteros mediocres llegan a Series Nacionales por sus relaciones directas con los directivos de sus respectivas provincias, a la vez que tener dinero, o acceso a instalaciones turísticas, o restaurantes, o la vida automotriz y/o celular, puede ser canjeado por algunas libertades en las Series Nacionales.
Sin dudas la matriz del problema está en la sociedad actual y no en la Federación Nacional de Beisbol, pero alguien tiene que ponerle un coto a esto, pues se me antoja imposible que juegue el que más grite, que esté en la alineación el más “guapo”, que los árbitros tengan miedo a decidir y que los anotadores sean coaccionados.
Hace unos meses Reinaldo Taladrid me preguntó al aire si yo me sentía capaz de dirigir en Series Nacionales y le dije que necesitaba guardaespaldas y un contrato donde tuviera potestad legal sobre mi banco, pues sin esas condiciones no lo haría.
Hoy en el beisbol cubano la prensa se mide para criticar a determinados atletas y directivos, pues estos son capaces de amenazar a narradores y periodistas sin que nadie tome partido, por lo que la mejor posición en la actualidad es hacerse el de la vista gorda; el amiguismo y el sociolismo (fenómenos altamente peligrosos y activos a nivel de nación) están personados en un sin número de comisionados, directivos y oficiales del deporte, a la vez que la respuesta sobre las indisciplinas varían su rigor en dependencia de la importancia y status del implicado. El beisbol cubano así no puede avanzar, y nos podemos ir olvidando de Clásicos Mundiales, Premier 12 y cuanto evento enfrentemos, sino miramos cuantos desechos propios tenemos que arrojar, lejos del deporte de nuestros sueños, antes que nos infecten a todos con tanto oportunismo, corrupción y paternalismo.
Valoren que un pelotero que es sorprendido abandonando el país le toca, al menos un año de sanción, mientras que acciones físicas violentas merecen unos pocos días de reprimenda.
¿Qué se puede esperar de un beisbol tan atropellado, donde caerle a golpes a un anotador es 60 veces menos importante (o grave) que intentar buscar futuro en otras ligas?
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu.

Comentarios

  1. Un colega de la prensa me confirmó que la "sancion" de Southeran será de 5 juegos sin estar en el equipo.

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  2. Excelenta artículo Malas.
    Esto se puede aplicar a la mayoría de los elementos que componen la sociedad cubana. la corrupción, el amiguismo, la crisis de valores morales mandan el comportamiento habitual de la socidad. Puedo hablar de los sistemas de administración empresariales. En la mayoría están personas que no tienen preparación para el cargo y se encargan de hacerle la vida imposible a las personas honestas. Si no te haces de la vista gorda o eres tolerante ante lo mal hecho, te tienes que ir de las empresas en el mejor de los casos, si es que antes no te votan.

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  3. INCREIBLE, que mas se puede decir...

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  4. Que sanción pondrías tu? O crees que sería justa por algo así? Por ejemplo yo a Correa por lo que hizo con Santic Spiritus le daba un serie y mucho trabajo comunitario aparte de que pidiera disculpas antes su propia afición en el latino.

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  5. Ese es el pelotero cubano, el que de verdad existe. Así van trasmitiendo su ejemplo a la juventud. Y los avestruces sin sacar la cabeza...

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  6. Buen articulo de Malas quiera uno o no es la realidad, pero para cambiar eso hay que hacer cambios en la direccion del INDER y de la comision nacional de beisbol, en cubadebate se ha debatido fuerte sobre estos temas y parece que nosotros solos somos los que leemos cubadebate, tienes una pagina muy buena, por ahi podemos seguir la labor de los cubanos esten donde esten.
    Saludos.
    Misael

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  7. Southeran se está preparando desde ahora para, en el futuro, dirigir el equipo Cuba.

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  8. Daniel, gracias una vez mas. Tu articulo es excelente porque dice muchas verdades que otros medios callan.

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  9. "caerle a golpes un atleta en plenitud de forma a quienes ya vieron pasar sus años mozos"Daniel , con esta frace haces referencias seguramente a un hecho concreto , que no mencionas y seria bueno conocerlos todos , ya que la prensa no se hace eco de estas indiciplinas , muchas de la cuales no la tratan como debe ser. Una forma efectiva de tratar algunos casos , como el de Suthelan ,(que supongo que dentro de una discucion acalorada surgio una agrecion,)deben de haber , ademas de una suspencion por x partido ,una disculpa publica en su estadio y ante su publico y si el hecho lo prcencio la TV , ante las camaras y hasta tanto no lo haga ,no juega, pero claro algo asi hay que anclarlo en el reglamento a hacerselo saber a los implicados,esto aunque no lo crean educa al atleta tanto o mas que una multa en metalico.
    justo

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  10. Todo eso se acaba cuando existan leyes que castiguen la agresión y se cumplan con condenas que manden a los agresores a la cárcel además de ser demandados monetariamente por la víctima. Imaginen a Southerán mandando parte de su salario por 5 años al anotador.

    Billy

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