Desclasificados: Pedro Cabrera sabotea el beisbol en Cuba.

Pedro Cabrera, Enrique Rosado (Presidente de los Piratas de Campeche), Higinio Vélez y Carlos Rodríguez (Director de CubaDeportes), de izquierda a derecha

Mientras que toda la isla de Cuba, y los correspondientes seguidores de su deporte nacional en el resto del globo terráqueo, se debaten los sesos intentando entender como la pasión nuestra se ha desmembrado, desprestigiado y eventualmente rezagado, algunos internamente destruyen la pelota cubana, pues aunque hay muchas causas palpables, otras se tejen secretamente y se valen de que raras veces esto se hace público. Uno de esos saboteadores, causantes de la ruina deportiva actual, es Pedro Cabrera. Se los presento.

Definiendo el concepto de sabotaje, como la RAE lo estipula y en su segunda acepción, es: Oposición u obstrucción disimulada contra proyectos, órdenes, decisiones, ideas, etc. En la Cuba de hoy existe una cantidad innombrable de compañeros-excamaradas-funcionarios que en el nombre de lo que se les ocurra (revolución, patriotismo, antiimperialismo, latinoamericanismo y todos los ismos que justifican sus actos) verdaderamente hacen contrarrevolución, siembran el malestar en el pueblo y sus ídolos (los que se escogen, no los impuestos), toman decisiones contraproducentes y defienden banderas en las que solo ellos creen y son literalmente insostenibles. Pedro Cabrera es uno de esos fantoches enguayaberados (con lo bonita que es la guayabera y que se haya trastocado su concepto) y su cargo de vicepresidente del INDER, ha sido utilizado, para a su antojo, beneficiar a los “cumplidores” (los que bajan la cabeza o aun apoyan estas injusticias) y por otra parte joder (en buen cubano) a los que se han atrevido a ir en contra de lo establecido.

La historia que les traigo fue puesta en duda en su momento y ha tomado tiempo la recolección de criterios, que ponen de nuevo en la palestra pública, el funcionamiento equivoco, miserable y vil con el que el INDER toma sus decisiones.

Cuando la idea de celebrar el acontecimiento en Miami por el aniversario 50 de la fundación de los Industriales llegó a los oídos del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación, en el pasado 2013, los “eruditos” del mismo intentaron aparecerse con alguna razón que prohibiera el evento, pero como ya la ley de inmigración, puesta en vigor el 14 de enero del propio año, había dejado claro que, salvo rangos muy específicos, todo el que tuviera un pasaporte, visa y pasaje era libre de ir a donde quisiera, el INDER se vio sin los antiguos y tradicionales métodos coercitivos. Los juegos de Industriales vs Industriales, con peloteros de ambos lados del estrecho de la Florida, se iban a dar, de hecho se dieron.

No obstante, el compañerito Pedro Cabrera citó en una reunión a los atletas convocados (lógicamente los que aun viven en Cuba) y sin la presencia de los que les habían propuesto el intercambio cultural (pues en ese saco cabe todo) y por ende sus representantes, les llenaron la cabeza de ideas de otra era, con el tema de “que no tenían seguridad ninguna y alguien podía atentar contra ellos…que eso les preocupaba”, “que la mafia anticubana estaba patrocinando los juegos y no se correspondía con los preceptos de la revolución” y “bla, bla, bla”.

A la pregunta de varios de los veteranos, sobre si tenían prohibido ir al evento, la respuesta fue que no, pues no se lo podían impedir, pero que les aconsejaban que no lo hicieran, a la vez que cuando le increparon sobre averiguar de sus “preocupaciones” el “compañerito” Cabrera respondió (cito): “…pero ustedes no pueden decir los que le he comunicado aquí, esto es solo para tenerlos al tanto…”.

La gran mayoría de los que estuvieron allí salieron indignados y al reunirse con Alejandro Cantón (la cara en Cuba de la empresa que patrocinaba el viaje) y la dupla Yasel Porto-Otto Ortiz (sus representantes de este lado de la orilla y acompañantes en la travesía), las aguas recuperaron su nivel, pues todo lo que Pedro Cabrera había “sugerido” fueron puras mentiras y los “intereses” que estaba tratando de cuidar no eran los de los atletas, sino el del INDER y en especial el suyo.

Los juegos en la Florida se dieron, con sus incidentes, sus alegrías, sus deficiencias, sus nostalgias, pero se dieron y se pudieron reencontrar beisbolistas que compartieron terreno años atrás, regalándole a toda la comunidad cubano-americana una oportunidad única, desde el punto de vista que se quiera ver, inclusive el más extremista, ya sea izquierda o derecha.

Pero mientras relucía el talento de antaño, combinado con las barrigas y la calvicie de hoy, en Cuba Pedro Cabrera y compañía tejía una venganza, que comenzaría por destituir como director del equipo Industriales a Lázaro Vargas y con otras repercusiones posteriores para el resto.

La oportunidad y el apoyo de algunos en la prensa, logró que aquello se hiciera público, por lo que eliminar al piloto de los Azules “hubiera sido un escándalo” (palabras textuales de Higinio Vélez en un reunión privada con oídos, Vargas siguió al frente y se evitó esa injusticia. Sin embargo el látigo de “Pedrito” fue guardado para darle un correctivo a los que desafiaron (palabra exacta que se utilizó por ellos, para denominar la acción de los peloteros que finalmente volaron al norte) al INDER.

Lo primero que ocurrió es que a Pedro Medina se le había informado que sería el director de los Piratas de Campeche y de pronto, a los meses del regreso, la decisión fue Jorge Fuentes, quien meritos tiene de sobra, pero no era el que elegido originalmente.

Pedro Cabrera, dolido en su impotencia, ha vuelto a reunirse con los veteranos que fueron al viaje y ha llenado aquello de amenazas, con frases como: “…ustedes no cumplieron con su parte…”, “…anden con cuidado…” y “…se fueron sin permiso del INDER…” (Cuando el INDER ni prohibió, ni podía hacerlo, al menos de manera legal).

Poco después el propio Medina y Rey Vicente Anglada vieron retrasados sus respectivos viajes a México y Panamá, con un sin número de escusas y evasivas. Pedrito está de tras de esto, tanto como autor intelectual, como intérprete principal.

En algún momento esto será insostenible para “Pedrito” y Christian Jiménez (quien también ha estado como activo participe en estas bajas traquimañas, con un poco menos de protagonismo), pero el daño está allí, el submundo beisbolero cubano se vive así, por lo que no se puede esperar mejorías en ninguna categoría y/o escenario, cuando nos maldirigen unos oportunistas que desgastan y deterioran a los atletas, árbitros, veteranos y todos los que convergen en darle vida a uno de nuestros amores más preciados, la pelota.

Un consejo en el cierre para Vargas, gana el campeonato o sino olvídate de los Industriales en el 2015.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu.