La maldita culpa no la tiene nadie

La horrenda derrota en la Serie del Caribe ha propuesto más de un análisis

Escrito por el periodista Alvaro Alvarez Vergara

La triste actuación de Cuba en la Serie del Caribe despertó las alarmas en la afición cubana. Aquellos títulos en los extintos mundiales de la IBAF o las tres coronas olímpicas (Barcelona 92, Atlanta 96 y Atenas 04) son recordados con anhelo y tristeza. Esa época de gloria ha quedado atrás y… ¿por qué?, todavía muchos se preguntan.

Cuando a finales de la década de 1990 irrumpieron los profesionales en las competiciones de la federación internacional, algunos auguraron derrotas para las selecciones nacionales. Sin embargo, mantuvieron el éxito hasta 2006; a partir de ahí, la situación cambió radicalmente y sobrevino una sucesión de fracasos hasta el más reciente, en Isla Margarita. Pero, ¿los profesionales tienen la culpa? Puede ser que sean culpables hasta el punto de exponer nuestro estancamiento en un deporte que cada día evoluciona más, donde la física y hasta las matemáticas desempeñan un rol protagónico y, lamentablemente, estar rodeados de agua afecta la visión de algunos. 

Definitivamente, los rivales no pueden cargar con todo el pecado, entonces ¿los peloteros cubanos tienen la culpa? En el rol de las responsabilidades, los protagonistas del juego de pelota tienen un papel secundario. Un trozo de barro necesita moldearse para convertirse en una preciosa vasija y si las manos no son las adecuadas, lo bueno se convierte en fango. La actualidad demuestra que los peloteros cubanos poseen aptitud de sobra. A pesar de las limitaciones e impedimentos, Cuba está entre los cinco primeros países con más jugadores en la MLB y destacan figuras como Kendry Morales, Yasiel Puig o Alexei Ramírez entre otros. 

El árbol es más enredado cuando nos acercamos al suelo. La serie nacional de béisbol es el principal espacio de los cubanos para desarrollar sus cualidades. Cada vez que sufrimos una derrota en la arena internacional muchos se plantean cambiar la estructura de la Serie. ¿Acaso es el principal problema? En mi opinión, contribuye a la propagación del virus maligno. Actualmente juegan el campeonato 16 equipos (uno por provincia más Isla de la Juventud), con una nómina de 40 peloteros, todo esto sumado, aporta un total de 640 hombres vestidos de beisbolistas. Si comparamos a Cuba con Estados Unidos, la Isla caribeña cuenta con poco más de 11 millones de habitantes mientras que en el norte, viven más de 300 millones de norteamericanos. En la MLB participan alrededor de 800 nativos estadounidenses (las cifras pueden variar). Según los datos, en la Mayor de las Antillas cada 17500 habitantes hay un jugador de pelota, por su parte en Norteamérica, la proporción es aproximadamente de 1 cada 375 000. No necesitamos rompernos la cabeza para descubrir que las ambiciones en Cuba para formar atletas son extremadamente exageradas y si a esto añadimos los gastos económicos, pues la cuenta no da. 

En resumen, desde mi punto de vista demasiados equipos juegan en la Serie y la calidad se disgrega, sin incluir los excesivos recursos destinados a garantizar la logística del torneo (combustible, alimentación, material deportivo etc.) 

En una entrevista reciente, refiriéndose al deporte en general, el recordista mundial de salto de altura, Javier Sotomayor, afirmó: “…en la actualidad hemos perdido un poco de nivel, de calidad. Nuestras infraestructuras han mermado más que nada por cuestiones de presupuesto. El presupuesto de hace dos años, por ejemplo, no era el mismo que en la actualidad y ha hecho que la base más que todo se resienta mucho. A lo mejor no tanto los atletas de élite, pero sí los que van surgiendo y eso, por supuesto, siempre se refleja en el futuro”. 

Nos acercamos a la raíz del árbol: la formación de atletas. Cada día cuesta más dinero formar y desarrollar un deportista de élite, máxime cuando la actividad del músculo en el mundo es un negocio que mueve millones. Cuba apuesta por el “deporte para todos”, pero cada día es más difícil satisfacer las necesidades de la mayoría. En este contexto, el béisbol no se queda atrás. Muchas áreas no poseen guantes ni pelotas para que los niños adquieran las primeras habilidades y las competencias escasean cada vez más. 

Considero que se necesita establecer límites entre la recreación deportiva y el deporte de alto rendimiento. Los costosos implementos deben destinarse a las áreas donde potencialmente se desarrollen los talentos y urge formar entrenadores verdaderamente capacitados para descubrir el mejor barro. Para llegar al techo se empieza por los 

. Seguimos la repartición de culpas y llegamos hasta la prensa. 

Demasiadas incongruencias en las supuestas verdades absolutas de algunos "especialistas". Cuando el III Clásico Mundial, los comentarios afirmaban que debíamos aprender del béisbol japonés, del “juego chiquito” y tocar más la bola. Ahora la armaron con el famoso “oficio” de los profesionales americanos. Definitivamente no se ponen de acuerdo, ¿aprender de los japoneses o de los americanos? Considero que sería más lógico aprender de los americanos porque son los inventores del deporte de las bolas y los strikes, son dueños de la liga más fuerte y de mejor calidad, sin despreciar las cualidades de los japoneses en cuanto a rigor de entrenamiento, disciplina y otras cuestiones. Por otra parte, siempre que una representación se dispone a participar en un evento algunos balbucean: “el entrenamiento marcha bien, estamos preparados, vamos a dejar la piel en el terreno, iremos por la victoria”. De pronto el sueño y el optimismo se derrumba y entonces… “la preparación no estuvo completa, faltan figuras, no conocíamos a los equipos, necesitamos aprender, pero… para la próxima edición todo está anotado y trabajaremos en las deficiencias”. Con ese espíritu no avanzaremos. Lamentablemente el mal de las justificaciones es agobiante. Desafortunadamente el triunfalismo, el pensar en exceso en las glorias pasadas hace mucho daño. Un aficionado me decía que los cubanos compiten con mucha presión porque le hacemos creer que son los mejores porque juegan con el corazón y la dignidad y tiene toda la razón. 

Aún falta la guinda del pastel: la comisión nacional de béisbol. Una institución poco a poco más desacreditada. Adoptan una decisión y al mes cambian de opinión (la conga en los estadios es un ejemplo). No acaban de dar con el antivirus. No existe una estrategia unificada para el béisbol (dígase metodologías de entrenamiento, conceptos actualizados, búsqueda de talentos etc.) y si está que alguien me lo haga saber. Cada provincia aplica su propio sistema en busca de resultados. Al final, el árbol tiene muchas ramas podridas y los frutos desgraciadamente desaparecen. 

Sin embargo, aun existe esperanza. Muchas pudieran ser las recetas para abonar las raíces, pero mientras la maldita culpa siga vagando y nadie la haga suya, todo seguirá igual.

Comentarios

  1. José Luis Trinquete Gómez
    Excelente razonamiento, pero lo peor es responder a esto: quien le pone el cascabel al gato.

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  2. Nada que agregar a este excelente razonamiento, pero como se trata de Cuba y del deporte como política, desgraciadamente no tendrá solución .

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  3. La solución es que Cuba tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y contar con todos los peloteros, con los que juegan fuera y con los que juegan en Cuba. Ninguna liga del mundo de cualquier deporte puede mantener un alto nivel si sufre la sangría constante de pérdida de sus mejores prospectos y jugadores como sucede en la Serie Nacional Cubana. Solo el año pasado cerca de una treintena de peloteros salieron de Cuba con la esperanza de jugar en ligas profesionales, esto es un hecho objetivo que merma la calidad de nuestro beisbol y por muchas estructuras que se hagan el problema va a seguir igual. Les aseguro que si todos los que se han ido jugaran en la actualidad en la Serie Nacional nuestro beisbol gozaría de muy buena salud porque talento y calidad siempre hemos tenido, la diferencia es que ahora emigra masivamente y antes no. Muchas veces, en mi opinión y me incluyo, cometemos el error de decir que nuestro beisbol anda mal (y en parte es verdad, el que se juega en Cuba) y nos olvidamos de los cientos de compatriotas que juegan fuera, sí, esos mismos que las autoridades tachan de traidores y otras lindezas del vocabulario, y que son tan cubanos y orgullosos de serlo como nosotros y que si un día se les llama estoy seguro que la mayoría vestiran el uniforme de las cuatro letras sin cobrar un solo centavo, hasta los hijos de cubanos se sienten cubanos a pesar de no haber nacido en la isla y jugarían también por Cuba.
    La pelota hace rato está en el patio de las autoridades, de ellos depende que las cosas cambien y que los triunfos vuelvan. Un saludo

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  4. Antes no habia el problema actual,nadie se marchaba y la serie nacional y selectiva funcionaban,se ganaban todos los torneos internacionales,ya cuando quedaba el ultimo regazo y la entrada de los profecionales,se acabaron los titulos y no digo tan inlfados como algunos puedan creer,el primer clasico lo justifica aunque es verdad que jugaban contra estudiantes en muchos casos ect,pero estos tenian su nivel y los apaleaban,asi que los deveres se hacian,hoy en dia es todo lo contrario,los mas deviles son los que nos apalean.Oye ya vieron las barrbaridades que escribio un loco hay en el granma,mas o menos escribe como que Fredy Asiel desprecio en varias ocaciones los inescrupulosos millones de esos bandidos,los mismos que ahora el gran tony castro se quiere embolsillar,saben es la prenza uno de los mayores culpables y claro vitico32 e higinia,saludos catarro .

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  5. La solución es......que no tiene solución por el momento. Y todos sabemos muy bien el por qué.

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