Me disculpo con Pito Abreu.

Jose Dariel Abreu es el pelotero en la historia de la MLB que más rápido ha llegado de 25 jonrones.

Los batazos José Dariel “Pito” Abreu no me dejan esperar más. El cubano está reescribiendo la historia del beisbol patrio e inclusive el de las Grandes Ligas, solo meses después que me atreviera a asegurar en estas páginas, que al orgullo de Cienfuegos le costaría trabajo insertarse como regular, y pulir las potenciales deficiencias que le encontrarían los pitchers de las Mayores. Hoy trato humildemente de pedir disculpas, pues el inicialista de los Medias Blancas de Chicago, no se cansa de batear.

En esta jornada sabatina José Dariel conectó doblete entre el izquierdo y el central con una recta considerablemente afuera, a la altura del cinto y conteo de 2-2. El mismo lanzamiento que había fallado ya en ese turno al bate y el mismo lanzamiento con el que en Cuba se “minimizaba” el daño que su madero podía hacer. El trabajo de la pierna delantera, la cadera y la extensión de los brazos fueron extraordinarios y el batazo, mas allá de sólido, fue dirigido para su mano, contrario a los deseos de los Azulejos de Toronto.

La evidencia es irrefutable, Pito se ha convertido en el bateador que todos sabíamos podía ser, pero mucho más rápido y conciso de lo que nos imaginamos. Lo que pensé que le tomaría meses, quizás el 2014 completo, jamás ocurrió.

Antes de continuar un alto para aclarar, especialmente a los que leen estas líneas desde ultramar y no tuvieron la oportunidad de ver a José Dariel en las Series Nacionales, que él no es para nosotros Abreu, sino Pito.

Su apellido es un clásico en el deporte de las bolas y los strikes, pero mientras creció en los terrenos de la Mayor de las Antillas fue Pito para todos, pues ya teníamos a Aquino, a Pablo Miguel y a Michel. A estas alturas, 10 campañas en Cuba (2760 VB, 557 CA, 918 H, 167 2B, 16 3B, 184 HR, 593 CI, 333 AVE Y 605 SLG) y media temporada en la Gran Carpa, el gigantón sigue siendo Pito.

Regresando al hecho de la adaptación, lo fácil que ha parecido es un espejismo, pues estamos hablando de que todos los días José Dariel tiene que enfrentarse a varios lanzadores de más de 90 millas, especialista en relevo, scouts revisando video tras video para, infructuosamente, tratar de ponerlo out. Pito ha aprendido la cultura del beisbol profesional y norteamericano en par de pestañazos.

El error pretemporada, mi error pretemporada, fue subestimar la profesionalidad de Pito, los deseos de continuar complaciendo a sus fanáticos y haciendo orgullosos a sus padres.

José Dariel tiene los tobillos de “cristal” según muchos técnicos en la isla, no posee el atleticismo de Céspedes o Puig, su velocidad en las bases es mediocre, no batea rompimiento afuera y la recta pegada le hace daño. Así llegó el cienfueguero a las Mayores, con un contrato astronómico y algunos, pocos, nos atrevimos a decir que Pito tenía previsto un inicio lento en la MLB.

Pero sabía(mos) que la fuerza y el bate poderoso estaban allí y Pito se encargó de hacernos pifiar, con total entrega al entrenamiento.

José Dariel se convirtió ayer viernes en el pelotero que más rápido ha conectado 25 jonrones en la historia de las Grandes Ligas. No el pelotero cubano, no el pelotero latino, ni siquiera el extranjero, sino el pelotero, de todos los miles que han estado en la grama del mejor beisbol del mundo, que arriba a un cuarto de centena en menos turnos al bate.

Pero el “accidente” no lo es del todo así, pues Pito es el tercero de todos los tiempos en slugging en Cuba (605, detrás de Alfredo Despaigne y Omar Linares) y el séptimo en frecuencia de jonrones (15.00 VB/HR, precedido por Romelio Martínez, Orestes Kindelan, Alfredo Despaigne, Lázaro Junco, Pedro José Rodríguez y Omar Linares). Una vez más subestimamos la pelota cubana actual y nos creímos aquello de que los números de Pito eran de “video juego”.

José Dariel, además, renunció a la invitación al Homerun Derby de este 2014, pues las competencias de jonrones afectan su swing y él no es un pelotero que busca portadas de revistas, sino resultados individuales y de su equipo. Su trabajo es batear magnánimos jonrones para ganar juegos y no para enriquecer el “show”.

Nada, que Pito nos enorgullece en todo el sentido de la palabra y me ha dado el placer de equivocarme al demostrar cuanto más puede proveer el beisbol cubano a la pelota internacional, en especial a las Grandes Ligas.

Por cierto, el doblete del que les hablaba, mantuvo activa su cadena de juegos consecutivos bateando de hit, con 13, siendo la mayor en activo en este momento en las Mayores, pero más importante aun, llego con dos out en el inning de la suerte y encendió la chispa de los Medias Blancas, que con jonrón de su compatriota Dayan Viciedo se pusieron delante y terminaron ganando el encuentro. Su average ascendió a 280, mientras que va con los 25 vuelacercas mencionados y 63 remolques. A ese paso terminaría la campaña con 49 bambinazos y 124 impulsadas, estadísticas dignas de ganarle el premio al Novato del Año, aunque lo tiene difícil, por la presencia del debutante lanzador japonés Masahiro Tanaka, quien con los Yankees de Nueva York también está teniendo una temporada de lujo (11-3, 2.11 PCL, 127 SO y 0.95 WHIP).

Terminando la promesa de llegar por acá de nuevo en estos días , pues Pito Abreu me ha dado dos muy buenas ideas para escribir sobre ellas: ¿Qué hubieran hecho sus predecesores en caso de haber podido jugar en la MLB? Y ¿Verdaderamente los 80 y los 90 fueron eras de otra dimensión o es una obligación que hemos asumido de crearnos una época dorada?

Los dejo con unas fotos de Pito Abreu en sus primeros pasos en la pelota cubana.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu.