Al teléfono con Odrisamer Despaigne.

Odrisamer y sus primeros pasos en las Grandes Ligas.

Es increíble como el beisbol sigue sorprendiéndolo a uno, colmado de sentimientos y ratos para el recuerdo. Hace solo unos días, mi deporte favorito me regalo otro de esos momentos, estuve al habla con Odrisamer Despaigne, por casi una hora, y en estas líneas les cuento varios de los tópicos de los que conversamos.


Y es que la vida es muy dinámica, ya Odrisamer no es el muchachito que empezó con los Industriales como cerrador, ni mi rival en las Series Provinciales (cuando era la estrella de la Habana Vieja y dominaba a mis peloteros de Plaza), ni mi amigo en el club cinematográfico-deportivo “Fresa y Chocolate”, ni el pelotero del equipo Cuba que llamaba a la COCO y a ratos coincidía con nuestras opiniones de la noche, mientras que otras veces nos llevaba la contraria. Odrisamer hoy, discreta y profesionalmente, se ha convertido en un pitcher de Grandes Ligas, a mero tesón y deseo.

Hace unos días y gracias al teléfono, hablé por casi una hora, con un pitcher de las Grandes Ligas, que además es mi amigo.

Despaigne sigue siendo el atleta humilde, que se preocupa por todos los que quedaron atrás, que se alegra porque ya su novia está con él y que comparte con su padre el éxito de su carrera.

Y es que su padre, Francisco Despaigne Robles, es uno de los principales protagonista de que Odrisamer se dedique como pocos al entrenamiento y sea el lanzador que es. De eso se encargó como progenitor del derecho capitalino y aparentemente los resultados hablan por sí solos.

Francisco lanzó por 11 temporadas en las Series Nacionales, básicamente como apagafuegos (293 juegos, 268 de relevo), ganó 46, salvó 39, promedió 3.70 carreras limpias y solo otorgó un boleto cada 3.23 innings (850 entradas y 263 pasaportes).

Con su padre.

Odrisamer ha heredado la pasión, el control y el brazo saludable. Su debut el pasado 23 de junio fue muestra de esto, al trabajar sin problemas por 7 entradas, sin boletos, ni carreras y con solo 4 hits permitidos, frente a los Gigantes de San Francisco.

Su ascenso a las Mayores sucedió un poco antes, pues uno de los abridores de los Padres de San Diego, Andrew Cashner, fue puesto en la lista de lesionados por dos semanas. Nuestro Despaigne se ha encargado de lucir bien y solo en su segunda salida, volvió a dar credenciales de estar “listo”, cuando ganó (va por 2-0), con 6 y dos tercios de actuación, una limpia y 5 imparables permitidos.

Les cuento entonces de lo que hablamos:

Swing Completo: ¿Cómo te cogió la noticia de tu ascenso a la MLB?

Odrisamer Despaigne: Total sorpresa, pues tenía 1-3 y 6.05 en la Triple A, con algunas salidas buenas y otras no tanto, pero ellos estaban satisfechos de la velocidad, el control, la mecánica y que físicamente estaba a tope.

SC: Cuéntame del debut.

OD: Mira hice lo mismo que siempre, Salí a hacer mi trabajo, a tirar strikes. Se dio que el equipo me apoyo ese día al bate y las cosas salieron bien.

SC: ¿Nervioso?

OD: Un poco, pero he tenido la suerte que Yasmani (Grandal) ha sido mi receptor y de alguna manera la comunicación y el cambio no han sido gran problema.

SC: ¿Cómo te va con el inglés?

OD: Cacharreándolo, pero lo quiero aprender me interesa hablar inglés. Me gustaría ser independiente en ese caso, no estar atado a que no lo entiendo y me dé pena hablarlo. Trabajo me va a costar, pero sé que se puede.

SC: ¿Sabes que en la isla hay mucha gente contenta con que te hayan “subido”?

OD: Yo he recibido mucho apoyo de los míos, una vez que me comunique con los más allegados, le tire un timbrazo a los amigos que tengo en Cuba…hace un rato hasta hablé con “Champo” (Manuel Acosta, un muy buen amigo en común, humilde, pero de los imprescindibles en el beisbol popular capitalino y las Series Provinciales). Yo nunca me voy a olvidar de los muchos amigos que hice en la pelota cubana.

SC: La pregunta más recurrente de los que te sigue en Cuba es: ¿Cuánto es tirando (MPH)?

OD: La máxima que he tenido en Las Mayores es de 93, pero en el spring training tiré 95 y 96 algunas veces. De todas formas recuerda que en la Serie Nacional yo “tiraba duro” pero aquí en la MLB 90 millas tira todo el mundo, hay muchachos en la universidad, que aún no han firmado que la “soplan” a 100 millas.

Es el ángulo de salida de la bola, el control y el repertorio lo que me va a mantener por el camino del éxito, eso lo tengo claro.

SC: ¿Por qué estas pitcheando con el numero 40?

OD: Fue el que tenía en el vestidor el día que llegue aquí arriba, recuerda que fue todo muy rápido, además el 43 lo usa (Joe) Wieland. En la triple A me pasó lo mismo y lanceé con el 29.

SC: El 40 es un número muy importante en la historia del beisbol cubano…

OD: Si, pero es conocido porque lo usaba un bateador, Agustín Marquetti. Deja ver si finalmente me quedo con él, si logro darle igual prestigio desde la lomita, aunque está difícil, pues ese número tiene mucha historia.

SC: ¿Qué es lo más que te ha impresionado de las Grandes Ligas?

OD: No te voy a engañar, todo. El avión es para nosotros solos, los vestidores son un lujo, en fin las facilidades y comodidades son muy apreciables. Es un cambio muy brusco.

SC: ¿Qué te ha costado más trabajo hasta ahora en Las Mayores?

OD: Si quitamos lo del inglés, la zona de strike. Fíjate aquí te cantan la bola buena a la altura de la careta y si el rompimiento termina bajito, también puede ser strike, pero para afuera puedes tirar 100 veces que 100 veces van a ser bolas. Aquello de slider para afuera, tercer strike, ponchado, no funciona aquí. Está muy estrecha el área y la zona de dudas está clara…es bola. (Se hecha a reír)

Lo otro importantísimo es que aquí si el juego es a las 7pm, tenemos que estar en el estadio a las 12 del mediodía. Nada de tener un entrenador persiguiéndote para ver si haces el trabajo, no. Te dicen que tienes que hacer y ya, a correr o lo que sea a pura conciencia y voluntad.

En fin que te pasas muchas horas del día en el terreno y que sino pones empeño los resultados hablarán por ti.

SC: Bueno, ya llegaste, ¿Qué vas a hacer ahora?

OD: Yo subí por Cashner, que está en la lista de lesionados. No sé qué tiempo me tengan acá arriba, pero como te dije al principio, voy a hacer mi trabajo y ponerle todo el empeño de siempre a los entrenamientos.

Y así, más-menos, charlamos por un rato. Me despedí diciéndole que la suerte es de quien la merece y él se la merece, por muchas razones. Él se hecho a reir, me dio las gracias y llegamos al acuerdo mutuo que había que acostarse a dormir pues en la mañana siguiente teníamos que trabajar. Él, en el precioso juego que es el beisbol y yo…bueno esta es la historia de Odrisamer, no la mía.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu.