Tiant es de los mejores lanzadores cubanos de todos los tiempos. |
Entrevista realizada a Luis Tiant por el colega Damian Delgado Averhoff, para ESPNDeportes.
Tiant le cambió 20 minutos por 2 horas a Damian, en el Fenway, y acá se lo publicamos. |
Entre el anonimato y la leyenda
Era un
domingo claro y espléndido. Perfecto para jugar béisbol. Corría el 19 de
julio de 1964. El Bronx bullía. Los Yankees recibirían a los Indios de
Cleveland y a un desconocido pitcher acabadito de subir de las Menores. No hubo
tiempo para el estudio aunque los locales y sus parciales confiaban en tener
una tarde de solaz esparcimiento. ¡Para algo eran los Yankees!
El nombre de
Cuba, país de origen del advenedizo Luis Tiant, no le traía gratos
recuerdos a la mayoría. Por esa fecha en la Gran Manzana conocían latitud y
longitud de la islita caribeña. Latentes estaban los recuerdos de Bahía de
Cochinos (abril de 1961) y los temores por la Crisis de los Misiles (octubre de
1962). Pero ese día la política no importaba, el conflicto de intereses era
sobre el diamante.
Millas al
sur poquísimas personas sabían del debut de uno de sus hijos. En 1961 el
gobierno cubano eliminó el deporte profesional y se tomó el trabajo de
no mencionar a aquellos que por voluntad propia decidieron no renunciar a su carrera
deportiva .
Tiant estaba
solo. Para Cuba Luis Tiant no existía.
El joven de
24 años -- con récord de 15-1 en las Menores -- recibió la noticia de
que lanzaría contra los Yankees apenas un día antes. Aquella decisión provocó
el enojo de sus nuevos compañeros de vestuario.
¡Cómo van a
poner a ese chico contra los Yankees!, dijo alguien. "Es una locura.
Debieron dejarlo para Kansas City u otro equipo malo", terció otro.
La decisión
estaba tomada. No hubo cambios. Tiant subió al montículo con algo de tensión
pero sin miedo. Llegó a la grande y nadie lo sacaría de allí -- "ni
muerto", dijo. Sabía que si perdía no recibiría tantas críticas por
tratarse de los Yankees. Y si ganaba lloverían elogios.
En la
primera entrada retiró a los locales de uno, dos y tres. Dos por la vía del
ponche y otro por rolata a segunda base. Al regresar al dogaut se cercioró de
brincar la raya de primera (la única superstición que tenía y que -confesó
entre risas- un día abandonó tras recibir una andanada de palos). No quería que
la suerte le diera la espalda.
Sentado en
la cueva pensó 'es la misma cosa allá (en las menores) que aquí'. Nada lo
detuvo hasta propinarle nueve ceros a los Yankees y ponchar a 11 de sus
renombrados bateadores. Ningún debutante protagonizaba tamaña hazaña desde que
un tal Cy Young lo hiciera en 1906.
Solo unos
poquísimos cubanos, que estaban en el estadio, presenciaron la proeza. Apenas
podían creerlo. Desafiando a la marea fueron a saludar al solitario joven que
acababa de cumplir el sueño de su padre (Luis Tiant Sr.) de jugar en Grandes
Ligas y que luego se convertiría en una de las leyendas de los Medias Rojas de
Boston.
Aquel día,
en Cuba, casi nadie se enteró. Quizás en la calle se hablaba sobre algún
kilométrico discurso de Fidel o del éxito de la obra "Contigo, Pan y
Cebolla" de Héctor Quintero... pero no de Tiant.
Más de 50
años después el añejo Fenway Park, hogar del equipo con el que obtuvo
122 de las 229 victorias que logró en las Mayores, es el testigo de este
diálogo donde el cubano más ganador en la historia de Grandes Ligas y tercer
latino en este casillero, solo superado por el nicaragüense Dennis Martínez
(245) y el dominicano Juan Marichal (243), habló de lo humano y lo divino.
¿Será Yoenis
Céspedes la próxima estrella cubana de los Medias Rojas?, pregunté contrariado después de
escuchar de mi interlocutor la lapidaria frase: "Tengo solo 20 minutos
para la entrevista".
"Tiene
las condiciones para ser una estrella. Este es un parque perfecto para él. Con
el poder que tiene puede dar entre 40 y 50 jonrones por temporada. Hablé con él
cuando llegó y le dije que debía jugar su pelota tal y como estaba haciendo en
Oakland".
Ante la
interrogante de si se convertiría en una especie de padrino de Céspedes
respondió: "bueno, si él quiere. Eso es algo que no puedo exigirle".
No lo pensó
dos veces para definir a su compatriota. "Céspedes es un angelito. Él es
muy callado pero es muy respetuoso y tremendo pelotero".
Por unos
segundos esbozó una sonrisa, que delataba cierta satisfacción -- comencé a
pensar que el ultimátum temporal era cosa del pasado; sus siguientes palabras
corroboraron la suposición. "Me siento muy bien -- dijo -- porque por lo
menos mi gente volvió al béisbol de Grandes Ligas. Ya se habían apagado.
No había muchos. Ahora han venido bastantes y son buenos peloteros. Saben jugar
y como decimos nosotros vulgarmente: nos fajamos, no le tenemos miedo a nada
dentro del terreno... y eso vale en este deporte".
"A casi
todos los conocí en Miami. En un juego que celebran todos los años contra la
prensa. Allí me tiré fotos con ellos y te digo que todos parecen buenos
muchachos. (Yasiel) Puig es el más alocadito, pero es buen muchacho. Esa es su
manera de ser -- enfatizó -- y no se la puedes quitar mientras respete y
se haga respetar. Eso es lo principal. Que no haga quedar mal a su gente, a su
país y a él mismo".
"Ojalá
que se arreglen todas las cosas y que salgan más si pueden salir. No
tiene ninguna razón que a alguien le quiten su sueño. Todos tenemos un sueño y
el derecho a una oportunidad en la vida. Creo que llegar a Grandes Ligas es lo
mejor que les ha podido pasar a ellos. Esa es una de las cosas más bonitas de
la vida, que tengas un sueño y el sueño se cumpla".
"A mí
me pasó y lo pude disfrutar. Represente a mi país, representé a mi familia y
representé a los latinos, no nada más a Cuba.
- Pero...
¡en Cuba, sobre todo los jóvenes, desconocen sus hazañas!, interrumpí.
"Eso no
es bueno. Nunca pudimos regresar a la patria. No es culpa de ustedes (los
jóvenes), sino es por causa del destino, de todas esas cosas que se han
formado a lo largo de estos años..."
Tomó aire y
tras una breve pausa miró hacia el mítico monstruo verde, testigo pétreo de
grandes momentos del béisbol, como buscando una explicación lógica a una
situación que le agarró por sorpresa y trastocó su mundo y el de millones de
sus compatriotas.
"No es
culpa del cubano, no es culpa de ustedes (los jóvenes) y no es culpa mía",
remarcó con voz entrecortada.
No obstante
aseguró que "lo mejor que me pasó fue ir a mi país (fue de visita en 2007
después de varias negativas de ambos gobiernos). Siempre se lo pedí a Dios.
Veía a mis amigos muriéndose sin poder ir. La madrina de uno de mis hijos,
Celia Cruz, murió y nunca pudo regresar. Muchos peloteros que jugaron conmigo
han muerto y tampoco han podido regresar".
"Cuando
estuve en el Parque Central -- punto de encuentro espontáneo donde grupos de
aficionados se reúnen y hablan de deportes -- las personas me hicieron
una bolita (círculo) alrededor mío y me saludaron. Ahí había dos o tres que sí
me conocían. Eran veteranos... no muchachos jóvenes como tú".
Con cierta
resignación reiteró: "pasó lo que pasó y... sí, me hubiera gustado cuando
estaba en mis buenos tiempos haber ido a mi país a jugar pelota de invierno
como hice en el campeonato de 1960-61, el último que se jugó".
"Nada
mejor que tu país. Sabes las leyes, dónde te metes; conoces a todo el mundo, el
idioma. Pero Dios me ayudó en muchas cosas porque después fui a jugar pelota
invernal en Venezuela -- jugué 17 años -- jugué en Santo Domingo, Puerto
Rico, México y Nicaragua. En todos esos lugares la gente me trató como
si estuviera en casa".
Sentados en
los mismos palcos donde acomodaron a sus padres, Isabel Vega y Luis Tiant Sr.
cuando en 1975 viajaron a los Estados Unidos para verlo jugar, Tiant comenzó a
hablar de ellos.
El diálogo
en ese momento no fluyó. Hubo varias interrupciones. Las personas que
disfrutaban del Tour a Fenway Park simplemente no podían creer que una de las
leyendas de los Medias Rojas estuviera ahí, a unos pies de ellos.
"Es
él.. sí, es el 'Tiante'. Murmuró un señor de cabellera blanca a una mujer que
parecía su esposa. Al corroborar con su memoria la autenticidad del personaje
casi corrió para llamar al resto de la familia. Las oportunidades se
aprovechan. Con cortesía le pidió perpetuar el deleite de conocer en vivo al
que sin duda es uno de sus ídolos.
"Fueron
14 años de separación", disparó Tiant segundos después. Mientras, trataba
de recordar la imagen de "los viejos" en ese reducido espacio 39 años
atrás.
Luis Tiant padre con el uniforme del Cienfuegos. |
"Soy
pelotero gracias a mi mamá", dijo. Mi papá no quería que yo jugara por
todo el racismo que sufrió aquí cuando jugaba en las Ligas Negras. Quería que
estudiara, que siempre fuera a la escuela".
"En
1957 me seleccionaron para ir a México en el béisbol juvenil. Él dijo que no
iba. Entonces mi mamá le contestó 'si el quiere jugar pelota entonces déjalo
que juegue. Eso no se da todos los días, déjalo que vaya'. Al final el viejo me
dejó".
"Él
mismo fue quien en 1961 me envió un carta diciéndome que no regresara a Cuba,
que tratara de buscar otro lugar donde jugar porque en Cuba ya no iba a haber
más pelota profesional".
"Sentí
una tristeza muy grande porque pensé que nunca más iba a volver a ver a mis
padres. Recibí aquella carta tres semanas antes de ir de luna de miel a Cuba
con mi esposa".
"Lo que
yo pasé no se lo deseo a nadie, pero como me dijo mi viejo: 'no, no, no, vete y
quédate, no regreses'. Si ellos, que quieren a uno más que nadie, y yo era
único hijo, te están diciendo eso, es que quieren que realices tu sueño. Si
regresas y te ven allí se van a sentir peor. Yo estuve 14 años sin verlos, pero
por lo menos los vi", (gracias a una visa especial gestionada por dos
senadores estadounidenses).
"Quince
meses estuvieron conmigo y la pasaron de lo mejor. Yo me reía porque mi papá
cuando llegaba a la casa me decía: 'mijito aquí la gente está loca, me quieren
mucho porque estoy hasta en el baño y me piden autógrafos. Todo el mundo me da
la mano, me trata bien".
"Estaba
contento, pero siempre se quiso ir para Cuba. Siempre me lo decía y le
respondía que 'usted no sale de aquí porque lo que ya yo pasé no lo voy a
volver a pasar'. Otro día le dije 'Fidel Castro no quiere que tú regreses. Él
no te quiere allá. Así que tú no vas para Cuba. Te quedas aquí' y aquí se
quedó".
Boston pasó
de lo sublime al ridículo. De campeones de la Serie Mundial en 2013 a
ser sotaneros en la presente temporada. El canje de lanzador Jon Lester por
Céspedes causó enorme controversia dado el peso que tenía el zurdo en el staff
de pitcheo.
"Como
íbamos a perder a Lester se prefirió traer a Céspedes que nos puede ayudar a la
ofensiva. Todos los años son diferentes. Son pocos los equipos que
repiten campeonatos. El béisbol es interesante por eso. Nadie sabe quién va a
ganar. Tienes que sacar 27 outs para saber que ganaste".
"La
diferencia con el año pasado es que los peloteros empezaron a hacer su trabajo.
Cuando se necesitaba una carrera la hacían, cuando se necesitaba un jonrón lo
daban. Se tiraba uno contra la cerca y la agarraba. Lo que otros equipos nos
regalaban con errores nosotros lo capitalizábamos y ganábamos juegos".
"Cuando
salí del entrenamiento nunca pensé que íbamos a ganar la Serie Mundial. Hay que
darle el crédito a los muchachos por lo que hicieron. Este año está todo al
revés. Todo nos sale mal. Esos juegos que antes nos regalaban ahora lo estamos
regalando porque no hemos bateado con hombres en bases".
"Algo
tiene que pasar porque si lo que haces no funciona tienes que cambiar. Debes
ajustarte y cambiar porque va a seguir peor y te vas a hundir más. Eso es lo
que han hecho. Nadie hace cambios para perder, lo hacen para mejorar".
"Creo
que también un problema grande es que tenemos muchos muchachos jóvenes. Eso
merma el equipo. Se encuentran con una pared muy grande y no la pueden brincar
porque todavía no están listos para este nivel".
Tiant con Johnny Bench en la portada del Deporte Ilustrado, octubre 1975 |
Las lesiones
en el brazo no le son ajenas a Luis Tiant. Su wind up cambió por un severo
problema en el hombro derecho. A pesar de eso jugó 25 temporadas como profesional
y en 22 de ellas también se desempeñó en la pelota invernal, convirtiéndose en
todo un artista del montículo.
"Los
pitchers de ahora no lanzan suficiente. Mientras más tires más se fortalece el
brazo. Yo lanzaba casi 400 innings contando lo que tiraba aquí en el verano y
lo que hacía en el invierno. Ahí está el brazo, todavía no se me ha
caído".
"Ahora
hay más lesiones que cuando yo pitcheba. Todo ha cambiado. El negocio, el
dinero; se protegen esas cosas. Y los fanáticos no saben lo que está pasando.
Si dices que tienes que hacer 100 lanzamientos y el manager te deja hacer 110 y
te lastimas, entonces el manager se va, se va el pitching coach y se van los
trainers. Los botan a todos. Todo el mundo está defendiendo su trabajo. Si soy
el coach o el trainer haría lo mismo. Voy a defender mi trabajo porque no voy a
dejar que me boten. Si te dicen no hagas una cosa entonces no la puedes
hacer".
"Los
lanzadores tienen que usar el cuerpo completo para pitchear y velar por el
punto de soltar la pelota. Eso ayuda y te mantiene el brazo fuerte. Debes tener
mucha elasticidad; a veces hacen cosas que no tienen que hacer. Hacen muchas
pesas. A nosotros ni nos dejaban tener pesas en el club house. Ahora tienen
allá adentro más cosas que un gym".
"Es así
y yo le digo a la gente que si estuviera pitcheando ahora tuviera que hacerlo
porque es mandatario para todos. Es el sistema que hay y que tienes que
hacer".
Al respecto
abundó que "hay mucha gente envuelta en el juego que no ha jugado ni clase
Z y eso está dañando el juego. Es una barbaridad. Todo lo que oyes es que tal
pelotero tira noventa y pico. !Pero no saben pitchear¡ Los pitchers que han
ganado y que ganan ahora ¿por qué ganan?, porque saben pitchear. Mueven la
pelota, adentro, afuera, arriba, abajo, cambian. Los de ahora no. Que 97, 98,
si pero qué. ¡A 97 y no pueden tirar strikes! Entonces vas a estar debajo en el
conteo siempre, en dos y cero, tres y cero y ahí si que los bateadores te
asesinan, te matan".
"Aquí
los bateadores ganan millones bateando errores que los pitchers cometen. Cuando
los pitchers tiran más o menos la pelota cerca de donde uno quiere ubicarla los
contrarios no te batean tanto".
"Es que
hay tantos equipos también que tienen que traer muchachos que no están listos
todavía. Son demasiados equipos. Treinta equipos a 25 peloteros por equipos es
demasiado. Por eso ves que han ido a diferentes países a buscar peloteros.
Entonces hay dos o tres que son buenos y montón que no son buenos".
El Salón de
la Fama no le quita el sueño, aunque es evidente su disgusto por la injusticia
que lo ha marginado de Cooperstown, único recinto proscrito para él hasta la
fecha. Sus destrezas si han sido reconocidas en Boston y en cada una de las
naciones en las cuales jugó, salvo en Cuba.
"Cuando
quieran votar que voten. No me voy a volver loco pensando en eso. Tengo otras
cosas en las que pensar. El Hall de la Fama es mi familia. Lo único es que no
me vayan a poner después de que me muera. Cuando estás vivo puedes disfrutar
con tu familia con tus hijos, amigos. Pero muerto, que vas a disfrutar muerto.
Eso no está bien. Mira lo que le hicieron a Ron Santos. Si sabían que lo iban a
exaltar porque esperaron a que se muriera el hombre. Por lo menos dale el
honor, esa satisfacción en vida. No importa que te mueras al otro día".
"Hace
21 años que yo debía estar en el Salón de la Fama. (...). No voy a estar
adulando a nadie y hablando porque la gente dice 'habla con este o con aquel'.
Y les digo 'hablar con quién, mi récord está ahí. No tengo que hablar con
nadie'".
Hizo una
mueca cuando lancé la pregunta ¿cuál es su equipo Cuba ideal? Luego exclamó
"es un ejercicio fuerte para mi memoria y seguramente voy a olvidar a
muchos jugadores".
No obstante
aceptó el reto y comenzó a nombrar a su novena de ensueño.
"A
muchos no los vi jugar, pero de los que conozco Martín Dihigo sería el utility.
Receptores Rafael Noble y Fermín Guerra. En primera había unos cuantos buenos
pero me quedo con Tany Pérez. En segunda (Octavio) 'Cuqui' Rojas, ese tipo era
bueno. Se le escapó al diablo. Es chiquitico igual que (Justin) Pedroia. En el
campo corto Willy Miranda y Humberto Fernández. Willy lo cogía todo, pero
Humberto era mejor bateador. Y la tercera es para Silvio García que tenía
tremendo brazalete".
"En los
jardines colocaría a Orestes Miñoso, Sandy Amorós y... -- después de una pausa
prolongada soltó -- Yasiel Puig, sí, Yasiel Puig. Yo lo incluyo; ese es un
dolor de cabeza. Me gusta porque se faja. Corre, tira, batea de poder y juega
duro, aunque a veces creo que juega demasiado duro porque se tira contra la
pared y así se puede lastimar".
"Lanzadores
derechos habían muchos buenos como Camilo Pascual. Pero siendo yo el más ganador
en Grandes Ligas no me voy a poner de segundo. Con los zurdos pasa algo
similar... eran varios muy buenos. Al vuelo te puedo mencionar a Adrián Zabala,
Manuel 'Cocaína' García y a mi papá.
"Todos
los peloteros que jugaron con mi papá, la mayoría de ellos cubanos y algunos
americanos, me decían 'tú eres bueno, pero tu papá era mejor que tú'.
"El
director sería Miguel Ángel González, que era el gerente del Habana cuando yo
jugué con ellos".
Tiant reveló
a ESPN que "si Dios quiere" este año regresará a Cuba a ver a los
suyos porque es una "forma de ayudarlos". Y reafirmó que ya no le
disgusta que no lo conozcan en su patria.
Afortunadamente
los 20 minutos se convirtieron en dos horas. Aproveché la circunstancia para
despedirme casi asegurándole que la historia de Cuba algún día se reescribirá.
Y en algunos capítulos habrá espacio para la rumbera mayor Celia Cruz y para su
compadre Luis Tiant.
Increíble como cada uno hace su all star en dependencia de la pelota que vio.
ResponderBorrarno dudo que todos sean estrellas y lo doloroso es que en Cuba son mayoritariamente peloteros olvidados.
Buena entrevista del periodista de espn
Es cubano?
Damian era editor de la revista cubana Bohemia y ahora trabaja para ESPN.
BorrarOrgullosamente cubano.
gracias por visitar el blog,
Daniel de Malas
No se porque,quizas por el"parecido fisico" de Tiant con Urquiola,hasta me parecen que son tipos que tienen la forma de interpretar la vida de igual manera,la vez que Tiant fue a Cuba creo que fue un pelotero pinareño amigo de su padre el que lo recibio( hay un documental sobre esta visita),recoge incluso el momento en que visita la Peña del Parque Central,Tiant es grande no solo por sus numeros,que ya lo debian tener en el Salon de la Fama del Beisbol de GL( en donde quiera hay su piña y factores ajenos a lo netamente deportivo),me maravilla la forma en que se expresa,no hay odio ni resentimiento en sus palabras,cuando mas de una razon tiene para ello,el sobrepaso todo eso,lo dejo atras y lo mejor lo supero,para mi es una leccion para la vida,repito leyendo sus palabras me recuerda mucho a Urquiola,tipos sencillos,estudiosos del beisbol,que se "fajaban" en el terreno de igual manera,( salvando las distancias por supuesto),gente que sin alardes ni aspavientos agrupan,hinchan,lideran,por supuesto da su equipo con los de su tiempo,me hubiese gustado saber si seguia a Cuba en los eventos internacionales al menos,y que opinaba de hacerlo de peloteros como:Omar Linares,Kindelan,Pacheco,Tati Valdes,Casanova,Muñoz y toda esa legion de peloteros que no incursionaron en GL y cualquier cosa que se diga es especulacion,pero que potencial tenian para ello,saludos,Machete.
ResponderBorrarbuen trabajo, este muchacho debe sera familiar del integrante de la pina de Higinio Velez. Una lastima en Cuba no sebresalten figures Como la de Tiant
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