A Peter C. Bjarkman (izquierda) aún le atormenta la muerte de Yadier Pedroso (derecha). (Foto: Yosvani Torres/ Cortesía del Entrevistado) |
Tomado de Universo Beisbol.
Por Reynaldo Cruz
Peter C. Bjarkman es uno de los más reconocidos y menos prejuiciados
autores que se adentran en el tema del béisbol cubano. Sus dos libros SMOKE: THE ROMANCE AND LORE OF CUBAN BASEBALL (escrito de conjunto con Mark Rucker en 1999) y A HISTORY OF CUBAN BASEBALL, 1864-2007
(recientemente vuelto a publicar por McFarland Publishers) avalan la
afirmación que se trata de uno de los eruditos del béisbol cubano,
ansioso por desenterrar sus más profundos secretos. Es por eso que el
sitio www.BaseballdeCuba.com,
del cual es su escritor principal, es uno de los más visitados y
prestigiosos de aquellos que tocan el tema del béisbol cubano. Bjarkman
ha aparecido en repetidas ocasiones en medios de prensa estadounidenses e
internacionales como experto en el tema cubano. Además, acompañó como
guía al Chef de TV Anthony Bourdain por toda La Habana en el episodio NO
RESERVATIONS CUBA, del Canal de Viaje en 2011. También, aparecerá en el
documental 30-30 de ESPN “Brothers in Exile” (la historia de Liván
Hernández y Orlando “El Duque” Hernández) que se espera salga al aire en
2014.
Este escritor, cuyo sitio web aparece en www.Bjarkman.com, accedió recientemente a concedernos una entrevista vía correo electrónico.
Universo Béisbol: Usted ha estado corriendo la voz sobre la
historia del béisbol cubano. ¿Cuándo, cómo y por qué se interesó en este
tema?
Peter C. Bjarkman: Déjame darte una respuesta corta para una
larga historia. Luego de haber sufrido varios y grandes “cambios de
vida” a finales de los 80, dejé el mundo académico (era profesor de
lingüística en la Universidad de Purdue) para cultivar la pasión de
escribir sobre el béisbol. Uno de mis primeros éxitos fue una historia
del deporte en América Latina (mi entrenamiento académico y mis estudios
doctorales se habían centrado en lingüística española) y ese libro se
publicó en 1994, el mismo año que la huelga de los jugadores de Grandes
Ligas. La huelga de 1994 me había desconectado de la versión del deporte
que brindaba la MLB y estaba buscando una nueva fuente para mis
pasiones beisboleras. Cerca de la celebración de los Juegos Olímpicos de
Atlanta 1996, mi colega y amigo Mark Rucker se me acercó con la
propuesta de viajar a Cuba y recopilar materiales para un libro “coffee table[i]”
ilustrando la rica historia beisbolera de la isla. Ahí empezó, en los
Juegos Olípicos de Atlanta y con mi primer viaje a Cuba en febrero de
1997. Inmediatamente me enamoré de la Isla, su gente, su sociedad
revolucionaria, su música y su béisbol, y este amor por Cuba se ha
mantenido como una parte fundamental de mi vida desde entonces.
UB: ¿Cuándo fue la primera vez que asistió a un juego de béisbol en Cuba? ¿Recuerda los detalles de ese primer partido?
PCB: En ese viaje de febrero de 1997 con Mark Rucker. Vi varios
juegos de postemporada a finales de la XXXVI Serie Nacional. El primero
fue en el Estadio Capitán San Luis (Pinar del Río) y fue el partido de
apertura de la postemporada, y se trató del partido de apertura de los
cuartos de final entre Pinar e Industriales. Habíamos viajado a Pinar en
un viejo desbaratado Lada con nuestros dos anfitriones del INDER y nos
sentamos en los asientos reservados para el INDER detrás del home, a
nivel de terreno. Hay varias fotos de ese partido que fueron tomadas por
Mark y que aparecen en nuestro libro de mesa SMOKE,
y también escribo sobre algunas de las notables aventuras de ese primer
viaje por carretera en el capítulo introductorio de mi libro A HISTORY OF CUBAN BASEBALL, 1864-2007.
Tal vez lo que más recuerdo del juego fue el fallo del sistema
eléctrico del estadio que demoró el partido por más de una hora, tiempo
durante el cual pude conversar con Omar Linares en las oficinas del
INDER en el estadio (Linares estaba lesionado y no jugó esa noche). Ese
primer juego abrió el camino para muchas otras pintorescas aventuras que
siguieron.
UB: Hay un debate común, que se encarniza cuando los que
están involucrados viven en mundos separados (Cuba y Estados Unidos).
¿Cree usted que la historia del béisbol cubano puede escribirse
soslayando el béisbol cubano antes de 1959 o desestimando las
contribuciones de los jugadores cubanos en el extranjero?
PCB: Por supuesto que no. Ambas mitades constituyen un capítulo
importante en la historia. Esto fue esencialmente el tema de mi propio
libro de béisbol cubano (A HISTORY OF CUBAN BASEBALL, 1864-2007),
y muchos de los que reseñaron el libro hablaron del hecho de que mi
libro es el primero que da igual tratamiento a ambos lados de la
historia (a diferencia del de Roberto González Hechavarría, que
desestima ampliamente el béisbol cubano luego de 1962). Sin embargo,
donde más en desacuerdo estoy con González Hechavarría y muchos otros es
en que mi visión sobre la Era Dorada del Béisbol está en las últimas
décadas y no con la limitada liga invernal profesional de La Habana en
la primera mitad del siglo XX. ¿Por qué? Los jugadores cubanos son más
grandes, más rápidos y más talentosos hoy que hace cincuenta años (justo
como lo son en las Grandes Ligas norteamericanas). Es la ascendente
evolución natural de todos los deportes. El juego puede no ser tan
bonito o estético pero los atletas sin dudas son mejores. Uno no podía
imaginar a las principales estrellas cubanas en los años 50 compitiendo
contra los mejores de las Grandes Ligas como lo hicieron Cepeda, Paret y
compañía en el primer Clásico en 2006. Incluso con las trabas
políticas, Cuba envió más nuevos jugadores a las Grandes Ligas (nueve)
este año (2014) que en cualquier temporada precedente en la historia.
Los peloteros cubanos (y por tanto el béisbol cubano como un todo) son
mucho, mucho mejores en las dos últimas décadas que antes de 1960.
También la Cuba post-revolucionaria tiene ahora una liga verdaderamente a
escala nacional, mientras el béisbol profesional en la Isla antes de
Fidel estaba mayormente restringido a solo cuatro equipos en la ciudad
de La Habana (y más de la mitad de los jugadores en esa vieja liga
invernal eran realmente norteamericanos y no cubanos de nacimiento).
UB: Hablando de eso, ¿cree usted que pueda haber un punto en
el que los historiadores de Cuba y otros sitios se pongan de acuerdo
para compilar todos los datos y eventos posibles del béisbol cubano sin
tener en cuenta la era o el lugar? ¿Cuán lejos cree usted que esté esto
de suceder?
PCB: Sí, definitivamente sucederá. Por supuesto, que todos los
datos de la era previa a 1962 está ampliamente disponible en los
trabajos de académicos como el difunto Severo Nieto en La Habana y el
cubanoamericano Jorge Figueredo en Tampa. El trabajo que es necesario
hacer ahora es el de compilar los datos de la liga desde 1962, que está
disponible poco a poco en las erráticamente publicadas y muchas veces
imprecisas Guías Cubanas de Béisbol, del INDER. El problema ha sido que
los records del INDER parecen ser tan inconsistentes e incompletos, y
los periódicos cubanos no han ofrecido mucho en la forma de estadísticas
detalladas o box scores en las últimas décadas. Pero el trabajo
lentamente se hará. Mi colega Ray Otero y yo estamos tratando de incluir
la mayor parte de los datos de recientes temporadas en la nueva versión
de nuestro sitio web en www.BaseballdeCuba.com.
UB: A mediados de los 80, hasta el surgimientod e jugadores
como José Canseco y Rafael Palmeiro, hubo un tiempo sin mucha actividad
cubana en las Ligas Mayores. ¿Por qué cree que sucedió? ¿Considera que
esta sea una etapa de sequía?
PCB: ¿Qué sucedió? Simple… ¡política! La división de los dos
países por la Guerra Fría durante varias décadas impidió que las Ligas
Mayores pudieran acceder a peloteros cubanos, a menos que “desertaran”
—lo cual muy pocos o casi ninguno (hasta los años 2000) estuvieron
dispuestos a hacer. Para los fans de la MLB en los Estados Unidos esa
fue una “etapa de sequía” concerniente al béisbol cubano puesto que la
escena cubana era totalmente invisible para los norteamericanos. Pero
ciertamente no era una “etapa de sequía” en Cuba. Canseco y Palmeiro,
por cierto, no significaron en realidad una presencia verdaderamente
cubana en las Mayores, pues aunque era técnicamente “jugadores cubanos”
(nacidos en la isla) eran de hecho peloteros norteamericanos y no
peloteros legítimamente cubanos. Nunca tocaron un bate o una pelota en
Cuba, y aprendieron su béisbol enteramente en la Florida. Son harina de
otro costal. Durante los años 70, 80 y 90, los mejores peloteros cubanos
no tenían suficientes motivos o deseos de irse de casa… eran grandes
héroes en la Isla, los equipos nacionales casi nunca perdían, y los
jugadores estaban motivados por el patriotismo y la lealtad al sistema
que los formó. Omar Linares era el chico de portada de esa actitud. Pero
ahora, con la debilitada economía en Cuba y los titulares hablando de
la cantidad de dólares brindados a estrellas como (José Dariel) Abreu y
Alexei Ramírez (y también a otros jugadores no considerados entre los
mejores de Cuba como Aroldis Chapman, Yasiel Puig, Rusney Castillo y
Alexander Guerrero, por ejemplo) todo eso ha cambiado.
UB: Hasta ahora, la Serie Nacional Cubana ha tenido
incontables estructuras distintas, y algunas han sido más competitivas
que otras. ¿Cuál cree usted que haya sido la mejor?
PCB: Esta es una pregunta muy difícil de contestar para el INDER y
para Higinio Vélez, y también lo es para mí. Me gusta mucho el sistema
que tuvo lugar durante la mayor parte del último cuarto de siglo, con
los equipos en cada provincia y jugando contra otros en igual cantidad
de veces. Ese es el verdadero béisbol nacional, pues brinda un genuino
“deporte nacional” para todos los fanáticos de la Isla, y uno que se
juega en o cerca de sus lugares de origen. También da oportunidad a
muchos jugadores jóvenes de desarrollarse. Pero igualmente entiendo (y
ampliamente estoy de acuerdo con) el argumento de que la cantidad de
talento ha decrecido y que por tanto una liga de ocho equipos sería más
competitiva y haría más para desarrollar el equipo nacional (que es en
primer lugar el propósito principal de la liga cubana). El problema es
que dejarlo en ocho equipos priva a la mitad de las provincias de la
nación de sus equipos locales y por tanto disminuye la fanaticada en
muchos rincones de la Isla.
Lo que no me gusta es la decisión de la Comisión de tratar de
hacerla de las dos maneras y hacerla al mismo tiempo (en otras palabras,
el actual formato de 16 equipos jugando 42 partidos y entonces 8
equipos clasificados jugando 45 juegos). Este nuevo calendario dividido
tiene demasiados contratiempos. Las estadísticas (y su comparación de un
año a otro) ahora se convierten en una pesadilla. La tradición vital de
tener a los jugadores en sus provincias de origen (tal vez mi aspecto
favorito del béisbol cubano) ahora está destruida. Y las pequeñas
provincias rurales (como Las Tunas, Guantánamo, Holguín o La Isla)
podrían perder el béisbol por la mitad de cada temporada. Es un problema
difícil de resolver y no sé aún cual es verdaderamente la mejor
solución.
UB: Luego de ver que el equipo cubano terminó segundo en la
edición inaugural del Clásico Mundial de Béisbol de 2006, ¿cómo cree que
le habría ido a los poderosos equipos de finales de los 80 y principios
de los 90 si el torneo del WBC se hubiese celebrado antes?
PCB: Los fanáticos del béisbol obviamente adoran estos debates y
todo el mundo tiene una firme opinión. Nadie puede ganar en estos
debates (tal vez porque son muy populares) pero no hay métrica para
medir una época y compararla con otra. Tengo la firme opinión como la
tiene todo el mundo y ya la he mencionado. Creo que los jugadores en
Cuba durante los últimos diez años son los mejores, y que los equipos
cubanos más talentosos que Cuba ha presentado (aunque no llegaron a las
finales como la escuadra de 2006 que tuvo varios breaks que
rompieron en su favor todo el tiempo). Vimos lo que Cepeda, Abreu, Bell y
otros podían hacer contra lanzadores de Grandes Ligas. Las estrellas
anteriores como Linares, Kindelán y Pacheco lograron sus incontables
victorias contra equipos universitarios y usando bates de aluminio. Eso
no quiere decir que si les hubiesen dado la oportunidad de usar bates de
madera contra una competencia más resistente no habrían tenido un éxito
similar. Pero simplemente no hay forma de saberlo. No vi a Marquetti o
Muños en sus mejores tiempos, pero vi a Linares y Kindelán. Para mí,
Cepeda ha sido tal vez el bateador más completo de Cuba contra pitcheo
de primer nivel, igual que Abreu, y muchos scouts de la MLB están de
acuerdo conmigo en este punto. Lo importante es que Abreu, Puig, Cepeda
(etcétera) son jugadores PROBADOS. Linares, Kindelán, Capiró y compañía
seguirán siendo por siempre apenas una cuestión de ESPECULACIÓN
infundada. Esa es una de las bellezas de la fanaticada del béisbol. Así
que yo digo, que siga el debate.
UB: Hay otro encarnizado debate sobre si el Salón de la Fama
del Béisbol Cubano debe ser construido como edificación en La Habana o
en el estadio más antiguo de Cuba, el Palmar de Junco (Matanzas). ¿Cuál
es su posición y por qué?
PCB: Me gustaría ver un verdadero Salón de la Fama y Museo en la
Isla (sé que el cineasta Ian Padrón y otros están trabajando en esta
dirección) y he hablado de donar (cuando ya no pueda estar para
disfrutarla) una gran parte de mi extensa colección de uniformes cubanos
a tal museo una vez que tenga un edificio sede permanente con adecuada
seguridad. Sobre dónde debe estar ubicado, no tengo ninguna preferencia
fuerte. La Habana tendría sentido prácticamente porque es un centro de
población y turismo. Pero no me gustaría verlo en una pequeña habitación
en el Estadio Latinoamericano. Necesita su propio edificio, como
cualquier otro museo nacional genuino. Palmar de Junco en Matanzas
tendría sentido desde la perspectiva histórica (es el equivalente mítico
de Cooperstown). Sin embargo, creo que va a pasar mucho tiempo para que
veamos un museo como este en Cuba, a menos que el gobierno decida
hacerlo. Definitivamente no hay fondos de inversionistas privados
disponibles para un proyecto como este, y hay demasiadas otras cosas en
la deteriorada infraestructura cubana que necesitan repararse primero.
UB: Por supuesto, el debate se incrementa cuando se trata de
jugadores exiliados. Algunos consideran que deben ser incluidos en el
Salón de la Fama mientras que otros consideran que no deberían, y otros
llegan más lejos aún al decir que los que se quedaron en Cuba deberían
ser descartados. ¿Qué posición tiene usted en esta discusión? ¿Podría
explicar?
PCB: Si se va a hacer un Salón de la Fama del Béisbol Cubano,
entonces cada jugador (al menos cada jugador nacido en Cuba) que jugó en
la Isla debería ser elegible para ser exaltado. Cualquier otra decisión
o sistema está basado en políticas estrellas y debería ser descartado.
Dicho esto, yo sí tengo mis preferencias sobre cómo debe establecerse
este sitial. Debería haber dos clasificaciones: haber nacido en cuba y
haber jugado al menos por un breve período en Cuba. NO incluiría a los
norteamericanos que jugaron antes de la Revolución (como Rocky Nelson u
Oscar Charleston) porque debería ser un Salón de la Fama Cubano (formado
por jugadores cubanos) en mi opinión. También excluiría a esos
jugadores nacidos en Cuba que nunca jugaron en el país; no habría
espacio para Cuéllar, o Canseco, o Palmeiro, pues ninguno de ellos jugó
en ninguna liga en Cuba. Pero Tony Oliva y Luis Tiant, sí, pues ellos
jugaron en su país cuando jóvenes y aprendieron el béisbol en Cuba. Y
claramente hombres como Camilo pascual y Pedro Ramos deberían ser
incluidos automáticamente, debido a que fueron estrellas en Cuba y en
las Ligas Mayores.
UB: ¿Cree usted que la falta de entendimiento entre
periodistas e historiadores en Cuba y afuera es una de las causas por
las que no existe una institución similar a SABR[ii] o la BBWAA[iii] en Cuba? ¿Cuál cree que sea la causa?
PCB: La BBWAA es la extensión de una estructura de béisbol
económica y comercial que rodea a la MLB (más un negocio que un deporte)
que no existe en Cuba. Cada periódico en cada gran ciudad (y ahora
también en los medios de internet) tiene más de un “baseball beat
writer” o escritor a tiempo completo. Durante años, Cuba tenía solamente
a Sigfredo Barros de Granma y a veces a una serie de escritores que se turnaban en Juventud Rebelde.
Los periódicos en las demás provincias podían tener a alguien
escribiendo sobre el equipo de béisbol para la prensa local, pero a
nadie que viajara a tiempo completo con el equipo de la provincia. Hay
diez veces más escritores a tiempo completo solamente en la ciudad de
Chicago que en toda la Isla de Cuba. Por tanto, no hay versión cubana de
la BBWAA.
SABR es originalmente una organización de base popular que fue
fundada por un pequeño grupo de aficionados casuales que querían seguir y
compartir más su interés en las estadísticas del béisbol. Ahora, por
supuesto, es una organización de tipo comercial con más de 7000 miembros
nacionales que incluye cuotas anuales, convenciones todos los años,
numerosas publicaciones, etcétera. Nuevamente se remite todo a la
estructura social de Cuba y sus realidades económicas. Pequeños grupos
de aficionados sí se organizan de manera similar por toda Cuba, en las Peñas Deportivas
locales. Pero no tienen todos los recursos (especialmente el lujo de
dejar dinero para un hobby o computadoras en casa con conexiones a
internet para mantenerse en comunicación de manera regular) o el tiempo
alejados de las preocupaciones diarias para expandir sus intereses en
una gran y elaborada distracción o “hobby” (con publicaciones mensuales,
reuniones anuales y mensuales por todo el país, etcétera) con las
características de SABR. Como todo lo demás de Cuba: comienza y termina
con los problemas de la economía tercermundista.
UB: Usted se ha relacionado cercanamente con varios jugadores
cubanos en la Isla y en las Mayores. ¿Podría decirnos algo curioso
acerca de las respectivas personalidades de algunos de ellos?
PCB: Sí, muchos jugadores cubanos (tanto en Cuba como ahora en
las Grandes Ligas) están entre mis amigos cubanos más cercanos. He
pasado tiempo cercanamente y he tenido excelentes experiencias
personales con una docena o más—especialmente Cepeda, Bell, Yulieski
Gourriel, Yadier Pedroso, Yosvani Peraza, Ariel Pestano, Pedro Luis Lazo
y muchos más— tanto en Cuba como en el extranjero y en torneos
internacionales. Estoy planeando contar algunas de las historias en el
libro que estoy escribiendo actualmente y que lo menciono más adelante, y
por tanto, no quiero revelar nada por adelantado del libro en esta
entrevista. Pero mencionaré algunas cosas acá. El momento más
triste de mi vida fue la trágica muerte de mi buen amigo Yadier Pedroso
unos días después del Clásico de 2013. Pedroso era uno de los hombres
más divertidos y genuinos que he conocido, y yo fui la última persona
ajena al equipo en conversar con él en el hotel de Tokio (en la
habitación de Cepeda) antes de que salieran de Japón para regresar a
casa. Nunca más vería a Yadier después de esta última despedida
“temporal” y eso aún me persigue.
Por otro lado, Cepeda es mi verdadero modelo a seguir y la imagen
del ser humano ideal, como lo menciono más adelante. Freddie es un
verdadero santo y ya no salen atletas o personas de un mejor molde.
Yunieski Maya es una persona verdaderamente impredecible (un tipo que
ama la diversión) y es adicto a las papas fritas[iv]
(una historia que será revelada en el próximo libro). Y Yulieski
(Gourriel) es un verdadero introvertido que no va a fiestas, se queda
fuera de la vista pública, y no bebe ni una gota de alcohol. Cepeda y yo
tenemos una broma permanente sobre buscar las cervezas de Yuli (Coca
Colas) en los hoteles del equipo en Europa y también en Sancti Spíritus.
UB: Para nadie es un secreto que el éxodo de peloteros
cubanos es una de las cosas que afectan la Serie Nacional, al tiempo que
traen un problema de tráfico humano a las autoridades de Estados
Unidos. ¿Puede usted avizorar un escenario ideal en el que ambas partes
puedan resultar beneficiadas?
PCB: Si hubiese un escenario ideal, ambas partes probablemente lo
habrían encontrado ya. En realidad no veo cuál pueda ser. El escenario
ideal según la perspectiva de ambas ligas es que todos los jugadores
cubanos que quieran firmar con clubes de la MLB deberían tener
autorización para venir directa y libremente a los Estados Unidos. Pero
eso arruinaría el béisbol cubano, porque no quedarían en casa jugadores
de calidad. Y por cierto, los jugadores y sus agentes tampoco quieren
una solución (la que permita a los jugadores entrar libremente en
Estados Unidos) porque eso significaría que los cubanos tendrían que
entrar en el draft amateur (no podrían ser agentes libres) y
por tanto no podrían firmar por más de 250 mil dólares bajo las
regulaciones actuales. Esto detendría en tráfico humano, de seguro (una
vez que los jugadores cuesten solamente un cuarto de millón) pero tanto
el béisbol cubano como sus jugadores saldrían perdiendo.
El escenario ideal desde la perspectiva cubana sería que los
peloteros cubanos pudieran jugar en las mayores, ganar mucho dinero,
llevar ese dinero a Cuba en el invierno y jugar entonces en la Serie
Nacional. Eso tampoco sucedería, precisamente por las razones explicadas
dondequiera y en estas respuestas. La OFAC[v]
podría dejar el embargo un día (aunque no estoy muy seguro de eso) y
permitir que los dólares de la MLB fluyan a Cuba. Pero los clubes de la
MLB nunca van a permitir a los ligamayoristas jugar calendarios
completos de invierno en Cuba o en cualquier otra parte. Como tampoco
querrán los jugadores como Abreu, ganando 68 millones de dólares, jugar
90 juegos adicionales en el invierno luego de jugar más de 160 en el
verano.
UB: ¿Cree que la Serie Nacional sería mejor si todos los
peloteros cubanos pudieran ir a la MLB y regresar a casa, aún si no
jugaran más para sus provincias? ¿Por qué?
PCB: La Serie Nacional sería mejor solamente si esos jugadores
que van a las mayores regresaran en el invierno y jugaran en la Liga
Cubana (como lo hicieron una vez los bigleaguers en los años 50 o 60).
Pero los tiempos han cambiado con la drásticamente cambiante estructura
económica del béisbol organizado y esto simplemente ya no es posible. Si
Abreu y Chapman y Rusney Castillo regresan a Cuba en los meses de
invierno y se sientan en casa sin jugar la Serie Nacional, esto no
ayudaría a la liga doméstica a mejorar.
UB: Cuba ha creado estrategias para tratar de impedir que los
jugadores se vayan. ¿Hay algo que usted cree que debían haber hecho y
no han hecho hasta ahora?
PCB: Las autoridades del béisbol cubano están enfrentando la
situación más difícil. Quieren recompensar mejor a sus jugadores con más
salario y con la oportunidad de ganar dinero en el extranjero, pero no a
expensas de lidiar con la MLB, puesto que enviar jugadores a los
Estados Unidos significaría que no regresen a Cuba a jugar pelota
invernal y también estarían perdidos para el equipo nacional. (la MLB
simplemente no permitirá que sus jugadores arriesguen una lesión jugando
pelota invernal y el embargo de Estados Unidos también impide que los
peloteros que van a Norteamérica regresar a casa y llevar sus honorarios
a Cuba). La posición de la Federación Cubana es razonable y simpatizo
con ella. Cuba no quiere perder la fuerza de su béisbol nacional como lo
han hecho Venezuela, la República Dominicana y Puerto Rico (no hay
pelota doméstica de calidad en esos países ahora que la MLB se ha
llevado todo el talento de esos lugares y lo ha puesto en el béisbol
organizado). Pero dada la triste situación económica de Cuba y las
barreras impuestas por las regulaciones de la MLB y la OFAC
(perteneciente al Departamento del Tesoro de Estados Unidos), hay muy
poco que los funcionarios cubanos puedan hacer. La única posibilidad
sería un acuerdo de trabajo más extensivo con las ligas japonesas, pero
dudo que sea suficiente para revertir el robo actual de jugadores.
UB: En los años 90, solamente un puñado de cubanos tuvo participación en el Big Show. ¿A qué atribuye la reciente ola de éxito —sin tener en cuenta la cantidad de jugadores —de los cubanos en las Mayores?
PCB: La razón para el éxito es evidentemente el talento natural
de los jugadores involucrados. No ha sido secreto para algunos de los
que seguimos el béisbol cubano (y yo he dicho esto a todo el mundo desde
hace una década) que si bien la Serie Nacional en sentido general puede
ser catalogada como Clase AA (doble A) comparada con el béisbol
organizado, hay al menos cuarenta peloteros cubanos (incluyendo a casi
todos los del equipo nacional) que podrían ser incluidos en un line up
de Grandes Ligas. Y también que 10 ó 15 jugadores podrían ser lo
suficientemente buenos como para llegar a superestrellas. Muchos dudaron
de mí en esa afirmación (incluyendo muchos fanáticos expatriados en
Miami quienes de repente se han sumado a creer que sí) pero ahora,
obviamente, se ha probado que estaba en lo cierto. No hubo un impacto
tan grande en los 90 porque los primeros jugadores en marcharse (a
excepción de El Duque, Liván y Contreras) no estaban entre los mejores
de la Isla. También, otros de los primeros en “desertar” —como Rolando
Arrojo, René Arocha y Osvaldo Fernández— tuvieron brazos dañados por
lanzar Batos de inferior calidad a bateadores con bates de aluminio.
Pero ahora que muchos de los mejores jugadores se han ido de la Isla y
entrado a las Grandes Ligas se hecho obvia la calidad de los peloteros
cubanos. Si Cepeda, Gourriel y Pestano se hubiesen ido de Cuba en 2004,
habríamos visto lo mismo suceder diez años antes.
UB: ¿Coincide usted con la idea de que la cantidad de cubanos que abandonan la Isla está sujeta a aumentar? ¿Por qué?
PCB: Sí, aumentará, aunque tal vez no tan rápidamente como
algunos podrían proyectar. Los cambos en la poíticas del INDER en 2013
no han detenido la oleada (y tampoco lo harán) porque la mayoría de los
jugadores jóvenes consideran que tienen muy poca o ninguna oportunidad
de estar en el selecto grupo de estrellas asignadas a Japón. La mala
economía en casa y las historias sensacionales sobre el éxito y la
fortuna instantánea de jugadores como Abreu, Puig o Castillo será
demasiada tentación para muchos cubanos jóvenes. Hay también otro factor
importante: hace diez años, los más grandes héroes en la Isla eran las
grandes estrellas del equipo nacional que ganaba virtualmente cada
partido y cada torneo. Ahora, equipo nacional pasa trabajo para ganar
contra mejores rivales y lo héroes a quienes todos siguen son Abreu Puig
y Chapman en las Mayores y no Freddie Cepeda en Sancti Spíritus o
Alfredo Despaigne en Granma. Este hecho por sí solo tentará a más
jugadores jóvenes a seguir el modelo de Abreu y no el de Cepeda. Las
recompensas ya no parecen estar en La Habana o Santiago, sino en Los
Ángeles o Chicago.
UB: ¿Tiene un jugador cubano favorito de todos los tiempos? ¿Quién?
PCB: Sin discusión, FREDERICH CEPEDA (si es que no lo habías
adivinado). No solo se trata de uno de los más entretenidos y
habilidosos bateadores en Cuba, sino también que no hacen ya seres
humanos mejores que Frederich Cepeda. Es una institución en Cuba y un
enorme crédito de esto va tanto para el béisbol cubano como para la
sociedad cubana.
UB: Ahora que se ha probado que el talento cubano es real,
estamos seguros de que surgirá un montón de “qué tal si…”. ¿Puede
nombrar al menos una docena de peloteros cubanos que decidieron quedarse
en Cuba y a quienes considera con suficiente calidad para imponerse en
las mayores y por qué?
PCB: Este grupo de regulares… ten en cuenta que estoy descartando
a muchas estrellas de los 70 y los 80 porque no los vi jugar béisbol
personalmente y por tanto es difícil para mí juzgarlos basado en algo
más que especulación.
Ariel Pestano (absolutamente en la cima de mi lista; el estelar
Orel Hershiser una vez me dijo que pestano era el mejor y más
inteligente receptor que jamás había visto en un terreno de béisbol).
Omar Linares (todo el mundo coincide en esta, así que no debo
entrar en detalles… un verdadero jugador de cinco herramientas y
excelente bateador en sus mejores tiempos aunque mayormente usó el
aluminio).
Frederich Cepeda (casi todos los scouts de la MLB con quienes
hablé a mediados de la primera década de este siglo me dijo que Cepeda
era el bateador cubano número uno en sus listas… el bateador de mejor
disciplina a ambos lados del plato que jamás haya visto en Cuba o en las
Grandes Ligas).
Yulieski Gourriel (podría jugar en cualquier lado del infield y
aunque nunca ha llegado a lo que se esperaba en sus principios, la
mayoría de los scouts de la MLB aún lo adoran).
Pedro Luis Lazo (siempre pensé que Pedro Luis Lazo era una opción
por encima de su compañero en Pinar José Ariel Contreras; el toletero
Albert Pujols comentó en el Clásico de 2006 que Lazo tenía el tenedor
más devastador que había visto en su vida).
Orestes Kindelán (bate de aluminio aparte, solamente su poder
natural le habría traído un contrato de 25 millones en los 90 —y eso es
probablemente 100 millones en el mercado de hoy… si Yasmani Tomás vale
ese dinero, ¿entonces cuánto Kindelán?).
Víctor Mesa (si los scouts y los fans aman hoy a Puig, ¿qué
podrían haber pensado de Mesa?… uno de los más talentosos y fácilmente
el más pintoresco jugador de la historia de las Series Nacionales).
Germán Mesa (fácilmente el mejor torpedero cubano de la historia…
el futuro ligamayorista Rey Ordóñez se fue de Cuba principalmente
porque no podía jugar de regular en el equipo nacional mientras Mesa
estuviera allí).
Eduardo Paret (tal vez un paso atrás de Germán Mesa en la
defensa, pero un bateador mucho mejor bateador que Mesa y el propio Rey
Ordóñez).
Faustino Corrales (un excelente zurdo y tú sabes lo mucho que son
valorados los buenos zurdos con excelente control en las Grandes
Ligas).
Norberto González (lo mismo que dije de Faustino Corrales puede decirse en este caso).
Norge Luis Vera (probó su valía en el Clásico y las Olimpíadas…
por mucho pensé que Vera era el lanzador más resistente y talentoso de
la Isla por casi doce años y emuló con el promedio de ganados y perdidos
de por vida de El Duque lanzando casi una década más… si Miguel Alfredo
González y Yunieski Maya pudieron llegar a las mayores, entonces Norge
Luis Vera claramente también).
Alexei Bell (inmediatamente después de los Juegos Olímpicos de
Beijing 2008 muchos scouts me dijeron que era el mejor jardinero de
Cuba… antes de lastimarse varias veces, su único problema podría haber
sido su pequeña estatura… un brazo de jardinero de Grandes Ligas, para
completar esa capacidad de batear con oportunidad ante lanzadores con
calidad de Grandes Ligas).
Alfredo Despaigne (varias veces me preguntaron en 2010 y 2011
durante torneos internacionales que a quién veía como mejor bateador
—Despaigne o Céspedes— y siempre escogí al primero. La mayoría de los
scouts de la MLB presentes en el lugar rápidamente coincidían con mi
opinión al respecto).
UB: Hablando de jugadores favoritos. Hacer una selección de
peloteros cubanos de todos los tiempos y de todas las ligas es difícil,
pero me gustaría que me diera al menos dos de los mejores cubanos —en su
opinión— por opinión, desestimando cuándo y dónde jugaron.
PCB: Voy a hacer un corte aquí, y lo que haga esta semana lo haré
de manera diferente la próxima. También recuerda lo que dije
anteriormente sobre la imposibilidad virtual de comparar jugadores de
diferentes décadas o diferentes eras. Así que esta lista está basada en
el impacto histórico de varios jugadores, y no quiere decir
necesariamente que sean los individuos más talentosos en esas
posiciones. (Si el caso fuera ese —talento natural solamente— entonces
todos los jugadores en mi lista vendrían de los últimos diez años,
cuando los peloteros se hicieron físicamente más grandes y mejores que
nunca antes).
Receptor: (2) Ariel Pestano, Juan Castro.
Primera base: (2) José Abreu, Rafael Palmeiro.
Segunda base: (2) Yulieski Gourriel, Alexei Ramírez (comenzó jugando en Cuba).
Tercera base: (2) Omar Linares, Yulieski Gourriel.
Torpedero: (2) Germán Mesa, Eduardo Paret.
Jardineros: (6) Tony Oliva, Orestes Miñoso, Yoenis Céspedes, Alfredo Despaigne, José Canseco, Yasiel Puig.
Lanzadores: (6) Adolfo Luque, Luis Tiant Jr., El Duque Hernández, Pedro Luis Lazo, Miguel Cuéllar, Norge Luis Vera.
Bateadores designados: (2) Freddie Cepeda, Osmani Urrutia.
UB: ¿Hay algo que haya estado queriendo hacer concerniente al béisbol cubano que hasta ahora no haya logrado?
PCB: Hay solamente una “provincia” y un estadio de la liga al que
no he visitado y se trata de Isla de la Juventud y el estadio Cristóbal
Labra de Nueva Gerona. Está definitivamente en mi agenda. Me gustaría
también estar para un Juego de Estrellas de la liga y para el juego
final del play off por el campeonato. He visto ambos eventos numerosas
veces por televisión pero me gustaría estar en persona. También me
gustaría ver jugar al equipo nacional en Taiwán (nunca he estado allí) y
lo tengo marcado como una posibilidad para el próximo mes de noviembre
de 2015.
UB: ¿Le gustaría compartir algunos de los proyectos futuros que tiene en curso en estos momentos?
PCB: Sí, actualmente estoy escribiendo dos importantes libros que
espero completar en los próximos meses a tiempo para que se publiquen
en 2015. El primero encierra mis memorias personales de casi dos décadas
completas de viajar a Cuba y también en Europa, Asia y América Latina
siguiendo al equipo nacional de Cuba en eventos internacionales. Ese
libro será publicado por McFarland y tentativamente lleva por nombre THE “YANQUI” IN CUBA’S DUGOUT: TRAVELS INSIDE FIDEL CASTRO’S BASEBALL EMPIRE. El segundo libro es la historia reciente de los peloteros cubanos que “desertan” hacia las Mayores (CUBA’S BIG LEAGUE BASEBALL “DEFECTORS” – AN INSIDER’S ACCOUNT OF BASEBALL’S HOTTEST STORY),
pero como el contrato oficial aún no se ha firmado no puedo revelar aún
la editorial que publicará el libro. Estoy también trabajando desde
hace un tiempo en una historia sobre el equipo nacional de Cuba (para
McFarland Publishers).
Nota: Para acceder al sitio de Peter C. Bjarkman, por favor visite www.Bjarkman.com.
[i]
Coffee table book: Se dice de los libros grandes y con cubierta dura
que se diseñan y se encuadernan de ese modo para adornar las mesas de
café
[ii] SABR: Society for American Baseball Research (Sociedad para la Investigación del Béisbol de Estados Unidos)
[iii] BBWAA: Baseball Writers’ Association of America (Asociación de Escritores del Béisbol de Estados Unidos)
[iv] Peter C. Bjarkman utiliza la frase “papas fritas” en español
[v] OFAC: Office of Foreign Assets’ Control (Oficina para el Control de Activos Extranjeros)
No pude terminar de leer, voy an trabajar pero es una de las mejores entrevistas de besibol que e visto
ResponderBorrarCon el debido respeto a este conocedor del BB cubano
ResponderBorrar¿que hace Yulieski Gourriel en dos posiciones?
Y en 2b ¿acaso Yulieski se podría comparer con Pacheco?
Eso por no hablar de los que el señor Bjarkman no vio, como Isasi, Anglada o Urquiola
por otra parte, el mismo se contradice parcialmente al colocar en su listado a Palmeiro y Canseco, que segun sus propios criterios no debian entrar al Salon de la Fama y para colmo, incluye a un grande como Luque a quien evidentemente no vio jugar, y excluye a otros por no haberlos visto
yo po rmi parte, nunca vi jugar a Luque ni tampoco a Marrero o Jose de la C Mendez, pero su historia merece que se si incluye al uno, se incluyan los otros
Y me da hasta gracia que Faustino o Norberto (buenos lanzadores, si) esten por encima de Pablo Miguel, Changa, Betancourt o Darcourt
En resumen, es imposible hacer un todos estrellas del BB cubano, cuando mas y mucho, hacerlo por epocas
oye no se dejen engañar, el piter charman ese es tremendo chivaton del gobierno cubano.
ResponderBorraryuma y to ese lleva rato pinchando pa la seguridad cubana.
tienes envidia interior,Chapman tiene plata para toda su vida,revisate haver si no stas sufriendo papito
ResponderBorrarplata piter charman??
ResponderBorrartu seguro que lo estas confundiendo con un cantante de musica americana de vaquero.
loco si piter charman tuviera un peso, no estaria yendo a perrearle a los castro, no comas basura. tu y yo tenemos mas dinero que piter charman, que ademas siempre tiene tremenda peste en los sobacos. te lo digo yo que lo conoci personalmente y me tuve que echar a un lao, por lo que tenia el barbaro era blanca nieve y los siete enanitos en los sobaco
1. ¿Pudiera tener el Email de Bjarkman o de Mark Rucker? Los he buscado y no los encuentro. Daniel, please.
ResponderBorrar2. En un salón de la fama nacional se pueden escoger peloteros nativos y extranjeros. Sería ser muy insensato no incluir a Oscar Charleston, que no es cubano, en ese nuevo Salón, pero que jugó fuerte a la bola en Cuba, como también Papa "Cool" Bell y otras estrellas de las desaparecidas ligas negro. Los mexicanos tienen 11 peloteros cubanos en su salón, otro tanto de parte de Venezuela. Con esa mentalidad, Cooperstown sería solo para los americanos. El salón es para todo aquel que haya jugado pelota por Cuba o en Cuba y se haya destacado. Canseco y Palmeiro son cubanos a fin de cuentas, así hayan estudiado en Harvard o en Purdue, y le dieron fama a nuestro país, pues todos los cronistas deportivos les identifican como CUBANOS. Me parece bueno haber tocado el tema, pero cuando se debate si Tiant Jr. o Camilo Pascual deben estar o no (no fueron incluidos entre los 100 mejores del pasado siglo), es de dudar que ahora se decidan a acordarse de gente que probablemente ni conocen como Charleston, Raymond "Jabao" Brown, Sam Bankhead, Rocky Nelson o Max Lanier entre otros. estebanbbmv@yahoo.com
Bjarkman tiene una cuenta de facebook muy accesible donde responde preguntas y se comunica con cualquiera.
ResponderBorrarbusquelo por ahi.
Manda pinga con los periodistas perrones estos y el viejo chivaton este
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