‘Me llamo Tony González y estoy feliz de estar en Miami’


Tomado del NuevoHerald, por Pedro J. Gonzalez.
Un grupo de veteranos jugadores de Puentes Grandes celebraban uno de sus tradicionales partidos dominicales de fútbol en Miami, cuando de pronto Lazarito, uno de los jugadores, le dice a otro:


“¿A que no sabes quién es ese? Fue el ‘short’ de Industriales, Tony González”.

A lo que el otro responde: “No puede ser, se ve muy joven, y además ¿qué hace aquí?”.

Efectivamente, se trataba de uno de los jugadores cuyo nombre se convirtió en sinónimo de béisbol y de Industriales, justo desde el momento en que el legendario equipo de la capital cubana diera sus primeros pasos después del cisma que dividió a toda la nación y al deporte. Los Industriales se estrenaron ganando varios campeonatos consecutivos y Tony González fue uno de sus primeros héroes.


La trayectoria de Tony González por el béisbol fue tan brillante que muchos desconocen que el ex torpedero también fue un gran jugador de fútbol.

“Me llamo Tony González y estoy feliz de estar en Miami. Y sí jugué fútbol escolar y juvenil”, dijo Tony. “Cuando aquello había muchos españoles alrededor del balompié en Cuba y me enseñaron muchos conceptos técnicos y tácticos que luego me sirvieron para triunfar como delantero”.

Sin embargo Miguel Antonio González Ferrer terminó por entregarle su corazón al béisbol, su primer amor.

A sus 75 años se mantiene en forma haciendo deporte y caminando un kilómetro diario y todavía le brillan los ojos cuando recuerda su época dorada como short stop de los Industriales.

“Los años que jugué en Industriales fueron lindos y maravillosos, era un gran equipo”, comentó Tony. “Fuimos los primeros industrialistas y aunque no teníamos el físico de los de ahora, pienso que nos entregábamos más al juego, nadie quería ser el héroe, sino que el equipo ganara”.

La historia del oriundo del Cerro es rica en anécdotas y de ellas escogió una.

“Recuerdo que una vez estábamos al campo con las bases llenas y ‘pichando’ Walfrido Ruiz. Vino Owen Blandino, que era un bateador del centro del terreno, y conectó una línea por encima de segunda; yo, como fui portero en mi infancia, me lancé y capturé la bola”, recordó. “El estadio entero se paró para aplaudirme y yo me fuí muy contento para el banco, pero a llegar el manager me dijo: ‘estabas mal colocado, tenías que estar más al centro para no tener que tirarte’, y yo creía haber hecho la maravilla del siglo”.

González era el típico jugador criollo que jugaba la pelota viva, con unas de las mejores manos de todos los tiempos, las cuales le permitían coger incluso batazos que cambiaban de dirección al rebotar contra el terreno, lo que lo hacía especial.

“Yo tenía esa habilidad porque desarrollé grandes reflejos al tener que jugar desde pequeño en terrenos muy malos, con piedras, donde la pelota siempre ‘picaba’ mal”, indicó el ex industrialista. “Yo siempre estaba preparado, esperando el bounce malo”.

Tony también destacó por su promedio de embasamiento y por el corrido de bases.

“Me ‘embasaba’ mucho porque tenía mucha paciencia en el plato y no me iba con bolas malas, aunque a veces cuando la bola era muy mala me ponchaba a propósito para que al catcher se le fuera y coger primera”, señaló. “Una vez allí, como era muy inquieto, preocupaba a los pitchers y trataba de adivinar la bola en rompimiento para irme”.

González recuerda los lanzadores más difíciles a los que se enfrentó.

“Aunque yo bateaba a las dos manos, Aquino Abreu fue para mí el [lanzador] más difícil. Manuel Alarcón era muy bueno, pero a mi me costaba menos conectarle”, relató.

El torpedero, nacido un 8 de mayo 1938, aprendió viendo a los grandes. Su casa estaba a unos pasos del estadio del Cerro, donde se jugaba un gran béisbol.

“A los 12 años ya estaba metido dentro del estadio alcanzándole las toallas a “Minnie” Miñoso, Camilo Pascual y otros grandes peloteros”, recordó González. “Desde entonces la pelota entró en mi vida y se quedó para siempre”.

A los 16 años, cuando jugaba para el diario El País, hizo su primer equipo Cuba en el mundial juvenil de México. Luego, de mayor, fue 12 años el torpedero de los equipo de la Habana y un fijo en la selección nacional.

“Con el equipo Cuba gané cuatro Mundiales, dos Panamericanos y dos Centroamericanos”, expresó. “Tuve oportunidad de jugar en las Grandes Ligas con San Francisco, pero me frenó el amor a mi mamá y mi papá, así que me perdí jugar con Juan Marichal y con otros grandes”.

Con 23 años Tony fue uno de los fundadores de las series nacionales.

“La primera serie nacional comenzó en Cuba un 10 de enero 1962, me acuerdo que era domingo”, dijo. “Industriales se formaba con los jugadores de los equipos perdedores del torneo provincial y el que ganaba se convertía en el equipo Habana. Algunas veces yo quedé campeón y jugué con Habana y no con Industriales”.

Aquel Industriales marcó época, coronándose campeón los años 1963,1964, 1965 y 1966.

“Recuerdo que teníamos un gran equipo, con Urbano González, Jorge Trigoura, Germán Aguila, Antonio Jiménez, Eulogio Osorio, Pedro Chávez, Armando Capiró, Changa Mederos, Manolo Hurtado, Papo Liaño, Orlando Rubio, Ricardo Lazo, Arturo Linares y muchos más”, añadió.

Sin embargo nunca dejó de seguir el fútbol, deporte en el que también pudo llegar bien lejos.

“Con 23 goles fui líder goleador en el torneo juvenil por encima de Juan Antonio Lotina”, rememora. “Era una época en la que jugaban grandes jugadores como Manuel Bobadilla, Dulcenombre, los Mariños, Paco Moré, Peñalver, Nini Piedra, Angel Bacallao, Zenaldo García, Eloy Martínez, una de las mejores generaciones del balompié nacional”.

Tony da sus razones por las que el balompié está desplazando en popularidad al béisbol en la Isla.

“El fútbol siempre tuvo su afición en Cuba, pero además solo se necesita un balón. Para jugar béisbol se necesitan guantes, pelotas y bates, es más difícil”, expresó. “Además no ponen los juegos de Grandes Ligas donde participan los cubanos y sí ponen mucho del Real Madrid, del Barcelona, de las ligas Europeas y de México”.

el hoy entrenador de béisbol también analizó el momento actual del deporte en la isla.

“En mi época no había tanta emigración y eso hacía que los jugadores duraran más tiempo en el equipo, no como ahora. Aunque estos muchachos están abriendo la puerta que nunca debió estar cerrada, porque esto es deporte”, indicó.

“Alumnos míos como Yasmany Tomás me veían en Cuba en la parada de la guagua y me decían: ‘profe “usted tiene ocho medallas de oro, es campeón mundial, panamericano y centroamericano y lo veo en guagua, yo no quiero que eso me pase a mí’”.

Con respecto a los cambios anunciados y al restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos el ex pelotero mantiene cierta reserva.

“Ojalá los jugadores puedan venir a jugar libremente para acá, pero tengo que verlo para creerlo”, dijo González.

Y por último un consejo.

“Que amen el deporte. Yo amo al béisbol, lo adoro, es mi vida”, dijo. “Lo primero es amar al deporte, luego viene el dinero. Me gustaría que los jóvenes lo sientan así, porque cuando uno ama su trabajo, jamás vuelve a trabajar”.

Comentarios

  1. El tipo del comentario anterior parece saber lo que afirma, me imagino que por experiencia propia.

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  2. No el probla fue que me entere que te cabillo a ti

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