¿El Cuba puede celebrar? (Razones para fiestear y creer)

Nos mereciamos un triunfo como este, en contra del pronóstico y dramático

Y ganó Cuba, como lo había deseado, a la antigua, en franca hazaña digna de loas y trovadores escribiendo canticos. Cuba venció como merecía su pueblo, o mejor dicho la parte de su pueblo que deseaba el triunfo, y ahora queda un México asequible, que con una simple decisión, puede convertirse en espectador, del torneo más improbable de ganar por un equipo cubano en la historia de este juego.


Este victoria, nadie lo dude, tenía que ocurrir. No es posible, más allá del karma y la brujería, que un equipo cubano repitiera la ridícula y desagradable exposición del 2014, en Margarita.

Había que hacernos soñar, no con nocaos horrendos frente a trabajadores de un fabrica coreana o victorias apretadas contra universitarios que pasarían años en las Menores antes de llegar a las Grandes Ligas (si es que llegaban), sino con un juego sacado de abajo, donde Cuba (Pinar del Rio) fabricó tantas carreras como había hecho en todo el torneo, frente a un Venezuela invicto, lleno de profesionales (de verdad) con experiencia en decenas de disimiles escenarios. El equipo inclusive, con las anotaciones de este sábado, logró lo que ninguno de los otros 4 planteles ha hecho en un juego de esta Serie del Caribe, pisar el plato 8 veces.

Era justo dejar de oír que si Casanova, que si Pacheco, que si Muñoz, para que los muchachos de hoy, nos dieran un juego como este. Esos muchachos, nacidos en la misma tierra tan llena de estrellas, desde Esteban Bellán hasta Frederich Cepeda, quien respondió con vergüenza y con timbales (disculpen las damas y los menores que leen estas líneas), a la altura del compromiso.

Era justo que un equipo del patio lograra tener a todos frente al televisor o el internet, entre la incertidumbre y el desespero, para regalarnos una victoria en la que muy pocos creían.

Muchos llegaron a la trasmisión esperando ver cómo nos avergonzábamos aún más y otros sin saber a qué santo pedirle, pero de alguna manera todos nos convertimos en creyentes y volvimos a ser fanáticos.

Parece de pronto que Urquiola, quien ha dirigido muy mal un equipo que escogieron por él, está colectando el pago de ser un manager que apela a la modestia, la humildad y sus hombres, clases que debería aprender Víctor Mesa, que aún no entiende porque él no gana torneos importantes o dirige equipos que sean capaces de lucir grandes, aun con un resultado de 2 victorias y 3 derrotas.

No quiero lucir triunfalista y les prometo regresar con mi opinión de todo lo que está mal, MUY MAL, en nuestra pelota, pero me sentí tan cubano, tan orgulloso y tan parte de ese Pinar del Rio (Cuba), que siento es momento de celebrar. Esta alegría nos la merecíamos, ellos (los peloteros) y nosotros (los fanáticos), nunca la Federación o el INDER, de hecho creo que es una manera muy oportuna de celebrar el fin de años desastrosos, bajo la guía de Higinio Vélez, que aun hace sombra y está en Puerto Rico, pero ya no es el Comisionado.

Este domingo Cuba se enfrentará a México y voy a atreverme a dar mi pronóstico, pues ya se cumplió que llegaron a la discusión del título, que hice público en la página “Industriales los Azules de la Capital”, de Facebook.

Allí me dieron por loco, me dijeron que llegaba más allá del delirio y hasta “…pana que droga tu consumes…”

Se alegraban algunos y se burlaban otros, pero Cuba (Pinar del Rio) le ganó a Puerto Rico, que fue peor que nosotros y mereció el quinto puesto. Nadie nos regaló la presencia en Semifinales, los boricuas la perdieron.

Entonces Venezuela, en juego de muerte súbita, no supo ganar el “bueno” y además quedó sobrecogido cuando un marcador 3-0 a su favor, se convirtió en un 8-4 en su contra, irremediable. Nadie nos regaló la presencia en la Final, los venezolanos la perdieron.

Con esto dicho y un mini análisis de Pinar del Rio (Cuba), comparto con un ustedes mi predicción.

Si México saca las cuentas precisas y abre con lanzador zurdo, las posibilidades que ganen son amplias, casi seguras. Sin embargo si cometen el error de hacerlo con un diestro, entonces el Cuba (Pinar del Rio) puede titularse Campeón de la Serie del Caribe del 2015.

Quiero equivocarme sobremanera y que los míos se lleven el trofeo, aunque el pitcher de los mexicanos tire a ambas manos y por debajo de la tierra, pero la carencia de los abridores siniestros en la isla nos los hace extraños, además que el daño que les ocasionan a Roel Santos, Alexander Malleta y Giorvis Duvergel, juega a favor de esa opción.

Quedan unas horas para discutir el título y ya Pinar del Rio (Cuba) se celebra, no con engaño de “tierra de héroes” o “esta es la estirpe de nuestros peloteros”, sino con la satisfacción del dramatismo regalado por los nuestros, exacto cuando la balanza dejó de estar a su favor y cintillos circunstanciales ahora hablan de “Sorprende Cuba”.

Quiero, humano insaciable y ambicioso, ganar hoy, vencer a México y permitirme una trompetilla a los que no entiende como de pronto podemos ser Campeones, no obstante voy a disfrutar del juego y no sé ustedes, pero siento que los míos pueden devolverme la fe.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu.