El colega Reynaldo Cruz nos trae estas mini-entrevistas con
especialistas de beisbol, que están de visita en Cuba y resulta interesante
leerlas, pues nos encontramos una visión imparcial, con comentarios como…Clase
A, máximo Doble A…muy mal pitcheo…poca velocidad entre los lanzadores…entre
otras muchas, disfruten.
Tomado de UniversoBeisbol, por Reynaldo Cruz
Cuando supe que tendría la oportunidad de interactuar con los participantes del tour CubaBall,
integrado por personas que desde Norteamérica (Estados Unidos y Canadá)
viajan a Cuba para ver el béisbol cubano en el lugar de los hechos,
supe que no podía dejar pasar la oportunidad de entrevistar a dos o tres
de sus miembros. Dos juegos en el Estadio Calixto García de Holguín y
uno en el Estadio Mártires de Barbados de Granma me permitieron llegar a
cierto grado de acercamiento y complicidad con ellos, al punto de que
excepto Peter C. Bjarkman (a quien ya había entrevistado una vez y
sugirió que por cuestiones de tiempo le diera prioridad a los demás)
todos pudieron darme sus impresiones del béisbol cubano.
Bien claro estaba Bjarkman cuando me aconsejó que lo dejara para el
final, pues de él ya he sacado impresiones recientemente, y no sabía si
iba a tener la oportunidad de interactuar con los demás luego de su
partida, y apenas dio tiempo terminar con el último de los viajeros.
Muchos conocedores, entre ellos varios miembros de la Sociedad para la Investigación del Béisbol de Estados Unidos (SABR: Society for American Baseball Research),
se sentaron en los palcos de ambos estadios antes de partir rumbo al
occidente del país, para no solo disfrutar del béisbol cubano, sino
también conocer a sus fanáticos e interactuar con ellos, cantar Take Me Out to the Ball Game en el séptimo inning, y —lo que me resultó más llamativo— anotar los partidos (sí, con hojas de anotación y todo).
Del grupo solamente conocía —por la vía digital, claro está— a Peter
Bjarkman, a Bill Nowlin y a Chuck Hildebrandt, y en el caso de estos dos
últimos, ni siquiera sabía cómo lucían físicamente, aunque ellos sí
estaban muy claros de quién era yo. Sin embargo, luego de dos noches en
los palcos del parque beisbolero de Holguín y todo un día en la
carretera y en las gradas del estadio bayamés, mi plan inicial de
recoger opiniones de solo unos pocos cambió drásticamente y logré captar
los criterios de casi todos, y notarán las diferencias entre ellos,
pero también cómo en ciertos puntos coinciden en su mayoría.
Este es mi tour número 13, y uno de los mayores cambios
que he notado en el béisbol cubano es que los pitchers no lanzan con
tanta velocidad. En las Ligas Mayores ahora es muy poco frecuente tener
un lanzador que tire en las 80 millas por hora. Muchos lanzadores tiran
alrededor de las 95 millas por hora, algunos (uno de ellos por supuesto
cubano) tiran más alto que eso aún. Pero en Cuba hay muy poco lanzadores
que tienen una recta de Grandes Ligas. Por otro lado, se una liga de
buenos lanzamientos de rompimiento. Por ejemplo, Jonder Martínez , no sé
si haya muchos lanzadores de Ligas Mayores que puedan tirar una curva
como la suya; vimos una buena curva anoche, del lanzador abridor de
Matanzas (Yoanni Yera). Otra cosa es las condiciones del terreno,
comparado con las Ligas Mayores, donde hay terrenos con muy buenas
condiciones, y es muy difícil que haya un mal bounce, y esto
hace que cualquier cosa pueda pasar en un juego en Cuba, porque no se
trata solo de los jugadores, sino de las condiciones materiales en Cuba,
lo cual hace que cada juego sea interesante. Por ejemplo, el que vimos
hoy, estaba 10-2 en el noveno inning, y realmente nadie puede confiarse
de tal ventaja porque las condiciones del terreno son un factor de
fuerza. Otra cosa que me ha llamado la atención en los muchos años que
llevo viniendo a Cuba ha sido los experimentos en cuanto la estructura
de la temporada, y hay muchos jugadores que están al nivel de las
Grandes Ligas, otros que están al nivel de la Triple A y hay otros que
están al nivel de las ligas universitarias, y esta tremenda variación en
cuanto a los niveles de talento hacen el juego realmente al béisbol de
las Ligas Mayores. Creo que en Cuba, donde hay 11 millones de habitantes
y un formato de 16 equipos esto se hace más notable, tenemos por
ejemplo el caso de Industriales, donde hay tantos jugadores buenos
porque tienen una gran población. Me parece que con la eliminación de
los últimos ocho equipos y la selección de los refuerzos por parte de
los ocho primeros han provocado que veamos un mejor béisbol que el que
se ve en la primera mitad, reduciendo a ocho equipos y permitiendo que
jugadores talentosos de los equipos eliminados fortalezcan a estos ocho.
Me parece que estamos viendo un béisbol de nivel Triple A en Cuba, y me
gusta. En cuanto a los aficionados, me parecen mucho más entendidos que
en las Ligas Mayores, porque vienen al estadio solamente porque quieren
ver el béisbol, no vienen porque su compañía les regala los asientos;
vienen a ver el juego y no porque quieren comprar souvenirs. Si no uno
mira el juego no sabe lo que está pasando en el terreno, y en los
Estados Unidos puede verse la repetición en las pantallas gigantes, y
hay programas que van dando detalles del juego, mientras que esto de acá
es puramente béisbol. Y si alguien me dijera que tengo la posibilidad
de ir a un juego de béisbol en Holguín o ir a ver un juego en el Yankee
Stadium, no lo dudaría y me iría a Holguín. Creo que el béisbol es más
puro, y que la relación entre los fans y los jugadores es más íntima,
más respetuoso, y espero que en ese sentido el béisbol cubano no cambie.
/ Kit Krieger (Vancouver, British Columbia)
Hemos visto tres juegos, tuvimos una demora de 47 minutos por
apagón (en Holguín), vimos un equipo perder por seis u ocho carreras y
conectar más hits que su rival. Diría que el béisbol acá es muy
inconsistente. Hay jugadores muy bien preparados, pero hay otros que no
están ni cerca —claro que esto se aplica a todas partes—, y los juegos
se tornaron torpes e imprecisos hacia los finales, pero eso también es
comprensible. Los estadios son maravillosos, nos encantó ver los viejos
estadios, su arquitectura, los fanáticos, que vienen a ver el juego y a
dar ánimo a su equipo; fue muy pintoresco y emocionante. Tengo otro
comentario, vine acá hace doce años a jugar como parte de un equipo de
veteranos de Estados Unidos, y me parece que Cuba ha avanzado mucho en
doce años: está más limpia, más desarrollada y hay más actividad
comercial. Creo que es una mejora significativa en doce años. Estaba más
atrasada, más empobrecida, casi olvidada por Dios en aquel entonces. Es
muy agradable ver lo que yo llamaría una mejoría. /Lewis Levy y su esposa Leslee Levy (St. Louis, Missouri)
Esta es mi cuarta visita a Cuba. En 2001 vine como parte de un
intercambio coral con algunos estudiantes de nivel medio y este es mi
tercer viaje de CubaBall. Disfruto mucho visitar los estadios.
Las cosas son muy diferentes: me gusta que los aficionados son muy
apasionados y amistosos. La comida es casera, y eso también me gusta
mucho, cuando hay comida en los estadios hay diferentes opciones y están
los vendedores por todas partes. Me impresiona mucho el conocimiento de
los fanáticos jóvenes, principalmente los niños. Todos parecen entender
verdaderamente lo que está sucediendo y eso es muy impresionante, no es
el caso que se ve todo el tiempo en los Estados Unidos. Normalmente en
Estados Unidos mucha gente se va antes de que termine el juego, y acá se
quedan hasta el final aunque su equipo este ganando o perdiendo. Tienen
esperanza de que su equipo venga de abajo y gane cuando no está
ganando, y eso tiene que ser muy reconfortante para los jugadores. /Lisa Farbstein, Arlington, Virginia
Me parece que los juegos no marchan tan rápido como pensé que lo
harían debido a que no hay comercialización, no hay anuncios… pensé que
los juegos iban a desarrollarse un poco más rápidamente de lo que lo
hacen, pero eso está bien. En realidad disfruto mucho la atmósfera, pues
es un producto muy muy puro; es una atmósfera que no creo que se pueda
tener en ningún otro lugar del mundo a este nivel… tal vez en la
República Dominicana, pero no tanto. Me parece interesante que la Serie
Nacional de Béisbol de Cuba no siga —y lo discutimos en el juego la otra
noche— el código, las reglas no escritas del béisbol. He visto jugadas
como la que vimos la otra noche, que provocarían que la vez siguiente al
bate de ese jugador el lanzador oponente le tire la pelota para
golpearlo o que el próximo bateador sea golpeado, como retribución, y
esto me parece fascinante. También noté que en la Serie Nacional cubana
no parece haber tanta discusión con los árbitros como la hay en las
Ligas Mayores, y eso me resulta muy interesante, y no sé por qué aunque
recuerde que mi muestra es bastante limitada, pues solamente he estado
en cinco partidos desde que estoy en Cuba, y hace alrededor de tres años
vi otros dos juegos, pero mi sentir o mis observaciones en ese aspecto
en aquel entonces fueron similares: hay menos discusión con los
árbitros, lo que es en cierto modo agradable. Es más un juego de equipo
acá, que en Estados Unidos o Canadá es más por el bienestar del
colectivo en lugar del individuo, lo cual es de esperar, supongo, porque
cada jugador está ganando prácticamente lo mismo que ganan los demás y
no firman contratos millonarios como en la Major League Baseball. / Paul Barnes (Toronto, Ontario)
Yo compararía el béisbol de Cuba con el béisbol de Clase A o tal
vez algunas Doble A en el sistema de Ligas Menores de los Estados
Unidos. Se nota que hay una falta de implementos, y en la mayoría de las
ocasiones los juegos se mueven bastante rápido, no se pierde mucho
tiempo como en las Ligas Mayores, en las que los bateadores se salen
constantemente de la caja de bateo y los pitchers se mueven todo el
tiempo en la lomita. Me impresionó en sentido general, vimos algunas
buenas jugadas, pero considerando que se trata de la Serie Nacional, me
sorprendió alguna falta de coordinación en el corrido de bases, algunos
corredores puestos out en las bases, y casi todo el mundo hace ese tipo
de cosas. Los fanáticos son geniales y se meten mucho en el juego. Fue
interesante ver cómo los jugadores se reúnen entre innings, sobre todo
los de Víctor Mesa, cómo todo el mundo sale a saludar cada vez que
alguien anota. En el punto medio del juego todos los jugadores de ambos
equipos salen, calientan y hacen ejercicios, lo cual es bastante único.
Es un poco difícil seguir el juego sin alineaciones en la pizarra, pero
en realidad fue muy interesante. /Don Pavlick (Arlington, Virginia)
Este es mi cuarto viaje a Cuba, mi segundo con CubaBall;
mi primero fue en 2001, así que ha pasado mucho tiempo desde aquella
vez. Creo que lo más que me ha impresionado en los tres juegos que hemos
visto—comparado con el béisbol de Estados Unidos—es un espíritu extra
de tratar de conseguir una carrera. Sabe, cosas como las que vimos en el
juego de hoy, en Granma, vimos que con un corredor en primera base hubo
un sacrificio, ¡en el primer inning!, solo para tratar de adelantarlo… y
funcionó, el corredor anotó (ahora no puedo recordar si fue en el
primer o en el segundo inning). Normalmente no se hace eso con tanta
frecuencia en el béisbol allá, pues todo el mundo trata de armar un rally grande, y he visto rallies
grandes acá, pero no necesariamente de la misma manera… es una especie
de espíritu adicional. Veo una variación en los árbitros, que no les
gusta que los jugadores les armen escenas cuando fallan… y el béisbol,
como todos sabemos, es un deporte en el que si se tiene éxito un 30 por
ciento de las veces se es una gran estrella, pero uno tiene que estar
listo para fracasar el 70 por ciento de las veces. En cuanto a las
diferencias entre los fanáticos de acá y Estados Unidos, no puedo decir
mucho, porque cuando miro a los fans encuentro el comportamiento y
encuentro otras cosas, como el background económico-social, y esto no
puedo decirlo acá, comparado con nuestro país. Veo que la gente acá
procede de medios distintos, o no… parecen ser apenas personas comunes y
corrientes que vienen a los juegos. Nosotros (en Estados Unidos)
tenemos muchas personas que van a los juegos por propósitos de negocios,
o porque sus compañías les pagaron para que fueran como una forma de
entretenimiento, y ese no parece ser el caso acá, donde hay mucha gente
estudiando el juego, pero también muchos niños pasándola bien y jugando,
lo cual es muy importante, porque si los niños no se divierten en los
juegos, no volverán al estadio. /Bill Nowlin (Cambridge, Massachussets)
Creo que las diferencias más grandes que veo se centran en la
estrategia de los mentores. Hay un tipo específico de estrategia —al
menos con la que estoy familiarizado— de los managers que la mayoría de
ellos sigue; por supuesto, siempre hay algunos que se salen de la norma.
Pero hay ciertas cosas que se hacen en ciertos momentos, y los managers
se apegan a eso, y parece haber un poco más de independencia en las
decisiones que toman, cuándo las toman y en qué momento del juego las
toman. Lo que ha sido fascinante para mí ha sido lo impredecible de
todo, debido a este nuevo tipo de estrategia de los mentores, nunca sé o
nunca parezco saber qué esperar, lo cual es muy divertido, como un
sacrificio en el primer inning. Me gusta el juego chico, me gusta el
estilo de juego de Ichiro, de los Japoneses… me gusta ver el tipo de
juego que se centra manufacturar una carrera a la vez, contrario a los
batazos de grandes dimensiones, que es la forma en que operan hoy la
mayoría de los equipos de Grandes Ligas, que tratan de sacar la pelota
por encima de la cerca. En cuanto a los fanáticos, parecen estar más
centrados, incluso cuando no lo están, incluso cuando parece que no
están prestando atención, y tan pronto como sucede algo importante,
todos están allí inmediatamente, todos parecen capaces de concentrarse
en el partido de una forma en la que los fans norteamericanos no lo
hacen. Porque sucede que los parques beisboleros de Estados Unidos son
hasta cierto punto parques de diversiones: hay siempre muchas otras
cosas que hacer aparte de prestar atención al juego de béisbol, y por
eso la atención de los fanáticos varía mucho, y aquí la razón por la que
están en el estadio es puramente el juego, y siempre están concentrados
en ello. Para mí es muy emocionante verlo y ser parte de eso. /Ralph Carhart (New York, New York)
Al ser de Cincinnati, y teniendo en cuenta la larga historia que
tiene el béisbol de Cincinnati con Cuba, remontándonos a los primeros
años, cuando muchos jugadores cubanos jugaron en Cincinnati. Durante los
años 40 y 50 muchos scouts venían a Cuba y fichaban a muchos jugadores.
Yo estuve aquí en 2004, y la diferencia que he visto en el béisbol
cubano entre 2004 y hoy es que me parece que en cuanto al nivel de
habilidad ha habido un cierto declive en la calidad general del béisbol
cubano. Hace once años, cuando se echaba una mirada a los equipos de
alto nivel, cada posición era sólida, desde el pitcher, el jardinero
derecho… había jugadores curtidos que se habían desarrollado totalmente
en el sistema cubano, que tenían mucha habilidad. En los tres juegos a
los que hemos asistido en este viaje, he visto una gran inconsistencia
entre los niveles de juego: algunos jugadores están a un altísimo nivel,
pero he visto fisuras enormes en mi opinión. Es así como evalúo el
béisbol cubano, no es tan fuerte como lo era hace once años. En cuanto a
los fanáticos, me encanta su entusiasmo, hemos podido interactuar con
ellos, y se ve que conocen el juego. Me gusta mucho que luego de cada
jugada hablan entre ellos, comentando lo que ha sucedido. Para mí es una
muestra del gran entusiasmo que tienen. / Larry Phillips (Cincinnati, Ohio)
Me encantó venir acá y ver el béisbol cubano. Este es mi tercer viaje a Cuba (mi primero fue con Global Exchange), hace tres años vine en mi primer viaje con CubaBall,
y me encantó, creo que fuimos a seis juegos en estadios diferentes. Me
fascinó, fue excelente. También hablo español, por lo que es más
divertido para mí, ya que puedo conversar con la gente. Me encanta
viajar, y una de mis cosas favoritas, aparte del buen béisbol y de la
interacción entre los fans y los jugadores, es las bandas musicales y
los sonidos que tiene cada equipo. Hasta el momento, no he podido
escuchar esto en este viaje, pero espero poder hacerlo. /Barbara Bell (Pasadena, California)
Me gusta el béisbol cubano porque los peloteros juegan por sus
provincias de origen y no los transfieren, no había visto equipos
mezclados hasta este año, cuando se utilizan refuerzos de otras
provincias hacia la recta final de la campaña. Me gusta que los
peloteros jueguen por sus amigos y familias, y que jueguen con un
orgullo y compromiso que a veces no se ve en el béisbol de Estados
Unidos. También aprecio mucho que haya una mujer árbitro acá en Cuba, y
me gustaría ver eso alguna vez en los Estados Unidos, aunque no estoy
segura de que suceda alguna vez. Disfruto verdaderamente los juegos, con
los fanáticos, que están bien involucrados y apasionados, saben lo que
está sucediendo y están apoyando a sus muchachos. Ha sido muy divertido
disfrutar del béisbol acá en Cuba. /Marlene Vogelsang (Oakland, California)
Muchas de mis opiniones sobre el béisbol cubano no tienen nada
que ver con el juego, sino que disfruto la falta de la comercialización
que tenemos en el juego en Estados Unidos, donde se ven carteles en el
estadio promocionando artículos para que la gente compre o use. También,
no hay interrupciones en el béisbol cubano por causa de la música y las
pizarras no funcionan como televisores gigantescos para distraer del
juego a las personas que lo están viendo. La música asociada con los
jugadores, especialmente con los cerradores que vienen a terminar el
juego en el noveno inning me parece una gran distracción… la ausencia de
ésta es un punto a favor del juego. En cuanto al juego, se desarrolla
de la misma manera, aunque las condiciones de los terrenos en Cuba son
tales que se ven más errores, más pelotas dando rebotes extraños y ese
tipo de cosas. Los jugadores de los equipos son casi todos de una misma
área geográfica, lo cual es interesante y positivo, pero también
significa que hay una gran disparidad y que la calidad de los jugadores,
simplemente basados en el hecho de que algunos están en el equipo
nacional y son mayores, otros son bastante jóvenes y propensos a cometer
errores en cuanto a dónde tirar la bola, y literalmente cómo jugar.
Estos para mí son críticas menores, porque no se trata de criticar los
juegos, sino la forma en que los equipos están estructurados aquí. Me
gusta el juego, me gusta la pasión de los fans, y la pasión que tienen
los jugadores, que se muestra cuando salen de la cueva a felicitar a un
compañero que anota o conecta un jonrón. Voy a seguir viniendo, este ha
sido mi séptimo viaje. /Oscar Soule (Olympia, Washington)
Luego de dos juegos nocturnos y uno diurno, una de las cosas que
noté fueron los uniformes, y me dio mucho placer ver jugadores llevando
el uniforme a la vieja usanza: con las medias altas. Fueron unos pocos,
pero esto me hizo preguntarme, porqué escogieron llevarlo así y porqué
otros jugadores no. Los juegos parecieron más largos, pero hubo jugadas
muy emocionantes, y me parece que los juegos que he visto en la Liga
Nacional tienen menos carreras, pero no parecen tan largos. Hay
fanáticos muy muy apasionados en Cuba. Y una de las cosas que me impactó
fue —gracias a Dios— que no hubo alcohol, porque los fanáticos vienen y
ya están muy apasionados, muy prestos a discutir, y las emociones están
a flor de piel si a su equipo no le va bien o le va bien. En estos
casos, el alcohol no ayuda en lo absoluto. Me dio mucha satisfacción ver
cuánto un pequeño pueblo o comunidad apoyaría a su equipo, viniendo al
juego. /Phyllis McMaster-Moist (Sacramento, California)
El nivel de juego es bueno, aunque creo que las mayores
diferencias (con la MLB) están en el pitcheo: hay muy buen pitcheo, pero
también hay muy mal pitcheo, tal vez no al nivel que se ve en las
Mayores. También la defensa puede ser espectacular, pero llegar a ser
—igualmente debido al terreno— dubitativa e imprecisa, no tan efectiva
como en las Mayores. Los fanáticos están totalmente centrados en el
juego, no hay estímulos artificiales que provoquen que los fanáticos
hagan las cosas, sino que ellos son espontáneos, sin grandes pizarras.
Mi primer juego en Cuba fue en 1988, y la gente solía traer instrumentos
musicales y tocar durante el juego. Ahora los aficionados están más
concentrados en los partidos. La mayor diferencia que he visto entre
Cuba y las Grandes Ligas es que en las Grandes Ligas no existe nada
parecido a Víctor Mesa. Nunca verá a nadie hacer las cosas que hace
Víctor Mesa, muchos mentores harán muchas cosas locas, pero nada como
Víctor Mesa, es simplemente fabuloso. Algo muy entretenido, que vale la
pena ver. /Bob Krieger (Vancouver, British Columbia)
Me impacta el hecho de que acá se ve una diferencia grande en el
nivel de juego, con súper estrellas y jugadores de doble A. me parece
que el nivel de juego es disparejo. Vimos estrategia un poco inusual, me
quedé boquiabierto cuando vimos hoy una jugada en la que, en el final
del segundo inning, con un corredor en segunda sin outs, hubo un
sacrificio. Es verdad que era el octavo bate, y yo particularmente no
conozco a ese jugador, tal vez sea tan terrible que prefieran que
adelante al corredor, que después anote con un fly de sacrificio,
realmente no entendí el porqué de adelantar a ese corredor que ya estaba
en posición anotadora, claro que esto es un juicio basado en mi
desconocimiento de los jugadores. Lo mismo sucede con el corrido de
bases, que parece ser aventurero, algo que me gusta, pero repito, no
conozco a los jugadores, así que puede que no sea tan aventurero mandar
un corredor rápido; lo es si el corredor no es tan rápido, pero vimos
intentos de robo e intentos de alcanzar una base más que terminaron
siendo outs. Pero es emocionante de ese modo. Los aficionados son
fantásticos, no necesitan ningún tipo de incentivo extra para apoyar a
su equipo, me gusta que interactúen con los jugadores y que a los
jugadores les guste reaccionar si están siendo molestados o animados, no
hay estímulos en las pizarras para que comiencen a animar, no hay
concursos: solamente béisbol y comunidad. Me encanta esa parte del
juego. No me gustaría que la Liga Cubana siguiera el rumbo de las Ligas
Negras o de la Liga Japonesa, donde el talento toma otro rumbo: me
gustaría que la Liga Cubana se preservara. /Tom Hawthorne (Victoria, Canadá)
La primera vez que vine a Cuba fue en 1993, y luego vine solo en
1999 para ver a los Orioles jugar, porque quería ver el primer equipo de
béisbol profesional de Estados Unidos jugar en Cuba. Fue muy conmovedor
para mí escuchar The Star-Spangled Banner en una vieja
grabación en el Estadio Latinoamericano. Creo que la calidad de los
jugadores en Cuba varía mucho entre los mejores y los no tan buenos. Hay
aquí jugadores que podrían jugar en las Grandes Ligas o en la parte más
alta de las Ligas Menores, mientras que hay otros que no lo lograrían.
Los fanáticos son más conocedores, y el entretenimiento es el béisbol en
sí, en lugar de todas las otras cosas que se ven en los estadios de las
Ligas Mayores. A veces allá pareciera como si se disculparan por tener
béisbol, por lo que entretienen a la gente que no está primeramente
interesada en la razón principal para asistir a un estadio. Una cosa que
me llamó la atención fue la parte política, no como una doctrina, sino
más bien con un tema patriótico en los murales y los carteles, que
parece ser en Cuba más parte del juego que en los Estados Unidos. En
Estados Unidos tenemos los elementos corporativos, que particularmente
no me gustan. Es muy agradable venir a Cuba y no ser bombardeado con
identidad corporativa o por compañías que no tienen nada que ver con el
béisbol, porque eso lo tenemos frente a nuestros rostros en todos los
aspectos de la vida norteamericana. Me gusta interactuar con los
aficionados, y me gusta que los aficionados puedan ir hasta la cerca y
gritar a los árbitros, que es lo que la gente solía hacer en los
estadios de las Ligas Mayores hace cincuenta o sesenta años, y desde que
los jugadores están ganando millones de dólares (aunque esta no es la
única razón) la distancia entre ellos y los aficionados promedio o los
aficionados en general, y lo que está pasando en el terreno de juego ha
aumentado más y más. Yo le digo constantemente a la gente “¿Quieren
sentir lo que es ir a un juego de béisbol en 1935? Pues Cuba es el único
lugar del mundo donde puede hacerse exactamente eso”. /Jerry Cohen (Seattle, Washington)
Una de las cosas que más me ha interesado siempre en los deportes
colectivos, especialmente el béisbol es los uniformes y las camisetas,
para resaltar las diferencias de un equipo con otro. Esta es la tercera
vez que vengo a Cuba y los uniformes hoy son diferentes a como eran hace
unos años: ahora son más modernos, creo que su estilo es más vistoso y
los anteriores eran en cierto modo antiguos y no tan vistosos, y es
interesante ver cómo todo eso se ha desarrollado. También es que —no sé
si pueda llamarse marketing en Cuba— son muy distintivos, y los
aficionados de ciertos equipos en particular usan los colores del equipo
en mucho de los casos, como para identificarse, como mismo se sientan
de un lado o de otro de la gradería. Es algo que se ve en muchos
deportes, y me parece que acá en Cuba se ha hecho un muy buen trabajo,
con diseños vistosos, inteligentes y distintivos. /John Moist (Sacramento, California)
Creo que en los juegos no había tantas personas, porque estoy
acostumbrada al Yankee Stadium, pero el espíritu y la pasión que vimos,
cómo juegan, el hecho de que salgan al terreno a felicitar a sus
compañeros luego de una buena jugada, eso fue de veras muy divertido. En
las Grandes Ligas es como si eso estuviera un poco reprimido, aunque al
ser aficionada de los Yankees hay muchas cosas que no llegamos a ver,
como cierto tipo de fanáticos que existen en el Yankee Stadium,
conocidos como las Bleacher Creatures (criaturas de las gradas
de sol). También, no me pareció que hubiese muchas mujeres en los
juegos, no tantas como en las Ligas Mayores de los Estados Unidos, lo
cual es otra de las experiencias que he tenido. Pero nuestro viaje acá
con CubaBall ha sido muy divertido, porque llegamos a conocer a
Víctor Mesa, y también conocimos a varios de los comisionados
provinciales, y usted sabe que uno no llega a tener ese tipo de contacto
cercano con las Ligas Mayores, a menos que usted sea alguien importante
o conozca a alguien importante. /Nan Schubel (Tucson, Arizona)
Una de las cosas que disfruté y con las que me sentí muy
impresionado respecto a los estadios y la calidad del béisbol fue que no
hay distracciones, sino que el juego es el centro de todo. Nuestros
estadios tienen grandes pizarras y cosas llamativas por todos lados, y
mascotas corriendo de un lado a otro haciendo cosas tontas, carteles de
todas las corporaciones, asientos de lujo para que los ricos se sienten
allí, a veces ni siquiera para mirar el juego. Esto era solamente
béisbol y fue maravilloso no tener distracciones. En segundo lugar,
cuando supe que todos los jugadores de un equipo son de la misma
provincia, me ayudó a entender por qué parece haber una fuerte identidad
comunitaria, con la gente en las gradas, con los aficionados. Muchas de
las personas con quienes hablé, incluyendo los niños, conocían a los
jugadores, a todos ellos, conocían a sus familias. En nuestro béisbol se
más de las corporaciones que de la comunidad, controlando al béisbol y
quién juega, y esto más un béisbol comunitario a un nivel profesional.
Los aficionados están realmente inmersos en el juego… y me gusta más que
los vítores son más espontáneos y totalmente dirigidos por los
aficionados que en nuestros estadios, donde se suena el órgano y todo el
mundo hace algo, y cuando el órgano para, todo el mundo para. Es
controlado por el sistema de audio en lugar de la gente. Sobre la
calidad del béisbol, fue bueno ver que había estrellas notables con
otros jugadores cuyas habilidades aún no están desarrolladas, pero que a
pesar de esto son lo suficientemente buenos como para estar en el
equipo. Los receptores no parecían ayudar mucho a los lanzadores, no
encuadraban al lanzador dónde querían el lanzamiento. Supongo que
estaban enviando señas, pero por ejemplo nuestros catchers ponen la
mascota justo donde quieren que el lanzador ponga el lanzamiento. Me
gustó ver cómo los mentores son tan activos y ubican a los fildeadores
de acuerdo con el bateador en turno, y a la situación, lo cual es muy
similar a las Ligas Mayores. Los juegos que hemos visto no han sido
cerrados, pero vimos cosas muy emocionantes, que no se ven todos los
días: un triple play (algo que es bien raro), un grand slam (jonrón con
bases llenas), un balk, wild pitches en los que anotaron tres corredores
en una misma entrada. He disfrutado los juegos porque tienen una
calidad profesional con un sentimiento de comunidad en él. /Russell Fox (Olympia, Washington)
Algo que me ha llamado la atención en el béisbol cubano es que
hay muchos más toques de bola, y describiría el béisbol visto acá como
small ball (juego chico), y aunque ha habido muchas carreras, ha
prevalecido el enfoque en el toque, y avanzar a los corredores con el
objetivo de conseguir al menos esa primera carrera o lograr la carrera
de la ventaja. Este enfoque en el juego chico es algo que normalmente no
se ve en los Estados Unidos. Los managers acá son muy activos,
cambiando lanzadores con más rapidez que lo que se hace típicamente en
los Estados Unidos. No tengo nada en contra de ello, pero los managers
se hacen más protagonistas del juego de ese modo. Lo que me llamó la
atención de los aficionados fue su autenticidad, son muy espontáneos, no
hay nada orquestado, reaccionan junto con la multitud a cada acción en
el terreno. Son aficionados muy innovadores, en Holguín hacían un sonido
extraño con una especie de matraca, parecido al sonido de una serpiente
de cascabel, y yo nunca en los Estados Unidos había visto ese tipo de
acción. Por eso me parecen innovadores, además de que disfrutan los
juegos. Me considero un purista del béisbol, y me resulta agradable ver
el enfoque en el juego en lugar de todas las cosas que ponen a su
alrededor en el béisbol norteamericano: las pizarras de millones de
dólares, otras cosas como las mascotas… creo que he visto apenas una
mascota acá. Y lo importante es el juego: la pasión de los atletas es
obvia, al igual que la de los aficionados, por lo que disfruté mucho. /Gaylon White (Atlanta, Georgia)
Creo que lo que más me ha impactado del béisbol en Cuba es que
cuando imaginaba tal vez cómo era el béisbol profesional en Estados
Unidos durante los primeros años del siglo XX, en que se trataba más de
ir al estadio a ver el juego, había más estrategia de juego chico, había
más toques, más velocidad en función de la ofensiva… creo que es una
forma de jugar que no hemos visto en Estados Unidos durante décadas, en
sentido general. Lo más impresionante es que la gente que va a estos
juegos vuelca tanta emoción hacia lo que sucede en el juego, hacia el
equipo, mucha más, y creo que de una forma distinta, que los aficionados
norteamericanos. Los aficionados norteamericanos pueden sentir emoción
por sus equipos, pero también pueden estar algo distantes de ellos, y
creo que esta gente siente más por el equipo porque casi todos los
jugadores van a estar allí al año siguiente, saben que no los van a
transferir, saben que no se van a ir vía agencia libre, y me parece que
hay realmente un orgullo local hacia los jugadores. Siento que es algo
que extrañamos en Estados Unidos, y estoy muy feliz de haber podido
venir a Cuba y haber experimentado algo así. /Chuck Hildebrandt (Detroit, Michigan)
loco hablas mierda a veces... "no lo dejan muy bien parado", eso puedes borrarlo y tu resumen completo del artículo, que no es resumen de nada.
ResponderBorrarMe pasa que termino comentando en este blog por los comentarios de otros "lectores brillantes y defensores de la revolucion"
ResponderBorrarEl trabajo es muy informativo, pues como dice De Malas es otra vision de alguien que le importa un carajo que opina sobre Cuba.
Lo que le paso al comentario anterior es que se conformó con que quienes opinaron hablaron bien de nuestras raices, lo folklorico y lo primitivo de visitar la isla, pero si dijeron que el picheo esta muy mal, que nadie tira duro, que los juegos se demoran una eternidad sin tener comerciales ni nada, le dieron categoria de Clase A y a lo mejor de Doble, sin mascotas, pocas mujeres en los juegos, en fin deudas y mas deudas.
Bueno pues espero que el "navegador de internet del comite central" que ya opinó, se considere respondido.
Gracias De Malas por tenernos al tanto de todo.
En mi opinion esta gente hacen un balance del Beisbol Cubano,si bien nos dejan saber de cosas( que miles de veces hemos dicho en este y otros foros suceden con nuestra pelota y la han estado matando),tambien resaltan aspectos positivos que tiene y que ellos admiran,es un beisbol en estado puro,aunque algunos le vean primitivo y a destiempo,en eso coincido con ellos,pero si seguimos analizando sus opiniones,entonces tampoco dejan muy bien parada a la MLB( sin dudas donde se juega el mejor beisbol del mundo),con su sentido netamente comercial y de ventas en todos los sentidos,y eso que no tocaron el punto del doping,que por muchos años garantizo espectaculo,ventas y $$$$$),no fue hasta que el glamour y la apariencia se vieron comprometidas y peligraron las ventas que entonces tomaron medidas,aun muy dociles,yo solo sigo la actuacion de los cubanos a quienes siempre les deseare lo mejor de este mundo,que ganen lo que puedan con su talento y teson,veo algun que otro juego,principalmente de play off,y hasta ahi,tal vez me tilden de loco,no sin razon,pero sigo a los maltrechos Industriales y a la decadente pelota nacional,pero la mia,cualquier otra opinion,todo mi respeto,MACHETE.
ResponderBorrarNada Nuevo. Todo eso lo sabemos nosotros los cubanos que dia a dia seguimos Nuestro Beisbol en los estadios.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo contigo deberia decir ¨Los deja bien parados¨
ResponderBorrarEl beisbol no es solo jugadores es que los estadios se llenen
ResponderBorrarMira, yo fui el que hizo el primero comentario, y no soy del partido ni del internet del comite central como dices, ni siquiera estoy en Cuba.
ResponderBorrarMi comentario fue porque el supuesto resumen no se puede considerar un resumen de los comentarios; si es verdad que 1 dijo algo de doble A, otro dijo algo de AAA, otro critico el pitcheo... como mismo otro 1 solo alabó algo sobre el pitcheo, como mismo uno o dos dijeron que habían peloteros de mucha calidad.
Pero lo más importante, creo que TODOS se refirieron al público y la pasión en los estadios, casi todos criticaron la mala calidad de los terrenos y la opinión general sobre la calidad era que es muy desproporcionada entre los jugadores en un mismo equipo.
Esto más o menos es un resumen de los comentarios, y no el que se hizo en el que se mencionó lo que solo uno dijo.