Michel está cumpliendo sus funciones de líder |
Por Oscar Sánchez
Poco más de media hora de pie durante los tres últimos capítulos del choque, los corazones por encima de la línea de taquicardia y los pechos al borde de la explosión, pues las emociones no cabían en esta ínsula. Ese es el béisbol y lo demostraron la Isla de la Juventud y Matanzas al lidiar por segunda vez consecutiva en extrainnings para que los pineros se fueran delante en la serie semifinal por dos victorias a una, al vencer 7-6 en 13 entradas.
Cinco horas y media serían imposibles resumirlas en un breve espacio de periódico. Sin embargo, en ellas, un hombre que lleva 18 años con la misma camiseta de Pirata, se volvió a echar su equipo encima, y como buen capitán nuevamente llevó el barco a puerto seguro. Pero antes de que Michel Enríquez hable para ustedes, démosle al hombre que decidió el partido la oportunidad de expresarse.
“Salí a conectar, a hacer un buen contacto. Es cierto que tras el descontrol del lanzador, recibí la seña de esperar, pero como lanzó en strike, me metí en el conteo. Entonces decidí que a todo lo que pasara al alcance de mi bate, le tiraría, le puse todo a ese turno al bate”, expresó Jorge Alberto Tartabull, el hombre que prendió cohete al jardín izquierdo para convertir el Cristóbal Labra en un estallido de alegría.
Pero lo de Michel es algo apoteósico, ayer en cada turno al bate la Isla entera gritaba su nombre y él respondió, pues dio el doble en el noveno, luego llegó a tercera en jugada de pisa y corre y lo mismo hizo desde la antesala para sentenciar la igualada a seis, donde la Isla de la Juventud, que no dejó de soñar en la victoria, comenzó a verla hecha realidad.
—¿Qué llevas dentro cuando escuchas a toda la grada coreando tu nombre?
—A todos ellos, a este pueblo que a cada paso que doy por mi ciudad me detiene para llenarme de cariño. Le debo todo eso al béisbol, no a Michel Enríquez y se lo debo también a mi papá y a mi mamá, que están conmigo siempre que empuño el madero.
—¿Hasta dónde puede llegar este equipo en la Serie?
—Tan lejos como sea capaz de proponérselo, avanzaremos más en la misma medida que nos equivoquemos menos, y ceo que estamos haciendo las cosas bien. Lo primero es respetar al contrario, porque es adversario y además, porque es potente, con muchas variables, no puedes darle el más mínimo chance, pues si eso pasa no te deja jugar.
—¿Creíste este momento, crees que puedan llegar a la final?
—Nosotros nos creemos lo que queremos conseguir, y salimos por la victoria en cada encuentro. Pero fíjate, lo mejor es que se dé el espectáculo que acabamos de vivir, le hace bien al béisbol, al pueblo, al de aquí y al de toda Cuba, precisó.
Fue un duelo muy parecido al segundo, celebrado el pasado miércoles en Matanzas, aunque esta vez los que vinieron de abajo fueron los yumurinos, que acudieron a todo en busca del triunfo que los devuelva a su cuartel general con posibilidades de avanzar a la final de la pelota cubana.
Squeeze play para empatar, bateo y corrido, sacrificio, velocidad en las bases, y un desfile de lanzadores por la lomita roja salieron de las estrategias de la dirección matancera. Sin embargo, una vez más cayeron más allá del noveno y nuevamente con Héctor Mendoza en el cierre, aunque si a un serpentinero hay que darle todo el crédito de la tarde del viernes es al segundo relevo pirata, Luis Manuel Suárez, que paró en seco a los Cocodrilos.
¿Qué les ha faltado a los líderes de la etapa regular de la temporada? Sencillamente lo que le sobra a la Isla de la Juventud, un líder que se exprese en toda su magnitud, como Michel en los Piratas, Despaigne, en Granma o un Vladmir García, en Ciego de Ávila. Claro que Matanzas tiene a esa figura, pero no en el terreno, porque sin dudas Víctor Mesa posee esa condición, pero no es lo mismo en el dogaut que en el terreno. Él, que también fue un líder en el campo, sabe que es así.
Y algo de lo cual carece la nave escarlata es buena defensa en la receptoría. Son muchachos muy jóvenes, sin experiencia y con perspectivas, pero si Onel Vega tuvo responsabilidad el miércoles anterior en el revés, ahora en el tercer desafío Orlando Arencibia nunca tuvo la pelota en la jugada que le decidía a su equipo y en la cual Michel Enríquez luchó el empate en el noveno.
Matanzas está contra la pared, pero el propio director anfitrión José L. Rodríguez Pantoja, dijo: “No hemos ganado todavía, hay que seguir luchando”.
Poco más de media hora de pie durante los tres últimos capítulos del choque, los corazones por encima de la línea de taquicardia y los pechos al borde de la explosión, pues las emociones no cabían en esta ínsula. Ese es el béisbol y lo demostraron la Isla de la Juventud y Matanzas al lidiar por segunda vez consecutiva en extrainnings para que los pineros se fueran delante en la serie semifinal por dos victorias a una, al vencer 7-6 en 13 entradas.
Cinco horas y media serían imposibles resumirlas en un breve espacio de periódico. Sin embargo, en ellas, un hombre que lleva 18 años con la misma camiseta de Pirata, se volvió a echar su equipo encima, y como buen capitán nuevamente llevó el barco a puerto seguro. Pero antes de que Michel Enríquez hable para ustedes, démosle al hombre que decidió el partido la oportunidad de expresarse.
“Salí a conectar, a hacer un buen contacto. Es cierto que tras el descontrol del lanzador, recibí la seña de esperar, pero como lanzó en strike, me metí en el conteo. Entonces decidí que a todo lo que pasara al alcance de mi bate, le tiraría, le puse todo a ese turno al bate”, expresó Jorge Alberto Tartabull, el hombre que prendió cohete al jardín izquierdo para convertir el Cristóbal Labra en un estallido de alegría.
Pero lo de Michel es algo apoteósico, ayer en cada turno al bate la Isla entera gritaba su nombre y él respondió, pues dio el doble en el noveno, luego llegó a tercera en jugada de pisa y corre y lo mismo hizo desde la antesala para sentenciar la igualada a seis, donde la Isla de la Juventud, que no dejó de soñar en la victoria, comenzó a verla hecha realidad.
—¿Qué llevas dentro cuando escuchas a toda la grada coreando tu nombre?
—A todos ellos, a este pueblo que a cada paso que doy por mi ciudad me detiene para llenarme de cariño. Le debo todo eso al béisbol, no a Michel Enríquez y se lo debo también a mi papá y a mi mamá, que están conmigo siempre que empuño el madero.
—¿Hasta dónde puede llegar este equipo en la Serie?
—Tan lejos como sea capaz de proponérselo, avanzaremos más en la misma medida que nos equivoquemos menos, y ceo que estamos haciendo las cosas bien. Lo primero es respetar al contrario, porque es adversario y además, porque es potente, con muchas variables, no puedes darle el más mínimo chance, pues si eso pasa no te deja jugar.
—¿Creíste este momento, crees que puedan llegar a la final?
—Nosotros nos creemos lo que queremos conseguir, y salimos por la victoria en cada encuentro. Pero fíjate, lo mejor es que se dé el espectáculo que acabamos de vivir, le hace bien al béisbol, al pueblo, al de aquí y al de toda Cuba, precisó.
Fue un duelo muy parecido al segundo, celebrado el pasado miércoles en Matanzas, aunque esta vez los que vinieron de abajo fueron los yumurinos, que acudieron a todo en busca del triunfo que los devuelva a su cuartel general con posibilidades de avanzar a la final de la pelota cubana.
Squeeze play para empatar, bateo y corrido, sacrificio, velocidad en las bases, y un desfile de lanzadores por la lomita roja salieron de las estrategias de la dirección matancera. Sin embargo, una vez más cayeron más allá del noveno y nuevamente con Héctor Mendoza en el cierre, aunque si a un serpentinero hay que darle todo el crédito de la tarde del viernes es al segundo relevo pirata, Luis Manuel Suárez, que paró en seco a los Cocodrilos.
¿Qué les ha faltado a los líderes de la etapa regular de la temporada? Sencillamente lo que le sobra a la Isla de la Juventud, un líder que se exprese en toda su magnitud, como Michel en los Piratas, Despaigne, en Granma o un Vladmir García, en Ciego de Ávila. Claro que Matanzas tiene a esa figura, pero no en el terreno, porque sin dudas Víctor Mesa posee esa condición, pero no es lo mismo en el dogaut que en el terreno. Él, que también fue un líder en el campo, sabe que es así.
Y algo de lo cual carece la nave escarlata es buena defensa en la receptoría. Son muchachos muy jóvenes, sin experiencia y con perspectivas, pero si Onel Vega tuvo responsabilidad el miércoles anterior en el revés, ahora en el tercer desafío Orlando Arencibia nunca tuvo la pelota en la jugada que le decidía a su equipo y en la cual Michel Enríquez luchó el empate en el noveno.
Matanzas está contra la pared, pero el propio director anfitrión José L. Rodríguez Pantoja, dijo: “No hemos ganado todavía, hay que seguir luchando”.
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