Por Oscar Sánchez
MATANZAS.—Un elevado de foul que debió ser el primer out del octavo capítulo, pero que se convirtió en error del receptor Onel Vega, fue lo que necesitó el combativo equipo de la Isla de la Juventud para ahogarle en el noveno episodio el grito de victoria al plantel matancero y destruir en un segundo una faena de ensueño del derecho yumurino Jonder Martínez, que tejió en la lomita una verdadera obra de arte, ante un rival como Yoalkis Cruz, quien también se mostró gigante en la trinchera pinera.
Pero fue también lo suficiente para que los Piratas se expresaran con esa garra que los tiene en esta postemporada. En el noveno salieron decididos a empatar y lo alcanzaron por esa maestría del veterano Luis Felipe Rivera y el corrido de Rigoberto Gómez que sepultó un doble play ganador de la defensa anfitriona. Fue además lo que hacía falta para ver un verdadero juego de playoff, que prestigia al espectáculo. ¿Quién dijo que no están los grandes disputando el cetro más preciado del deporte cubano?
Hubo ayer excelentes jugadas a la defensa, del jardinero central matancero Leonelkis Escalante y del Súper 12 Michel Enriquez, quien con sus 18 campañas a cuestas parece tener 15 años; claro que hubo ineficiencias, llevadas por la desesperación y la tensión, propias de estos juegos y también de las deudas en la preparación individual que se necesita para enfrentamientos de esta índole. Pero pineros y matanceros nos llenaron de emociones.
También era lo que necesitaba la comitiva visitante para darle protagonismo a sus astros del montículo, Dany Aguilera y Héctor Mendoza, justo lo que evitaban los Cocodrilos, al decir de Víctor Figueroa, el hombre de confianza del mentor Víctor Mesa. “El que no llegue delante al último tercio frente a la Isla, tiene muy pocas posibilidades de ganar, pues cuenta con el mejor pitcheo cerrador del campeonato”, nos dijo.
Los insulares metieron el desafío donde son más fuertes, en el segmento en el que su pitcheo es definidor de partidos ante el más avezado rival y justo es decirlo, pudieron hacerlo porque el abridor Yoalkis Cruz mantuvo el juego cerrado en siete capítulos y dos tercios, reduciendo a seis indiscutibles una ofensiva que 24 horas antes había desflecado a cuanto serpentinero se le puso enfrente.
Del resto se encargaron los invencibles Aguilera y Mendoza, quienes no permitieron libertades a los rojos, y Rigoberto Gómez, que además de forzar la igualada con su sprint de home a primera en el noveno, pegó en el décimo el jit decisivo, el de oro, con las bases llenas, pues antes la dupla más efectiva de la Isla, Michel Enriquez y Luis F. Rivera, pegaron indiscutibles que obligaron a bolear a Ronnie Proenza, ante un desfile de relevistas locales sin efectividad. Las dos que trajo Rigo confirmaron los axiomas beisboleros de que un juego no se parece a otro; en el béisbol no hay enemigo pequeño, y un equipo no es tan bueno cuando está ganando ni tan malo cuando está perdiendo.
Isla de la Juventud tomó el Victoria de Girón, se lanzó a su abordaje, lo tomaron y ahora viajan a su cuartel general del Cristóbal Labra donde son potencialmente ganadores. Su director lo había dicho, venía con ese objetivo, sacar un triunfo en la ciudad de los puentes para exigirles al máximo a sus adversarios en casa.
MATANZAS.—Un elevado de foul que debió ser el primer out del octavo capítulo, pero que se convirtió en error del receptor Onel Vega, fue lo que necesitó el combativo equipo de la Isla de la Juventud para ahogarle en el noveno episodio el grito de victoria al plantel matancero y destruir en un segundo una faena de ensueño del derecho yumurino Jonder Martínez, que tejió en la lomita una verdadera obra de arte, ante un rival como Yoalkis Cruz, quien también se mostró gigante en la trinchera pinera.
Pero fue también lo suficiente para que los Piratas se expresaran con esa garra que los tiene en esta postemporada. En el noveno salieron decididos a empatar y lo alcanzaron por esa maestría del veterano Luis Felipe Rivera y el corrido de Rigoberto Gómez que sepultó un doble play ganador de la defensa anfitriona. Fue además lo que hacía falta para ver un verdadero juego de playoff, que prestigia al espectáculo. ¿Quién dijo que no están los grandes disputando el cetro más preciado del deporte cubano?
Hubo ayer excelentes jugadas a la defensa, del jardinero central matancero Leonelkis Escalante y del Súper 12 Michel Enriquez, quien con sus 18 campañas a cuestas parece tener 15 años; claro que hubo ineficiencias, llevadas por la desesperación y la tensión, propias de estos juegos y también de las deudas en la preparación individual que se necesita para enfrentamientos de esta índole. Pero pineros y matanceros nos llenaron de emociones.
También era lo que necesitaba la comitiva visitante para darle protagonismo a sus astros del montículo, Dany Aguilera y Héctor Mendoza, justo lo que evitaban los Cocodrilos, al decir de Víctor Figueroa, el hombre de confianza del mentor Víctor Mesa. “El que no llegue delante al último tercio frente a la Isla, tiene muy pocas posibilidades de ganar, pues cuenta con el mejor pitcheo cerrador del campeonato”, nos dijo.
Los insulares metieron el desafío donde son más fuertes, en el segmento en el que su pitcheo es definidor de partidos ante el más avezado rival y justo es decirlo, pudieron hacerlo porque el abridor Yoalkis Cruz mantuvo el juego cerrado en siete capítulos y dos tercios, reduciendo a seis indiscutibles una ofensiva que 24 horas antes había desflecado a cuanto serpentinero se le puso enfrente.
Del resto se encargaron los invencibles Aguilera y Mendoza, quienes no permitieron libertades a los rojos, y Rigoberto Gómez, que además de forzar la igualada con su sprint de home a primera en el noveno, pegó en el décimo el jit decisivo, el de oro, con las bases llenas, pues antes la dupla más efectiva de la Isla, Michel Enriquez y Luis F. Rivera, pegaron indiscutibles que obligaron a bolear a Ronnie Proenza, ante un desfile de relevistas locales sin efectividad. Las dos que trajo Rigo confirmaron los axiomas beisboleros de que un juego no se parece a otro; en el béisbol no hay enemigo pequeño, y un equipo no es tan bueno cuando está ganando ni tan malo cuando está perdiendo.
Isla de la Juventud tomó el Victoria de Girón, se lanzó a su abordaje, lo tomaron y ahora viajan a su cuartel general del Cristóbal Labra donde son potencialmente ganadores. Su director lo había dicho, venía con ese objetivo, sacar un triunfo en la ciudad de los puentes para exigirles al máximo a sus adversarios en casa.
Honor a quien honor merece, Jonder Martínez, el abridor de los perdedores, lanzó su mejor juego en esta campaña y no pudo ganarlo. El expediente de su labor: siete capítulos y dos tercios; 28 bateadores enfrentados, de los que solo cinco pudieron sacarle la bola del cuadro, incluyendo los tres imparables que toleró; ponchó a seis, dio un boleto y otro intencional y aceptó una carrera sucia, merece el reconocimiento.
Ahora, Darien Núñez por los isleños y Cionel Pérez, deben darnos un duelo de zurdos en Nueva Gerona este viernes.
Ahora, Darien Núñez por los isleños y Cionel Pérez, deben darnos un duelo de zurdos en Nueva Gerona este viernes.
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