54 SNB: Semifinal: 7 datos poco comunes pero ciertos

La presencia de La Isla por primera vez en una Final no fue lo único inusual en las Semifinales

Por Yirsandy Rodríguez
La Semifinal de la 54 Serie Nacional de Béisbol culminó. Solo queda que hoy se enfrenten Piratas vs. Tigres en el Estadio José Ramón Cepero.


En tanto, les confeccioné una lista de siete raros acontecimientos.

1- ¿Cómo sería posible para un jugador empatar tres record con un batazo? Pues, Ariel Borrero lo logró vistiendo la camisa de Ciego de Ávila. Quien le iba a decir que lograría el record de todos los tiempos en hit y remolcadas, además de una marca de cinco indiscutibles en el mismo partido, con un equipo que no fue su típico Villa Clara. Esa es la magia de los refuerzos —gusten o no tiene su éxito—, para romper un espejismo de tabúes en nuestro béisbol que es una sola Cuba.”El remolcador”, después de haber promediado .340 (40 hits en 100 veces al bate) en juegos de play-off, con 7 cuadrangulares y 24 remolcadas, contra buena parte de los lanzadores avileños, hoy defiende su camiseta a batazos, ¡quién lo iba a imaginar!

2- No soy de los que piensa que los bates se cansan, sino los bateadores. ¿Acaso la merma ofensiva de Granma fue aquejada por cansancio? No fue lo que su rendimiento reveló. Los swines de la mayor parte de sus bateadores de la alineación, fueron a lanzamientos fuera de la zona. De esos, un total de 139 pasearon en blanco. Cifra —que si analizamos— poco común, pues promediaron 27.8 swines al aire por desafío. Para los lanzadores de Ciego de Ávila hasta cierto punto fue cómodo trabajar. Dominaron al punto de que Yander Guevara (lanzado 98 envíos) e Ismel Jiménez (lanzando 90 envíos) tuvieron faena de tres imparables permitidos cubriendo toda la ruta. Batear no es sinónimo de tirarle a la pelota.

3- Los Cocodrilos de Matanzas fueron eliminados por los sensacionales Piratas de la Isla de la Juventud. Lo raro aconteció en que los yumurinos se convirtieron en la primera selección que fue eliminada de un play-off semifinal, ganando dos partidos por nocao. El ímpetu y deseo de triunfar de los pineros, pudo acabar con el empuje de unos cocodrilos que buscaban la victoria a como diera lugar.

4- Tuvieron que pasar 225 bateadores a comparecer un turno por la tropa de los Piratas, para que Julio Pablo Martínez apareciera con el primer vuelacercas en lo individual y lo colectivo. Este dato nos revela disimiles respuestas. Nos demuestra que no siempre es necesario un jonrón para ganar. Los pineros construyen las carreras al estilo de “Money Ball”. Con picardía al correr las bases —siempre con la intención de coger una almohadilla adicional—, con una defensa exquisita —líder en jugadas de doble play fabricadas con (143) —, con un cuerpo de lanzadores de bullpen corto, pero productivo. Dany Aguilera ha sido más que un pilar, y ni hablar de la esparcida de ponches de Héctor Mendoza. Contando con tales herramientas, ¿creen en “Money Ball”?

5- “La flecha”, así denominé a Julio Pablo Martínez por su increíble velocidad para salir ileso de la carrera home-primera al conectar un rodado. Martínez, quien juega para Los Indios de Guantánamo y en el presente con los Piratas, ha pasado por el home en 507 ocasiones en Series Nacionales, sin la sobra de haber conectado para doble play. A su favor a tenido algo de suerte, porque no todas las veces que un jugador batea para doble matanza, puede defenderse de esa situación. Si hay bases llenas, y hubiera bateado un bunt a tercera, y la jugada se realiza por la vía 5-2 (de tercera a receptor), se registraría el bateo para doble out, sin haberlo definido el bateador-corredor. De igual forma, el record ha tenido: constancia, dedicación, aptitud, y sobre todo agilidad.

6- El béisbol es rico en estadísticas y análisis. Siempre hay algo que debatir y discrepar. Muchos tienen el criterio —donde me incluyo— que el mejor bateador de la pelota cubana es Alfredo Despaigne. Miren estos asombrosos numeritos de la última semana de la postemporada. Despaigne es tan virtuoso, que fue el jugador que más bateó con bolas fuera de la zona de strike, al conectar de (9-3), con cuatro remolques. Quizás un poco de paciencia habría generado otras acciones, aunque tirarle a la bola es un requisito que no debe abusar un bateador como él. Y, si es coger tres o cuatro boletos en un partido, pues nada, esos toleteros se van inconformes porque lo que le gusta es hacerle swing a la bola.

7- Por vez primera en la historia de la postemporada y su paquete de emociones, se quedan limitados a entrar en el baile los cuatro grandes de la pelota cubana. Los tiempos modernos avizoran que hay cambios en los planteles élites del béisbol en la nación. De igual manera, los conjuntos que se lo ganaron defenderán su camiseta, y seguirán diseminando energía positiva para el mayor espectáculo nacional en cada parque de béisbol.

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