Crónica necesaria por Pinar del Río y Donal Duarte

Donal Duarte, Urquiola y Pinar fueron heroes de esta temporada, aunque a algunos le duela

Por Francys Romero
Es necesario decir algo sobre Pinar del Río en este 2015. Se han
marchado 8 jugadores de sus filas y aun así lucharon hasta la muerte.
Llegaron a 48 victorias superando a equipos como Industriales (46). Se
marcharon 8 jugadores, su director Urquiola fue expulsado por 12
juegos y finalmente renunció. Ha sido el equipo del dolor en el 2015.
Fueron campeones en la Serie del Caribe y esto irónicamente fue lo que
desarmó a la nave verde con sus causas y consecuencias. A veces eran
Pinar del Río, a veces era Cuba, otras veces: marionetas de telón de
fondo.


Los comentaristas en Cuba les volvieron a llamar Vegueros, por su
histórico logo, pero los campeonatos de los Vegueros no se unen a los
de Pinar del Río hoy en día. Entonces. ¿Franquicias separadas o
unidas? Veremos si la próxima Serie del Caribe desarma a Ciego o la
Isla. Ahora que todo se hace mudo eco y triste viudez. Quien no conoce
la historia está condenado a repetirla.

Es necesario hablar de Donal Duarte y decir algo sobre él para que
salga del infeliz anonimato. Él probablemente sea un jugador
subvalorado lleno de valor. Está en camino a ser recordado en Pinar
del Río con la misma sensibilidad que trae el recuerdo por Omar
Linares, Luis Giraldo Casanova, Omar Ajete, Pedro Luis Lazo, Jorge
Fuentes, José Ariel Contreras y todos los grandes beisbolistas
historia que ha brillado con la franquicia pinareña. Donal Duarte
merece que su número 12 sea retirado para siempre cuando llegue la
hora de su lamentable adiós.

Donal no es el jugador que atrapa los titulares. Es silencioso,
tímido, simpático. No tiene contrato para ir a jugar a Japón, no
mastica chicles constantemente. Tal vez se decepcionó del juego cuando
bateó en la Serie 50 para 359/452/643 con 26 HR y 74 RBI fue campeón
con su equipo Pinar del Río superó a Michel Enríquez y Yulieski
Gourriel con un OPS de 1095 y no fue al equipo nacional. “Todos los
jugadores tienen un año irrepetible. Y el mío fue aquel”, me dijo
alguna vez en una charla.

El “lobo de San Luis” decidió en el último partido de la temporada
regular ante el cerrador más exitoso de la historia en Cuba. En dos
strikes, le pegó a una recta de José Ángel García y produjo triple
para el empate de los pinareños y luego anotó la carrera de la
victoria con deslizamiento en la goma.

Es necesario que todos sepan quién es Donal Duarte. Él resurge y
reinventa nuevas historias cada temporada. Él es para Pinar del Río lo
que es Van Van para la música cubana, Da Vinci para la historia del
Arte o Virgilio y Horacio para la lírica en Roma o lo que es Madison
Bumgarner y Buster Posey para los Gigantes de San Francisco. Luego de
Donal Duarte en Pinar del Río habrá un antes y un lamentable después.

Él ha sido en los últimos 5 años el todocorazón del tsunami, el alma
donde descansan las demás almas, el vehículo de la victoria, el
jugador que respira cuando todo se congela, el que provoca el
renacimiento. Duarte no quiso probar suerte en otro béisbol y le
hubiera sobrado el talento. Pero él quiere retirarse en el Capitán San
Luis y con el color verde en su cuerpo.

En la Serie 50 decidió varios juegos contra Santi Spiritus y Ciego de
Ávila para ser campeón. Luego en la Serie 53 en el famoso 5to juego
ante Matanzas, se puso los arreos y sirvió como cátcher en el décimo
inning del partido que luego ganaría Pinar.

Donal Duarte seguirá brillando en silencio, a veces sin que nadie lo
vea. Continuará haciendo el trabajo diario cada día. Su nombre no
estará en ninguna lista de scouts, ni será llamado nunca al equipo
nacional. Pero él ha roto el molde como jugador. Ha sido lo que todos
sueñan ser, un jugador de época imprescindible. Él no es Superman pero
puede ser Batman. Nunca se podrá sustituir a un Donal Duarte.

Comentarios

  1. Se te olvido decir que tuvo la mala suerte de nacer y representar a Pinar del Río, equipo siempre subvalorado por la prensa, si hubiera nacido en la Habana, hubiera llegado mucho mas lejos y tal vez haciendo menos.

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