José Adolis García, ¿La próxima superestrella cubana?


Su defensa en el jardín derecho ha despertado elogios. Foto: Ricardo López Hevia

Por Aliet Arzola
Si hablamos de los jardineros que en Cu­ba tienen potencial de extraclase, no puede faltar en la conversación el nombre de José Adolis García, guardabosque avileño con variedad de herramientas, tanto en el cajón de bateo, el corrido de las bases y la defensa en el bosque derecho, donde ya ha dejado destellos de un fuera de serie.


Natural del municipio de Bolivia, y con solo 21 años de edad, Adolis fue pieza angular de la corona de los Tigres en la recién fi­na­lizada 54 Serie Nacional de Béisbol, en la cual se produjo su explosión definitiva, al punto de consolidarse como líder en jits (110) y quinto en anotadas (62), además de mostrar un poder muy poco común en los hombres proa.

El fibroso patrullero impulsó 53 carreras y despachó 12 cuadrangulares, con 14 do­bles y tres triples, un total de 29 extrabases que lo ponen a la par de Yeniet Pérez, por ejem­plo, ba­teador que se ajusta más a las ca­­rac­te­rísticas de un slugger en nuestro clá­si­co de las bolas y los strikes.

Sus orígenes indican que nació para vivir en los diamantes, aunque sus rasgos atléticos y capacidad física lo inclinaron a la práctica de otras disciplinas en la niñez. “Estuve en la lu­cha, me gustaba, puede decirse que me salí del carril un tiempo entrenando ese deporte, pero ya después mis tíos, que jugaron pelota, me llevaron al béisbol y comencé a practicarlo desde los ocho años”, relata el avileño, quien también recuerda sus inicios como lanza­dor, aunque siempre tuvo afición por el bateo.

Sus armas en el plato rápidamente resaltaron, y no pasó mucho tiempo hasta que se con­­solidó, al igual que en las posiciones del cua­­dro, las cuales todavía tiene presentes. En la final, a veces cuando salía del dogout rumbo al bosque derecho, capturaba los ro­l­e­­ta­zos de calentamiento que Ariel Bo­rrero le lan­zaba a Yeniet Pérez, y después exhibía en mo­vimiento su potente y certero bra­zo, con el cual impresionó a todos durante los desafíos contra Isla de la Ju­ventud.

“Estuve en el infield, siguiendo los pasos de mi hermano, que jugó en la tercera base de los Tigres, pero el mentor Roger Machado me colocó en los jardines, y en honor a la verdad me siento mejor allí, creo que fue un paso positivo en mi carrera”, confesó el primer bate de los Tigres, quien lleva en la espalda un número de mu­cha historia en nuestro béisbol: el 32.

“Mi número no tiene nada que ver con Víctor Mesa, aunque siempre me lo preguntan, tal vez porque soy jardinero como él. Mi hermano era el 2 y no quería repetir, siempre tuve la idea de crear mi propia identidad y ese dorsal me gustó”, aclaró Adolis, considerado hoy como uno de los principales prospectos de la nación.


EL SOL Y SUS MANCHAS
Los criterios para colocarlo en el tope de cualquier lista de promesas son muy diversos. De entrada, es un portento con el madero, tiene facilidad para conectar por cualquier banda, despacha las bolas a distancias kilométricas y puede convertirse en un martirio para los fildeadores por su habilidad en los toques de pelota, muy efectivos gracias a su gran velocidad.

En el corrido de las bases es inteligente, no desperdicia su arma en tránsitos alocados por las almohadillas, aunque todavía debe perfeccionar la técnica en el robo. A la defensa, aspecto no muy tomado en cuenta, tiene porte de fenómeno por su desplazamiento, co­bertura hacia cualquier lado y certero brazo.

“La preparación es primordial, uno pue­de tener cualidades, pero el entrenamiento te permite crecer y por ende, ganarte un puesto de titular. A mí, por ejemplo, me gusta batear, pero hay que llevar las dos cosas”, señaló el patrullero, aún con algunas deficiencias puntuales por pulir si continúa en labores de hombre proa.

La principal es el tacto y su enfoque en el plato cuando llega al conteo negativo, circunstancia en la cual realiza movimientos bruscos y no apuesta solo por hacer contacto con la bola, detalle que limitaría enormemente su cantidad de ponches (67), apartado que lideró en la recién finalizada contienda.

“Necesita mejorar el tacto, trabajamos in­ten­samente en ese sentido, y lo logrará en la me­dida que lime sus dificultades con el swing por dentro. Adolis tiene potencial de des­arrollo ilimitado, puede llegar al equipo na­cional, solo se debe tener confianza en el muchacho y ayudarlo, darle la oportunidad. A fin de cuentas, por la primera vez se em­pieza”, acotó sobre su discípulo el entrenador Ma­rio Vega, a quien el jardinero agradece.

“Mayito me ayuda mucho, estudia mis prác­ticas de bateo, los turnos al bate y me co­rrige las deficiencias. También Yorelvis Char­­les ha sido un punto de apoyo, y Alejo O´Reilly, director en el Campeonato Na­cional Sub-23, me aconsejó sobre la postura en el pla­to, la manera de realizar el swing y la selección de los lanzamientos”.

Comentarios

  1. Yo lo vi ahora en los play off yme fije en el por los runrunes que habia,oye ese muchacho tiene un brazo que le sumba el mango,fildeando lo hace todo demaciado facil,tiene un swing que rosa la criminalidad,y asi un largo ect,solo le hace falta tener los anos requeridos,Adonis que le ayude y se pire que ya los Scouts de MLB todo el mundo sabe quien es Jose Adolis Garcia asi que este si va a quebrar todos los records de firmas para un cubano ya veran saludos Don 4

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