¿Otro archivo secreto del Beisbol Cubano? |
Por Amaury Valdivia Fernández
La pregunta que encabeza estas líneas es la misma que se hacen millones de aficionados dentro de Cuba y en otras partes del mundo. Y es que al margen de unos pocos privilegiados de la Federación de Béisbol (FCB), y el propio Yuliesky Gourriel y su familia, nadie sabe a ciencia cierta los cómos y porqués del extraño episodio ocurrido durante los últimos días en los escenarios de Yokohama y La Habana.
Todo comenzó tras la eliminación de Industriales en la actual Serie Nacional. El contrato firmado entre la franquicia de los DeNa Baystars y los dos hermanos menores de los Gourriel establecía claramente el compromiso de ambos de incorporarse a su club tras una semana de descanso.
Así rezaba en “blanco y negro”, con todas sus letras sobre aquel acuerdo que garantizaba al “Yuli” la nada despreciable suma de tres millones dólares por un año de labores con el equipo de la ciudad nipona. Además, su hermano se incluía en la plantilla de los Baystars gracias a una abultada apuesta de futuro que en su momento fuera destacada por la prensa local.
El problema surgió hace tres semanas, cuando ninguno de los dos hijos del estelar Lourdes Gourriel se reportó al concentrado del club ni se comunicó –desde La Habana– con alguno de sus representantes. Tampoco la FCB medió en el asunto ni emitió alguna declaración hasta la de este lunes, que arrojó poca o ninguna luz sobre el asunto.
Para Higinio Vélez y compañía bastó con ratificar lo que ya se sabía desde el jueves anterior: el cierre del contrato para Yuliesky, por incumplimiento, y el pase a la reserva del Lourdes Jr., sin posibilidad de firmar con alguna otra selección de la Liga Profesional Japonesa (NPB).
Para entender algo de lo que se “cocina” entre telones –como tantas otras veces– es necesario acudir a la prensa extranjera, que desde el comienzo siguió el acontecimiento y ahora perfila sus escenarios a futuro.
De entre todos los que se barajan, el más posible apunta a una posible mirada hacia las Grandes Ligas, la meca del béisbol rentado en el mundo, adonde los residentes en la Isla no pueden acceder debido a las leyes del Bloqueo estadounidense.
En su momento, “los directivos del Yokohama pidieron varias veces pruebas de las lesiones de los hermanos, con el silencio como única respuesta. Tanto secretismo da la impresión de que Cuba buscaba precisamente la anulación de los convenios”, opina el periodista Sergio Manuel Rodríguez, de la cadena ESPN.
La idea no resulta ilógica, pues en el pasado empresarios norteamericanos recibieron licencias especiales para comerciar con la Isla, alternativa jurídica que también pudiera aplicarse en un hipotético contexto que incluyera al béisbol. Además, en la ecuación “pesa” el caso del santiaguero Héctor Olivera, quien recientemente firmó un contrato por 62.5 millones de dólares con los Dodgers de Los Ángeles y al igual que Yuliesky Gourriel tiene 30 años, por lo cual quedarían de lado pretendidas reservas acerca de la edad, agrega el sitio digital Zona de Strike.
Cualquiera sea el caso, y al margen de una pretendida lesión (argumento que no parece sostenerse ante la negativa de la FCB a aportar pruebas médicas), lo cierto es que el “caso Gourriel” pone sobre el tapete las incongruencias de la Federación en su guía de nuestro deporte nacional. Si en definitiva se pretendía invertir el mítico trueque de la “vaca por la chiva”, y obviando consideraciones éticas y jurídicas dejar en la estaca al Yokohama y la NPB, ¿por qué se apostó por una alternativa tan burda? ¿Acaso de esa forma no se pone en peligro futuras contrataciones de otros atletas?
Mucho dinero se mueve tras las bambalinas del espectáculo deportivo, en el que los directivos cubanos solo dan sus primeros pasos. Por eso vale la alerta, y mucho más luego de lo ocurrido hace poco más de un año con el granmense Alfredo Despaigne. Yuliesky Gourriel pudiera estar reeditando ahora una historia similar a aquella... o no. Solo el tiempo lo dirá.
La pregunta que encabeza estas líneas es la misma que se hacen millones de aficionados dentro de Cuba y en otras partes del mundo. Y es que al margen de unos pocos privilegiados de la Federación de Béisbol (FCB), y el propio Yuliesky Gourriel y su familia, nadie sabe a ciencia cierta los cómos y porqués del extraño episodio ocurrido durante los últimos días en los escenarios de Yokohama y La Habana.
Todo comenzó tras la eliminación de Industriales en la actual Serie Nacional. El contrato firmado entre la franquicia de los DeNa Baystars y los dos hermanos menores de los Gourriel establecía claramente el compromiso de ambos de incorporarse a su club tras una semana de descanso.
Así rezaba en “blanco y negro”, con todas sus letras sobre aquel acuerdo que garantizaba al “Yuli” la nada despreciable suma de tres millones dólares por un año de labores con el equipo de la ciudad nipona. Además, su hermano se incluía en la plantilla de los Baystars gracias a una abultada apuesta de futuro que en su momento fuera destacada por la prensa local.
El problema surgió hace tres semanas, cuando ninguno de los dos hijos del estelar Lourdes Gourriel se reportó al concentrado del club ni se comunicó –desde La Habana– con alguno de sus representantes. Tampoco la FCB medió en el asunto ni emitió alguna declaración hasta la de este lunes, que arrojó poca o ninguna luz sobre el asunto.
Para Higinio Vélez y compañía bastó con ratificar lo que ya se sabía desde el jueves anterior: el cierre del contrato para Yuliesky, por incumplimiento, y el pase a la reserva del Lourdes Jr., sin posibilidad de firmar con alguna otra selección de la Liga Profesional Japonesa (NPB).
Para entender algo de lo que se “cocina” entre telones –como tantas otras veces– es necesario acudir a la prensa extranjera, que desde el comienzo siguió el acontecimiento y ahora perfila sus escenarios a futuro.
De entre todos los que se barajan, el más posible apunta a una posible mirada hacia las Grandes Ligas, la meca del béisbol rentado en el mundo, adonde los residentes en la Isla no pueden acceder debido a las leyes del Bloqueo estadounidense.
En su momento, “los directivos del Yokohama pidieron varias veces pruebas de las lesiones de los hermanos, con el silencio como única respuesta. Tanto secretismo da la impresión de que Cuba buscaba precisamente la anulación de los convenios”, opina el periodista Sergio Manuel Rodríguez, de la cadena ESPN.
La idea no resulta ilógica, pues en el pasado empresarios norteamericanos recibieron licencias especiales para comerciar con la Isla, alternativa jurídica que también pudiera aplicarse en un hipotético contexto que incluyera al béisbol. Además, en la ecuación “pesa” el caso del santiaguero Héctor Olivera, quien recientemente firmó un contrato por 62.5 millones de dólares con los Dodgers de Los Ángeles y al igual que Yuliesky Gourriel tiene 30 años, por lo cual quedarían de lado pretendidas reservas acerca de la edad, agrega el sitio digital Zona de Strike.
Cualquiera sea el caso, y al margen de una pretendida lesión (argumento que no parece sostenerse ante la negativa de la FCB a aportar pruebas médicas), lo cierto es que el “caso Gourriel” pone sobre el tapete las incongruencias de la Federación en su guía de nuestro deporte nacional. Si en definitiva se pretendía invertir el mítico trueque de la “vaca por la chiva”, y obviando consideraciones éticas y jurídicas dejar en la estaca al Yokohama y la NPB, ¿por qué se apostó por una alternativa tan burda? ¿Acaso de esa forma no se pone en peligro futuras contrataciones de otros atletas?
Mucho dinero se mueve tras las bambalinas del espectáculo deportivo, en el que los directivos cubanos solo dan sus primeros pasos. Por eso vale la alerta, y mucho más luego de lo ocurrido hace poco más de un año con el granmense Alfredo Despaigne. Yuliesky Gourriel pudiera estar reeditando ahora una historia similar a aquella... o no. Solo el tiempo lo dirá.
No creo que algún equipo de la MLB vaya a hacer un contrato directo con la federación cubana. Eso sería un absurdo, aparte que el sindicato de peloteros de la MLB debe radicalmente oponerse. El contrato debe ser directo con el pelotero y éste debe aceptar todo lo estipulado en contrato. Un equipo de MLB se reserva el derecho de dejar a sus peloteros jugar en las ligas del Caribe, y lo que quiere la federación es preservar ese derecho sin pagarle al pelotero, pero eso si, sacarle una buena tajada del contrato para las arcas "nacionales". La MLB y las autoridades de EEUU deben prestar atención a cómo se maneja este asunto.
ResponderBorrarHay que ser realista, no se puede chiflar y cantar a la vez, un atleta (sea quien sea) no puede jugar 90 juegos de marrulla en Cuba, montarse en un avión e ir a Japón jugar 140, regresar a Cuba coger 15 días, otros 15 juegos ir a México juegos centroamericanos, volver para Cuba otros 30 juegos ir a Puerto Rico serie del caribe, regresar otros 42 juegos y volver a Japón para 162, solo a un estúpido como Higinio y sus jefes se le ocurre semejante idea, MLB con licencia hipotética jamas autorizaría que juegue en Cuba, y Cuba dudo acepte que no juegue en Cuba o sea Yulieski se canso y se salio del contrato, no buscar mas la 5ta pata del gato.
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