Braudilio Vinent, 'el Meteoro de la Maya', será homenajeado en Miami


Por Jorge Ebro

A punto de terminar la entrevista, la voz de Braudilio Vinent se quiebra cuando habla del momento en que tuvo que entregar la pelota por última vez y adentrarse en el retiro, pero una pregunta del fotógrafo le ilumina el rostro al hombre que en Cuba es conocido como “El Meteoro de la Maya’’.


“¿Maestro, podría usted recrear la manera en que lanzaba?’’, le pregunta C.M. Guerrero, quien como Vinent es santiaguero de pura cepa, pero quien nunca vio trabajar en el montículo a su paisano de patria chica y no tiene idea de lo inmenso del hombre que tiene enfrente. “Es para la historia, sabe’’.

Y a Vinent no hay que decírselo dos veces para que de manera repetida y ante el pedido perfeccionista de Guerrero, repita aquellos movimientos devastadores que sembraron el pánico en las ofensivas rivales y, ciertamente, lo afincaron en la historia de la pelota de su tierra, quizá como el mejor que jamás haya pisado un box en Series Nacionales.

Vinent se encuentra desde hace unos días en Miami, invitado por la compañía El Reencuentro, del empresario Osvaldo Pérez, quien le hará un homenaje el 20 de junio junto a otros ex estelares de la isla, como Eduardo Paret y Víctor Mesa.

“Me siento muy feliz aquí y no sé cómo pagar tantas muestras de afecto de la gente’’, expresa Vinent, quien a los 68 años mantiene un físico impresionante. “El cariño me ha sobrepasado y eso me dice que la gente no me ha olvidado’’.

No, no olvidan aquella recta rápida, el slider temible, los ojos fijos en el bateador y esa expresión cerrada en el rostro, de quien no está en un juego sino en un negocio de vida o muerte, y no acepta otra cosa que el triunfo.

Todos saludan a Vinent y todos, en voz baja dicen la misma frase: qué clase de pitcher se perdió Grandes Ligas…o, que clase de oportunidades se perdió Vinent.

“No voy a mentir, sabía que podía lanzar en Grandes Ligas, que tenía todo para imponerme al más alto nivel’’, reconoció Vinent. “Pero eran otros tiempos, había mucha cosa…y yo no sé lo que es vivir lejos de mi familia. Pero de que hubiera triunfado aquí, sin duda’’.

Primer lanzador cubano en llegar a 200 victorias y 2,000 ponches, Vinent finalizó con balance de 221-167 y 2.42 de promedio de carreras limpias, completando 265 de 400 aperturas, con 63 lechadas, mientras contenía a las ofensivas rivales para un anémico .220 para no hablar ya de su actuación en torneos foráneos, donde se impuso por su consistencia.

Durante mucho tiempo Vinent era el líder indiscutido de varios departamentos de pitcheo hasta que hombres como Carlos Yánes, Pedro Luis Lazo y Jorge Luis Valdés lo sobrepasaron, pero el hombre de Songo La Maya es el referente entre todos los lanzadores de las últimas décadas.

“Siempre menciono que el difunto Conrado Marrero fue fundamentel para convertirme en el pitcher que fui’’, opina el hombre de La Maya. “Él me enseñó que la fuerza sin inteligencia no sirve de nada, que hay que ser una especie de psicólogo en la lomita. Tirar duro pueden muchos, lanzar bien es otra cosa’’.

En la Cuba de hoy, sin embargo, no son muchos los que tiran duro y menos los que lanzan bien, y no se puede hablar de la existencia de herederos de aquellos que como Vinent, Rogelio García o Valdés eran fuera de series.

Y los pocos que aparecen se van en su mayoría, como hizo Aroldis Chapman hace unos años y como acaba de hacer hace unas semanas Norge Luis Ruiz, dejando a la isla en una crisis profunda de pitcheo.

“Falta mucho entrenamiento, eso es lo fundamental’’, reconoció Vinent. “Hay que exigirle a los muchachos nuevos. El pitcheo es resistencia, correr, velocidad, ejercicios de piernas, pero también hay que atender a las necesidades de esos muchachos. Es un problema muy complejo’’.

De cierto modo, Vinent vive en un sitio construido de recuerdos y el rostro se le alegra cuando en un momento de la entrevista se encuentra con Lourdes Gourriel, Paret y Jorge Luis Toca, quienes en distintas generaciones compartieron su experiencia de vida y juego.

Aunque diga que ya lo superó, no puede evitar un gesto de tristeza al evocar el momento en que no pudo lanzar más y sus padres le convencieron de que abandonara el diamante con una frase lapidaria y tras 20 temporadas: “ya hiciste demasiado por esto’’.

Al final de las fotos, Guerrero, quien se fue del país en 1961 a los cuatro años desde Santiago de Cuba -en un vuelo de Panamerican, según él- y posee una experiencia política y social diametralmente opuesta a la de Vinent, le pregunta al pitcher por la tienda que poseía su padre en la Calle Aguilera y este le responde que todavía estaba allí.

Acostumbrado a disfrutar de las Mayores, Guerrero tiene una pregunta honesta para el reportero: “¿este hombre realmente era buen pitcher?’’. La respuesta no pudo ser otra que “el mejor’’.

Siga a Jorge Ebro en Twitter: @jorgeebro

Comentarios

  1. Sin duda alguna EL MEJOR, Calidad y Coraje por toneladas para triunfar en cualquier beisbol ¡FELICIDADES BALLILLO!

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  2. La Vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, así resa una frase de una canción de Ruben Blades, ahora resulta que los jugadores héroes de Cuba es en Miami la cuna de los enemigos de Castro donde encuentran el cariño, la gratitud y el reconocimiento que en Cuba brilla por su ausencia, los burócratas de Cuba creen que con llevarlos de ves en ves a un juego de veteranos es suficiente, para los gobernantes solo merecen bendición y respeto los comandantes de la sierra, los demás son los demás, hay jugadores como Omar Linares que jamas le hicieron un acto oficial de despedida, y puedo mencionar a 100 que están en las mismas, por eso los de ahora se van, Norge Luis Ruiz lo dejo escrito me voy con el corazón en la mano pero es el futuro de mi familia lo que esta en juego, yo les doy las gracias a los que en Miami se ocupan de estos homenajes, mil gracias.

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