Por: Duanys Hernández Torres
Cuba se aboca a su mayor espectáculo deportivo (sí es que todavía podemos llamarle así porque de espectáculo va quedando bien poco salvo los gestos exagerados de Víctor Mesa, y las constantes secuelas mediáticas del «Yuly» Gourriel), y los nuevos «fichajes» inundan los rosters de los equipos.
Hace unos años se ha tornado normal que los jugadores puedan vestir la franela del equipo que deseen. La inmovilidad de los peloteros obligados a jugar con su provincia de origen quedó en el pasado. Y también la disposición de esperar dos años para realizar el traspaso. Al menos dialéctica existe en la maltrecha pelota cubana. Tanta, que Heriberto Suárez, comisionado nacional de béisbol, acaba de afirmar en Granma que los jugadores contratados en el exterior no tendrán necesariamente que jugar la Serie Nacional. Donde dije Digo digo Diego.
Ha perdido tanta calidad y jugadores nuestra pelota que un equipo puede tener peloteros de Sandino, Guaracabulla, San Antonio del Sur y todavía no resulta competitivo aunque con la baja calidad reinante no sabemos, ni ellos saben, quién es competitivo y quién no.
Por suerte los «fichajes» permiten rescatar a peloteros que todavía tienen mucho que dar en nuestros clásicos. Los traspasos más mediáticos han sido los de los guantanameros Jhoennis Southerán y Vismay Santos que reforzarán la ofensiva de Las Tunas, una de las más potentes junto a la de Granma. Además Southerán brindará seguridad a la defensa en la inicial.
Llamativa resulta la llegada a Artemisa de un bateador de la calidad de Yohandry Urgellés perseguido constantemente por las lesiones. El capitalino se cansó de su papel como actor de reparto entre los azules y quiere el protagónico entre los cazadores.
A Villa Clara llega el torpedero granmense Marcos Fonseca que fue a residir con su madre a Encrucijada y quizás resuelva el principal dolor de cabeza que tendrá el manager debutante Vladimir Hernández.
Villa Clara desechó a un pelotero útil como Yandrys Canto y el jugador de cuadro volvió al equipo con el que se inició en Series Nacionales: Matanzas. Ya nadie recuerda el jonrón de Canto en la SN 49 para empatar dramáticamente el séptimo juego en la recordada final ante Industriales, y mucho menos las casi 30 libras que tuvo que bajar para jugar el campo corto cuando los anaranjados sufrieron el abandono de Aledmis Díaz. No existe comparación pero me remito al fútbol y los ejemplos de Iker Casillas con el Real Madrid y Pedro Rodríguez con el Barcelona.
El verdadero campeón en reclutar jugadores de varias provincias es el mediático Víctor Mesa. En la nómina de Matanzas hay peloteros de nueve provincias del país. Entre los lanzadores la amplitud va de un extremo a otro del verde caimán. Lanzarán con Víctor el pinareño Irandy Castro y el guantanamero Alexander Rodriguez. Sin descontar a los villaclareños Yosvany Pérez Torres, Yaniel Blanco y Yoandry Ruiz, el espirituano Ramón Licor, el capitalino Adrián Sosa y el artemiseño Jonder Martínez. Una verdadera trasnacional, sí es que existe el término para el béisbol cubano.
Enhorabuena para los peloteros que no representarán sus provincias de origen pero que al menos podrán jugar y desarrollarse con otras. Ante tantas ausencias, nadie criticará que los equipos tengan jugadores de provincias a cientos de kilómetros. Aunque ni miles de fichajes salven a la pelota cubana.
Cuba se aboca a su mayor espectáculo deportivo (sí es que todavía podemos llamarle así porque de espectáculo va quedando bien poco salvo los gestos exagerados de Víctor Mesa, y las constantes secuelas mediáticas del «Yuly» Gourriel), y los nuevos «fichajes» inundan los rosters de los equipos.
Hace unos años se ha tornado normal que los jugadores puedan vestir la franela del equipo que deseen. La inmovilidad de los peloteros obligados a jugar con su provincia de origen quedó en el pasado. Y también la disposición de esperar dos años para realizar el traspaso. Al menos dialéctica existe en la maltrecha pelota cubana. Tanta, que Heriberto Suárez, comisionado nacional de béisbol, acaba de afirmar en Granma que los jugadores contratados en el exterior no tendrán necesariamente que jugar la Serie Nacional. Donde dije Digo digo Diego.
Ha perdido tanta calidad y jugadores nuestra pelota que un equipo puede tener peloteros de Sandino, Guaracabulla, San Antonio del Sur y todavía no resulta competitivo aunque con la baja calidad reinante no sabemos, ni ellos saben, quién es competitivo y quién no.
Por suerte los «fichajes» permiten rescatar a peloteros que todavía tienen mucho que dar en nuestros clásicos. Los traspasos más mediáticos han sido los de los guantanameros Jhoennis Southerán y Vismay Santos que reforzarán la ofensiva de Las Tunas, una de las más potentes junto a la de Granma. Además Southerán brindará seguridad a la defensa en la inicial.
Llamativa resulta la llegada a Artemisa de un bateador de la calidad de Yohandry Urgellés perseguido constantemente por las lesiones. El capitalino se cansó de su papel como actor de reparto entre los azules y quiere el protagónico entre los cazadores.
A Villa Clara llega el torpedero granmense Marcos Fonseca que fue a residir con su madre a Encrucijada y quizás resuelva el principal dolor de cabeza que tendrá el manager debutante Vladimir Hernández.
Villa Clara desechó a un pelotero útil como Yandrys Canto y el jugador de cuadro volvió al equipo con el que se inició en Series Nacionales: Matanzas. Ya nadie recuerda el jonrón de Canto en la SN 49 para empatar dramáticamente el séptimo juego en la recordada final ante Industriales, y mucho menos las casi 30 libras que tuvo que bajar para jugar el campo corto cuando los anaranjados sufrieron el abandono de Aledmis Díaz. No existe comparación pero me remito al fútbol y los ejemplos de Iker Casillas con el Real Madrid y Pedro Rodríguez con el Barcelona.
El verdadero campeón en reclutar jugadores de varias provincias es el mediático Víctor Mesa. En la nómina de Matanzas hay peloteros de nueve provincias del país. Entre los lanzadores la amplitud va de un extremo a otro del verde caimán. Lanzarán con Víctor el pinareño Irandy Castro y el guantanamero Alexander Rodriguez. Sin descontar a los villaclareños Yosvany Pérez Torres, Yaniel Blanco y Yoandry Ruiz, el espirituano Ramón Licor, el capitalino Adrián Sosa y el artemiseño Jonder Martínez. Una verdadera trasnacional, sí es que existe el término para el béisbol cubano.
Enhorabuena para los peloteros que no representarán sus provincias de origen pero que al menos podrán jugar y desarrollarse con otras. Ante tantas ausencias, nadie criticará que los equipos tengan jugadores de provincias a cientos de kilómetros. Aunque ni miles de fichajes salven a la pelota cubana.
Comentarios
Publicar un comentario
Formulario de comentarios