José Abreu, inspirado por Paul Konerko

Abreu batea 293 con 21 cuadrangulares y 67 carreras impulsadas con Chicago

Por Marly Rivera

José Abreu ha tenido numerosos desafíos desde que desertó su amada isla de Cuba para partir rumbo a Estados Unidos buscando hacer realidad su sueño de jugar al béisbol de Grandes Ligas.

Ha tenido que adaptarse a un nuevo idioma, nuevas costumbres, comida y estilo de vida, pero uno de sus retos más grandes ha sido tener que sustituir a una figura como la del capitán Paul Konerko en los Medias Blancas de Chicago.

El estelar primera base cubano tuvo lo que llamó “el privilegio” de jugar junto a Konerko la temporada pasada en preparación para ocupar el puesto de uno de los peloteros no sólo más exitosos pero más venerados en vestir el uniforme de los Medias Blancas.

“No es fácil ocupar un puesto como el de Paul Konerko”, admitió Abreu en una entrevista con ESPNDeportes.com. “Todos conocemos su bonita carrera y los logros que él tuvo en Grandes Ligas son incomparables”.

Sólo el inmortal Frank Thomas supera los números de Konerko en numerosas categorías ofensivas en la historia de la franquicia, como carreras impulsadas, hits para extra bases y cuadrangulares. Konerko fue una máquina de producción de carreras y cumplió con su trabajo a la perfección en el sur de la Ciudad de los Vientos.

“Antes de firmar con los Medias Blancas me documenté de la historia del equipo, y una gran parte de esa historia lo es el señor Paul Konerko”, añadió Abreu. “Por encima de todo siempre va a tener mi respeto. Compartí un año, el año pasado, su último año de Grandes Ligas, y lo compartí muy bien con él y le agradezco las muchas cosas que me enseñó”.

Para Abreu, el legado de Konerko va mucho más allá de las estadísticas y números dentro del terreno de juego, era el símbolo de llegar todos los días simplemente hacer tu trabajo, fuese el que fuese, y hacerlo siempre con elegancia y dignidad.

Esa fue sin duda la mayor enseñanza de Konerko, quien, a pesar de las limitaciones del idioma, se dio a la tarea de impartir su legado como capitán de los Medias Blancas y pasar la antorcha a un pelotero que comenzó su carrera en Grandes Ligas con una fanfarria que no existía hace mucho tiempo en Chicago.

“Aunque no hablo muy bien el inglés, cuando él se quería referir a mí siempre buscaba la mejor manera de comunicarse conmigo y me enseñó mucha cosas”, explicó Abreu. “Sobre todo me enseñó a darlo todo y jugar al día a día, bien duro, y al mismo tiempo respetar a los contrarios y a tu dirigente”.

“Lo más importante para él era trabajar día a día y esforzarse para obtener los resultados. Él que tiene una personalidad increíble y todos los que estamos comenzando anhelamos ser una persona como él”.

Al igual a Konerko, Abreu le da crédito al dirigente Robin Ventura como una figura de sumo impacto en su carrera y lo hace responsable por el éxito que ha tenido en su armoniosa transición a la gran carpa.

“Es algo que la vida te pone en el camino, y me puso a Robin, que es una persona excepcional. Todos conocemos su bonita carrera que tuvo en Grandes Ligas, pero es un gran hombre, un hermano, y todo un caballero”, dijo Abreu. “Todos quisiéramos tener a un director como él y ojalá que siempre esté a mi lado. Sería una bendición de Dios”.

“Cuando llegué [a Chicago] no conocía lo que era el sistema de béisbol, no conocía la ciudad, no conocía nada. Pero desde que llegué, Robin me dio la oportunidad, me dio la confianza y sobretodo es una persona que ha estado a mi disposición y lo agradezco de todo corazón”.

Esta segunda temporada en Grandes Ligas se ha desarrollado con mucho menos fanfarria para el cubano. La campaña pasada, Abreu ganó de forma unánime el galardón de Novato del Año al terminar con un récord de 36 jonrones, además convertirse en el único primera base de los Medias Blancas en ganar el Bate de Plata, fuera del “Big Hurt” Frank Thomas.

Pero a pesar de la decepción de una temporada que ve a los Medias Blancas alejándose cada vez más del tope de la tabla, Abreu, que actualmente batea para .293 con 21 cuadrangulares y 67 carreras impulsadas, continúa con la confianza de que el segundo comodín de la Liga Americana aún está a su alcance con un mes y medio restante de la campaña regular.

“Esto es un juego que lo que uno puede controlar es trabajar día a día para tener resultados, independientemente de cómo nos salgan las cosas al final”, admitió el toletero de 28 años. “Y, como aprendí de Konerko, es cuestión de hacer lo necesario día a día. Si tienes la oportunidad de estar aquí, tienes que aprovecharla y hacer las cosas como se deben hacer para tener los resultados que de verdad quieres”.

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