Lo que el viento nos llevó (El fenómeno de la emigración beisbolera)



VILLA CLARA. La emigración de los beisbolistas cubanos en el 2015 es, como todo lo que implica el acto de emigrar, un viaje sin retorno inmediato. Ellos saben que estarán por un tiempo no definido sin sus familiares y amigos. Abandonaron no solo la casa, el calor o el invierno, también sus antiguos equipos y sus relativas zonas de confort.

El actual año ha sido la explosión de la emigración del béisbol cubano. Lo mismo por vías legales, ilegales, marítimas, aéreas o mediante el abandono en torneos internacionales. Mirándolo en perspectiva, la fórmula y los resultados son los mismos: más de medio centenar de peloteros han ido a buscar sus futuros. En la historia del béisbol cubano nunca se había dado un registro de 80 o más peloteros emigrando en un solo año.

Norge Luis Ruiz, Vladimir Gutiérrez, Cionel Pérez, Yaisel Sierra, Randy Arozarena, Luis Y. la O, Yordanis Linares, Ramón Lunar, Lázaro Alonso, Lorenzo Quintana, Yadiel Hernández, Jesús Balaguer, Julio Alfredo Martínez y Yusnier Díaz comandan esta lista.

“Mi objetivo es jugar béisbol y probarme en otra liga. Mi familia siempre está conmigo, ellos me dan fuerza” me aseguró el prometedor utility pinareño Randy Arozarena.

Sobre el espectro de la emigración se ciñe una dualidad: la MLB versus Federación Cubana de Béisbol. La MLB es un monstruo de siete cabezas que absorbe metales preciosos y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) es un David vencido que no adopta soluciones ni otras sendas para la retención del talento.

La FCB solo ha gestionado siete contratos en ligas de béisbol extranjeras en el 2015, lo cual roza con lo inexplicable y lo risible, vista la promoción de prospectos en las Series Nacionales.

“Es muy difícil emigrar porque estamos lejos de nuestra familia en lugares donde no conocemos. Adaptarnos a una nueva vida y entrenar es duro pero bueno la vida lleva sacrificio y hay que ir hacia adelante y vencer todas esas metas. Mientras más obstáculos existan para lograr nuestra meta, más grande será nuestro logró y Dios a veces nos pone esas pruebas y hay que saber vencerlas para lograr nuestros sueños”, me dijo hace poco el relevista de Industriales Jesús Balaguer.

Con Balaguer se encuentran otros peloteros como los industrialistas Maykel Taylor, Yoandri Portal y el granmense Yosibel Castillo.

Otros jugadores de reconocido talento también han elegido irse con el viento. En algún punto del año han salido hombres como el Guante de Oro en el campo corto y Novato del Año (2015) Alfredo Rodríguez, el super prospecto matancero Omar Estévez, Ronald Bolaño, Maikel Serrano, Lázaro Hernández, Raidel Orta, Yordan Álvarez, Carlos Viera, Alain Tamayo, Adriel Labrada, Henry Quintero, Navid Luis Cosme y los recientes Jorge Oña, Yosuan Hernández, Yanio Luis Pérez, Dayan González, Misael Villa y Diosbel Arias.

Según reportes de fuentes que no quisieron dar su identidad, todos estos jugadores se encuentran persiguiendo contratos con equipos de Grandes Ligas, y mientras esperan por los trámites legales, se mantienen entrenando en diversos países como República Dominicana, México, Colombia, Haití y Ecuador.

¿Qué les impulsa para salir de Cuba con tan corta edad y probar suerte en otro beisbol?


“Yo deseo probarme en la mejor liga del mundo. Salí legal de Cuba y amo a mi país pero esta es una nueva etapa de mi futuro” me dijo Jorge Oña, prospecto capitalino de 19 años que impresiona por sus herramientas dentro del juego.

“Es que en Cuba no tenía mucha oportunidad de lanzar y decidí que debía buscar otras vías”, aseguró el artemiseño Navid Luis Cosme.

Siempre hay otros argumentos como el del prospecto camagüeyano Henry Quintero: “Yo vine por problemas económicos, para ayudar a mi mamá y a mi familia”.

¿Por qué emigras?

“Yo me fui porque tengo que aprovechar ahora y para que después no me pasen los años. También influyeron mi talento y la necesidad” dijo Alfredo Rodríguez, torpedero elegido como Guante de Oro y Novato del Año con la Isla. En una movida de la FCB, se le otorgó el premio de novato del año a Alfredo, cuando debió haber sido del industrialista Yusnier Díaz. Al confirmar las autoridades que Díaz había emigrado, lo destronaron y colocaron el premio en manos de Alfredo Rodríguez. “Ya tú ves, los dos estamos aquí y estamos juntos entrenando, ¿quién lo iba a decir? Las cosas del destino” aclaró el torpedero.

“En mi caso emigré para probarme en la mejor liga de béisbol. Quiero hacer una buena preparación desde temprana edad pues el béisbol cubano tiene muchas deficiencias en la parte de la técnica y mientras más rápido las corrija es mejor” me comentó Eddy Julio Martínez, jardinero de Las Tunas quien es considerado el prospecto internacional más completo del actual periodo de firmas. Martínez ha sido comparado con Andrew Jones, y los evaluadores de talento resaltan su capacidad atlética y poder compacto.

El abridor pinareño Julio Alfredo Martínez se prepara día a día esperando ser visto por los scouts de MLB y firmar luego con alguna organización. Su curva sigue fuerte además de su recta, según me confirmó hace poco. También me habló de sus próximos anhelos: “Bueno lo primero es que quiero jugar en Grandes Ligas. Es el mayor deseo de cualquier jugador de béisbol. Lo otro es que soy joven pero ya tengo 24 años, me pasaban los años en Cuba y no veía ninguna mejora económica teniendo resultados en mi deporte, por lo tanto, decidí salir del país a probarme en ese nivel o tratar de llegar”.

Los jóvenes beisbolistas cubanos no están esperando a tener una edad madura para marcharse del país. Hace alrededor de 15 años era muy extraño ver a jugadores con menos de 20 años emigrando. Sin embargo, en estos últimos doce meses, muchos de los que lo han hecho apenas sobrepasan los 23.

Omar Estévez, utility matancero de 17 años comentó que ”desde que tenía 15 años quería jugar en Grandes Ligas. Yo tenía en mente marcharme cuando terminé el Sub-15 pero no pude”. El jugador de cuadro se ha presentado a varios Showcase y ha sido examinado por distintas franquicias.

Tal vez, en toda la década del noventa no llegaron a 60 los beisbolistas que optaron por la salida del país. Ahora estos números se han superado en apenas un año. Entre 2014 y 2015 han salido de Cuba más de 100 jugadores.

La explosión migratoria tiene su base en la crisis estructural del beisbol cubano, en los problemas económicos del país y halla su explicación, por demás, en la etapa de inflación de contratos que signan a las Grandes Ligas. La brecha financiera ha hecho posible que muchos jugadores actualmente estén sobrevalorados y adquieran copiosas sumas de dinero.

El paquete de talentos que el viento nos llevó no será devuelto. Esos talentosos peloteros tomaron su destino: convertirse al profesionalismo. La búsqueda de un nuevo espíritu que abra su futuro se interpone a la nostalgia o extrañeza que supone emigrar. Lo que el viento nos llevó, dejó, otra vez la nada, el ciclo para volver a formarse y volver a ser diluidos por el viento. Otra vez a empezar de cero.

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