Palmeiro se lesionó y sólo jugó un partido en fin de semana de ensueño


Tomado de ESPNDeportes

SUGAR LAND, Texas -- Rafael Palmeiro tuvo un fin de semana de ensueño como coequipero de su hijo mayor, Patrick, con los Sugar Land Skeeters.

El ex pelotero de Grandes Ligas confesó que disfrutó como nunca su fugaz paso por el equipo de Ligas Menores independiente, aunque sólo jugó la primera noche.

Palmeiro dijo que sufrió un tirón en la pierna derecha el viernes pasado, cuando corría de segunda a tercera, luego de que conectó uno de sus dos imparable en el primer partido organizado que participa en 10 años.

Nada mal para el cubano, si se considera que conectó dos hits y produjo una carrera en cinco viajes al plato.

“Me preparé con tiempo para este fin de semana”, dijo Palmeiro, de 50 años, el domingo. “Pero desde que estuve entrenando sentí algunas molestias en la pierna... Ya eran muchos años sin jugar. Así que para evitar que se pusiera peor mejor preferí no jugar”.

Su hijo Patrick consideró que su padre prefirió no jugar más sábado y domingo para dejar en el recuerdo la que fue una “noche perfecta”, la del viernes.

Patrick conectó grand slam para empujar cuatro carreras y en total la familia Palmeiro salió con cinco de las 10 carreras con las que los Skeeters vencieron 10-4 en el primero de la serie a los Riversharks Camden.

“Todo salió tan bien el viernes, que mi papá prefirió dejar así ese recuerdo. Por eso ya no quiso jugar más el sábado y domingo”, dijo Patrick.

Palmeiro se fue del beisbol de manera intempestiva, luego de que fue suspendido 10 días por violar el código de sustancias prohibidas de las Grandes Ligas, apenas meses después de que había asegurado ante el Congreso de Estados Unidos que jamás había consumido nada contra las reglas.

Palmeiro nunca había resultado positivo antes, ni después de la ocasión que resultó en su castigo.

Desde entonces, Palmeiro, uno de los peloteros más trascendentes en la historia de los Vigilantes de Texas y los Orioles de Baltimore, ha dedicado la mayoría de su tiempo a la vida familiar; se convirtió en aficionado de sus hijos, ambos peloteros, y de las Grandes Ligas desde la tribuna.

“No he extrañado el beisbol en estos años porque mis dos hijos juegan”, comentó Rafael Palmeiro. “Patrick está aquí y su hermano menor está en la Universidad de North Carolina State. No lo extraño porque me mantengo en el juego como fanático”.

Palmeiro reconoció estar sorprendido de manera grata por la manera en que reaccionaron sus Rangers en la segunda mitad de esta temporada de Ligas Mayores y hasta los considera candidatos a Serie Mundial; igual que en la Liga Nacional a los Cardenales de San Luis y Dodgers de Los Ángeles por su pitcheo.

“No sé”, contestó a la pregunta sobre su favorito para campeonato. “Los Mets, los Yankees... uno no puede descuidarse con los Yankees, porque en una serie corta cualquiera puede ganar”.

Palmeiro reconoció que el resto de su vida lamentara que nunca pudo cumplir una de sus metas más grandes en la pelota, a pesar de la gran cantidad de logros y estadísticas que acumuló.

“Nunca pude llegar a la Serie Mundial, nunca pude jugar la Serie Mundial y nunca pude ganar la Serie Mundial”, respondió con nostalgia. “Quisiera haber tenido más chance... Tuve dos o tres oportunidades con el equipo de Baltimore; una oportunidad con Texas... Fueron un par de oportunidades pero nunca pude llegar”.

Palmeiro aseguró estar despreocupado por el tema de un posible ingreso al Salón de la Fama, sólo quiere ser recordado como una persona que jugó con máxima intensidad cada partido que disputó y que trabajó fuerte para cumplir metas individuales y de equipo.

Está orgulloso de las amistades, casi familia, que consiguió gracias al beisbol, incluido el ex presidente George W. Busch, quien siempre ha expresado su apoyo en público a la carrera de Palmeiro, en las buenas y las malas.

Ambos, dijo Palmeiro, hablan a menundo, ven juntos partidos de los Rangers en Arlington, ya que los dos viven en el área Dallas-Fort Worth.

“Somos buenos amigos”, mencionó. “Lo conozco a él desde los primeros años que estuve en el equipo de Texas. Lo considero a él como un amigo mío”.

“Yo sabía que me iba a apoyar a mi cuando me pasó lo que me pasó”, agregó. “Todavía somos amigos. Él vive en Dallas. De vez en cuando hablamos. No hablamos de ‘eso’ (de la suspensión y el Congreso), hablamos de otras cosas y yo le doy las gracias por apoyarme”.

Palmeiro rechazó asegurar que este fin de semana fue su último como “pelotero activo” con los Skeeters, aunque consideró que es poco probable.

Dijo que enfocará buena parte de su tiempo los próximos meses a ayudar a su hijo a encontrar opciones profesionales entre organizaciones de las Grandes Ligas.

Mientras, volverá a su vida real.

“Ser fanático de la pelota”, dijo Palmeiro. “Voy a ver jugar a mis hijos, aquí en Houston y a su hermano que está en North Carolina. Soy coach de vez en cuando, cuando algún muchacho viene y me pregunta si puedo ayudarlo en esto o en lo otro”.

“Eso es lo que yo estoy haciendo más o menos...”

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