¿Sonarán las campanas del porvenir con la diplomacia beisbolera entre Cuba y EEUU?


Por Marino Martínez

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos que se formalizó con la apertura de las embajadas de ambos países, pudiera convertirse en el puente que ayude a sacar al béisbol antillano de la peor crisis de su historia. Sí, sacarla de la bancarrota, pues la pelota nacional languidece y la única alternativa para levantarla es negociar con la principal organización beisbolera del mundo.

De acuerdo a una fuente de entero crédito por estar vinculada a la MLB que nos pidió el anonimato, existe un interés recíproco para que el béisbol sea otra herramienta para acabar de desmontar más de cinco décadas de aislamiento, tal como ocurrió con el tenis de mesa en los años setenta con la China de Mao.

Se nos comenta que si ocurren avances en el diálogo que sostienen ambas naciones, las Grandes Ligas podría recibir un permiso especial para reclutar al primero de los peloteros cubanos sin que abandone la isla ilegalmente en busca de alcanzar la agencia libre.

Se dice de que Yulieski Gourriel pudiera ser el escogido para la gran noticia. Por su edad (31 años), cada día que transcurra sin firmar su figura pierde valor en el mercado beisbolero de Estados Unidos.

Yulieski tenía un contrato entre dos y tres millones de dólares en la Liga Profesional de Japón y renunció alegando estar lesionado. Luego pidió baja con los Industriales y por último no asistió al entrenamiento para los Juegos Panamericanos de Toronto. Pero el jugador se incorporó a los azules de la capital en la Serie Nacional y ahora fue elegido para actuar en noviembre en el Torneo Premier.

Aunque no se puede confirmar cuándo pudiera llegar un acuerdo entre Cuba, la MLB y el Departamento de Estado con relación a Gourriel, o con cualquier otro jugador, todo indica que la bola se mueve en dicho sentido.

La MLB aceptó que los peloteros cubanos puedan actuar en los torneos de países caribeños como República Dominicana, Venezuela y México, con la excepción de Puerto Rico por considerarse parte del territorio norteamericano. El primero en hacerlo ha sido Michel Enríquez que en estos momentos juega con los Cañeros de Los Mochis de la Liga Mexicana del Pacífico.

Según se ha dicho en varios medios, muy pronto podrían viajar a Cuba algunos evaluadores de talento y una delegación de la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas.

“Cuba es un gran mercado de talento y en marzo del 2016 vamos a celebrar varios partidos de pretemporada en La Habana’’, dijo Rob Manfred, comisionado de Grandes Ligas.

Es bueno recordar que cuando en Cuba existíó béisbol profesional entre 1878 y 1961 se realizaron con frecuencia juegos entre selecciones criollas y de Grandes Ligas que actuaron con varias de las figuras más famosas de sus respectivas épocas.

En 1908, el Cincinnati visitó la isla y recibió dos blanqueadas de José Méndez (“El Diamante Negro’’). Los Tigres de Detroit jugaron en Cuba con Ty Cobb. Los Gigantes de Nueva York reforzados con Babe Ruth actuaron en 1920 en el Almendares Park. En esta serie se lució Cristóbal Torriente, al superar en jonrones al “Sultán de la Estaca’’.

Otras novenas que visitaron Cuba fueron los Cardenales de San Luis, Piratas de Pittsburgh, Medias Rojas de Boston y Dodgers de Brooklyn. Este último equipo tuvo el mayor número de visitas, incluso lo hicieron con el jugador que rompió la barrera racial, Jackie Robinson.

Cuando la Liga Profesional Cubana fue abolida, las visitas de equipos estadounidenses se interrumpieron hasta que en 1999 los Orioles y la selección nacional de la isla jugaron dos partidos, el primero en el Estadio Latinoamericano de La Habana, y el segundo en el Camden Yards, en la ciudad de Baltimore.

Los expertos coinciden que de ocurrir un acuerdo o eliminarse el embargo, la Federación Cubana buscará proteger la integridad de su torneo con un sistema parecido al que tiene la Liga Japonesa con la MLB, y que en los contratos sería el representante del jugador con una comisión similar a la que perciben los agentes de peloteros en Estados Unidos.

También se dice que las franquicias de Grandes Ligas abrirán academias para jóvenes que actuarían en la Serie Nacional o en Ligas Menores como preparación para ascender a las Mayores.

El embargo comercial vigente desde 1961 impide al pelotero cubano firmar directo desde su país. Por dicha razón, decenas de jugadores han abandonado la isla a través de viajes riesgosos y en otros casos en eventos internacionales.

Sobre las virtudes del pelotero cubano los ejemplos sobran a lo largo de la historia. Y en estos momentos tenemos un grupo superior a 20 jugadores en Grandes Ligas y más de 10 de ellos lo hacen en función de estelaridad.

“Cuba sigue siendo una fábrica de producir peloteros’’, declaró Tony Oliva, uno de los más grandes bateadores de todos los tiempos. “Cuando los cubanos comiencen a firmar directo con equipos de Grandes Ligas el béisbol en la isla va a crecer’’.

Pero la realidad es que Estados Unidos no puede levantarle el embargo a Cuba sin la aprobación del Congreso. Por lo tanto, un acuerdo para firmar directo a un pelotero cubano, sólo podría producirse con un permiso especial.

Muchos creen que el embargo contra Cuba será abolido más temprano que tarde, y los que así lo creen aseguran que un mejor o peor futuro para las vidas de millones de personas en la isla depende en gran parte de cómo marchen las relaciones con la nación norteña.

El deporte de las bolas y los strikes no queda excluido de este panorama diplomático, pues si no ocurre una apertura para sus peloteros rumbo a las Grandes Ligas, las llamadas deserciones seguirán y esto podría retroceder aún más a la pelota cubana. Y no sólo seguirán entre miembros del equipo nacional, también entre muchos jovencitos que aspiran a irse del lugar donde nacieron en busca de un mejoramiento individual.

Es cierto que las deserciones y los problemas económicos han afectado, pero no son las únicas causas. Existren otras.

¿Cuáles son las razones de que la otrora segunda potencia beisbolera del planeta que enseñó a jugar a gran parte del mundo, en la actualidad no esté entre las cinco primeras?

La primera razón fue la eliminación del profesionalismo después de la temporada invernal de 1960-61. Jamás se debió eliminar un torneo que era orgullo de una nación que estaba a un paso de tener una franquicia propia de Grandes Ligas.

En cualquier actividad humana, pelearse con el desarrollo es encaminar los pasos hacia el atraso. El tiempo demostró que el béisbol cubano perdió cuando se eliminó el profesionalismo, pues luego de cinco décadas los peloteros que radican en la isla comenzaron a recibir el permiso para incorporarse a ligas de otros países y centenares lo han hecho abandonando su tierra de nacimiento.

Es bueno explicar las razones que llevaron a la decisión de eliminar el béisbol profesional en Cuba. Existen varias versiones, en dependencia del grupo que plantee las causas. Expliquemos los hechos que ocurrieron.

El Departamento de Estado prohibió que los jugadores estadounidenses viajaran a Cuba para actuar en la temporada de 1960-61 por un incidente ocurrido el 25 de julio de 1959, en partido que no pudo terminar las nueve entradas entre Rochester Red Wings y los Cuban Sugar Kings en el Gran Estadio del Cerro.

En la isla se celebraba por primera vez la fecha del 26 de julio, un día que se considera el inicio de la revolución dirigida por Fidel Castro con el Asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba.

Varios disparos se lanzaron al aire y según testigos presentes la pólvora alcanzó e hirió de manera superficial al coach de tercera de Rochester Frank Verdi, y al torpedero de los Cubans, Leonardo Cárdenas. Esto provocó que el mánager de los Red Wings, Cot Deal, retirara a su equipo del terreno de juego para marcharse rumbo al hotel.

Por este incidente, los funcionarios de la Liga Internacional cancelaron los partidos como local de los Cubans y luego reubicaron la franquicia en Jersey City.

Algunos opinan que esto ocurrió por presiones ejercidas por la administración del presidente Dwight D. Eisenhower. Otros dicen que los disparos fueron hechos con la autorización del nuevo gobierno con el propósito de crear tensiones con la Liga Internacional para después eliminar el profesionalismo.

Según historiadores que radican en la isla, Fidel Castro realizó declaraciones donde aseguraba que los cubanos no querían que los Sugar Kings se fueran de la isla debido a que aspiraban a conseguir para La Habana la franquicia de Grandes Ligas que ya estaba a punto de obtener.

Las presiones aumentaron entre ambos gobiernos. Los Cubans salieron de La Habana y luego en 1961 Estados Unidos le impuso un embargo comercial a Cuba, mientras el gobierno de Castro decidió eliminar el béisbol profesional y confiscar propiedades norteamericanas.

Dicho embargo que luego de 54 años sigue vigente, imposibilita a cualquier jugador cubano firmar con un equipo de Grandes Ligas, excepto si abandona su país ilegalmente para residir en un tercer país en busca de la residencia o si decide marcharse de manera legal dejando de jugar pelota en Cuba.

La triste realidad es que la pelota, orgullo de la nación por más de cien años, en estos momentos ofrece un deterioro tan grande que la Serie Nacional da lastima con relación a otras etapas de la historia, las grandes estrellas y los buenos lanzadores se pueden contar con los dedos de las dos manos.

La única forma para detener el éxodo de peloteros cubanos y que Cuba regrese a sus días de gloria en el béisbol, es que Estados Unidos le levante el embargo a la isla o que ocurra un acuerdo especial para que sus jugadores actúen en Grandes Ligas.

“Nadie puede negar que la Serie Nacional se encuentra en el peor momento de su historia. Las deserciones y los problemas económicos han afectado, pero el sistema de nuestro torneo está cambiando y cuando las Grandes Ligas le abra las puertas a Cuba entonces volverán los días de esplendor. Y esto sucederá pronto’’, aseguró el pinareño Francisco Martínez de Osaba, entrenador y dirigente por más de cuatro décadas en el béisbol cubano.

Si la diplomacia entre ambos países logra un acuerdo con el béisbol, en cualquier momento podrían comenzar a sonar las campanas del porvenir para cientos de peloteros que sueñan con actuar en Grandes Ligas sin abandonar ilegalmente su patria.

Cuando llegue ese día se terminarían las deserciones para dar inicio a una nueva era de legalidad y seguridad con nuevos prospectos que no serían fugitivos de su país. La pelota podría mejorar su nivel con un torneo élite de seis equipos donde jugarían los mejores peloteros y con una Liga de Desarrollo donde los jugadores subirían de categoría por sus virtudes, tal como se hace en Estados Unidos.

Además, los equipos de Grandes Ligas abrirían sus academias en la isla para el desarrollo de jugadores y la selección antillana al Clásico Mundial podría integrarse con estrellas de Grandes Ligas, armándose un trabuco capaz de ganarle a cualquier rival.

Sí, capaz de ganar cualquier torneo profesional, pues Cuba es una tierra donde se levanta una piedra y debajo de ella sale una futura estrella del deporte de las bolas y los strikes, que lo único que necesitan es que le pongan en sus manos las herramientas para pulir sus virtudes naturales. En esta isla nacieron figuras que pertenecen a la inmortalidad del béisbol como Martín Dihigo, Orestes Miñoso, Tany Pérez, Luis Tiant, Tony Oliva, Camilo Pascual, Braudilio Vinent, Omar Linares y Luis Giraldo Casanova, por sólo mencionar a nueve de ellos.

Y si esta diplomacia beisbolera marcha por buen camino, entonces se le podrá decir al béisbol cubano: ¡Levántate y anda! ¡Recupera tu grandeza!

¿Funcionará la diplomacia beisbolera?

Comentarios

  1. ojala que si por el bien de todos y sobre todo por el bien del deporte mas hermoso del mundo, (por lo menos para mi .....jajajajjajaja).

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