Yasiel Puig ya entrena, y junto a Miguel Cabrera


Por Jorge Ebro

Cuando la mayoría de los jugadores de Grandes Ligas todavía no ha estirado un músculo rumbo a la primavera, Yasiel Puig ya está sudando la gota gorda y al lado de un futuro miembro del Salón de la Fama.

“Miguel Cabrera y yo nos pusimos de acuerdo para empezar más temprano”, reveló Puig durante un homenaje celebrado en el Real Café de Miami a peloteros de Cienfuegos. “El también ha sufrido lesiones y sabe que no hay tiempo que perder. Entrenar a su lado es un privilegio y me obliga a sacar lo mejor de mi”.

Debido a lesiones en el tendón de la corva, Puig no pudo mostrar lo mejor de él en la temporada pasada y los rumores acerca de la inconformidad de los Dodgers con su condición física se apilaban en los oídos de los fanáticos.

Otra montaña de comentarios aseguraba que los días del jardinero cubano en Los Angeles estaban contados y que la nueva gerencia del club hacía sus cuentas para enviarlo a otro equipo con menos presiones y expectativas.

“No voy a mentir y decir que no me molestaron los rumores de cambios, porque a mí me gusta esa ciudad y es bonito jugar allí”, afirmó Puig. “Pero si me cambian me voy. Yo vine a este país a jugar béisbol. Lo importante es recuperarme por completo. No tengo presión para el 2016. La próxima temporada no es de vida o muerte”.

Los Dodgers, sin embargo, sí mantienen un techo alto en cuanto a lo que pueden esperar del controversial pelotero y el presidente de operaciones de béisbol de la franquicia, Andrew Friedman, colocó la salud y la preparación de Puig entre los primeros puntos en la lista de prioridades para la nueva contienda.

El equipo está empeñado en recuperar al Puig que entre el 2013 y el 2014 bateó para .305 con .502 de porcentaje de slugging, y alejarse de la versión lesionada del 2015, cuando conectó para .255 con un OPS de .758.

Que Friedman, un hombre al que no le tiembla la mano para canjear nombres como si fueran fichas de un juego de mesa, insista en la necesidad de un Puig saludable, aleja de manera momentánea la posibilidad de un cambio.

“Esa atención la veo como algo positivo y creo que el equipo entiende mi frustración por no estar en el terreno y no exhibir me mejor forma física”, comentó Puig, quien en la temporada finalizada solo vio acción en 79 juegos. “Lo primero es ayudarme a mí mismo para poder ayudar al equipo a regresar a los playoffs y alcanzar ese título que se nos ha escapado. Por eso es que comencé temprano con Miguel”.

Con el tremendo venezolano, Puig no solo corre, captura pelotas y conecta batazos, sino que escucha.

“Me siento orgulloso de que me haya permitido estar a su lado”, recalcó el jugador de 24 años. “Estoy escuchando cada consejo suyo y grabándolo en mi memoria para que sus palabras me ayuden durante el resto de mi carrera. ¿Quién no quiere aprender de los mejores?”.

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