La Comisión Nacional de Béisbol (CNB) se apuntó otra raya en su abarrotada piel manchada. En esta ocasión no fue capaz de garantizar que los trajes de los cinco refuerzos de Granma llegaran a tiempo para el primer juego de la subserie frente Pinar del Río, celebrado este martes en el estadio Mártires de Barbados.
Esta situación provocó que la selección que dirige Carlos Martí Santos tuviera que jugar en desventaja ante su rival de turno. Pero lo más interesante de la situación es que siendo la CNB la irresponsable no buscó ninguna alternativa lógica para saldar el entuerto.
El organismo rector del clásico local se negó a que los jugadores adquiridos por Granma pudieran alinear con un uniforme sin número (de los que hay de reserva en la provincia) o que lo pudieran hacer con el de sus respectivos equipos de origen, dos posibilidades lógica, entendibles y fáciles de lograr que hubieran evitado el escándalo.
Esto pudiera parecer un hecho sin mucha trascendencia, pero la copa se llena gota a gota y en materia de organizativa la CNB ya ha rebozado los límites de lo aceptable; además ¿qué hubiera sucedido si Granma decide no jugar? ¿le hubieran aplicado forfeit? Martí fue muy noble al mandar los caballos al terreno.
Y la otra pregunta que debemos respondernos todos ¿ocurrirá esto en alguna pelota del mundo que no sea la nuestra?
En estos momentos los uniformes están en el aeropuerto José Martí de La Habana para ser enviados en un vuelo a Holguín. Puede ser que lleguen hoy o no. Eso ya no es lo más importante (en definitiva Granma puede ganar con lo que tiene), la cuestión radica en que la Comisión Nacional debe ser capaz de organizar un espectáculo con el mínimo de incongruencias, para lo que realmente sigue demostrando que no está preparada.
Tomado de ZonaDeStrike
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