Una puerta para los jugadores cubanos a Estados Unidos


Por Jorge Ebro

En los corrillos donde se respira pelota cubana no se habla de otra cosa. Los fanáticos, los jugadores, los agentes no cesan de debatir el futuro acuerdo con Grandes Ligas que abriría un nuevo capítulo, o mejor dicho, reanudaría uno interrumpido hace más de seis décadas cuando el gobierno de Fidel Castro decidió de un plumazo poner fin a lo que consideraba la “pelota esclava”.

El acuerdo les permitiría a los jugadores ir y venir de Estados Unidos con su salario de millones, sin tener que escapar de la isla para buscar residencia en un tercer país en medio de los peligros del mar y de las bandas criminales que controlan el tráfico humano.

Sin embargo, son muchos los peloteros que no esperan por el avance de la nueva política y buscan otros caminos para intentar el sueño de las Mayores, mientras otro porcentaje menor mira hacia el mercado japonés, recientemente abierto para los antillanos.

Pase lo que pase, cada vez más será mayor el número de cubanos en las Grandes Ligas”, expresó Yasiel Puig, estrella de los Dodgers, quien en diciembre visitó La Habana como parte de una embajada de buena voluntad de las Mayores junto a otros tres compatriotas y un grupo de abogados de la oficina del comisionado y el sindicato de jugadores. “Nuestro viaje a la isla creo que va a contribuir al deshielo. Nosotros tratamos de poner nuestro granito de arena para que haya un entendimiento”.

Pero, ¿cuán cerca está ese acuerdo entre los poderes deportivos de ambos países?

De acuerdo con una fuente, sobre el escritorio del Comisionado del Béisbol, Rob Manfred, ya estaría una primera aprobación de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), dando el visto bueno a que los peloteros firmados desde Cuba puedan repatriar sus ganancias, un paso fundamental para implementar cualquier pacto.

Es de dominio público que las Mayores pidieron un permiso especial para negociar con la isla, algo que estaría en manos del Congreso –si es que ocurre un ablandamiento de la Ley del Embargo económico a la isla– o de una acción ejecutiva del presidente Barack Obama.

La diplomacia del béisbol

Algunos señalan a una potencial visita de Obama a Cuba en algún momento de marzo, cuando también estarían de visita los Rays de Tampa Bay para efectuar un par de juegos de exhibición contra la escuadra nacional, en lo que se ha dado en llamar la Diplomacia del Béisbol.

Pero otros apuntan a que el camino hacia un pacto entre la mayor de las Antillas y las Grandes Ligas todavía debe sortear fuertes obstáculos de ambas partes, como la modalidad del acuerdo o quién representará –algo que preocupa a los agentes– legalmente a los peloteros, entre otros temas.

No sabemos si se utilizará un sistema de posting como el japonés o se seguirá el rumbo de las ligas invernales del Caribe'”, apuntó Bart Hernández, un conocido agente de cubanos en las Mayores. “Creo que ese pacto será bueno para los jugadores, pero hay muchos detalles por precisar”.

Durante el acto de presentación de Miami como sede del Juego de las Estrellas de las Mayores en el 2017, Manfred, reconoció a Cuba como una fuente tremenda de talento, pero insistió en que su entidad seguiría al pie de la letra la evolución de las relaciones entre ambos países para seguir el paso de la ley y las orientaciones del Departamento de Estado.

Las todavía vigentes leyes del embargo, sin duda, dificultarían cualquier negocio deportivo donde estén involucrados millones de dólares, pero el nuevo panorama político ha abierto las puertas a temas que antes eran impensables, y a medida de que profundicen las relaciones -con la apertura de embajadas, inversiones, intercambios- el deporte no dejará de recibir su impacto.

Las autoridades del Instituto Nacional de Deportes (INDER) dicen estar dispuestas a estudiar una eventual incorporación de peloteros cubanos en las Grandes Ligas e, incluso, Antonio Castro Soto del Valle, uno de los rectores del béisbol en Cuba y el principal impulsor de la visita de Grandes Ligas, apuntó a la revista de ESPN en entrevista publicada el 6 de febrero del 2015 que los jugadores “se han ganado el derecho de probarse contra un nivel superior’’.

Ellos debieran poder hacerlo, sin miedo, y regresar y jugar para el equipo nacional”, afirmó el hijo de Fidel Castro. “Y de una forma u otra jugar también en la liga cubana. Así nadie pierde. Y no tienen que estar separados de su familia, de sus amigos”.

Ningún otro deporte como el béisbol ha sido afectado por la –¿ausente?– relación difícil entre Cuba y Estados Unidos, al punto que la Serie Nacional languidece mientras la presencia enGrandes Ligas se consolida.

88 cubanos firmados en los diferentes niveles de las Mayores

Cuba se reafirmó como la tercera nación que más aporta peloteros al mejor circuito del mundo, cuando en el pasado Día Inaugural de la temporada 2015 unos 18 antillanos vistieron uniformes de las Mayores, solo superados por los tradicionales contingentes de República Dominicana (83) y Venezuela (65), pero por delante de naciones con tradición como Puerto Rico (13), Canadá, Japón y México (9).

Al final de la contienda vistieron uniformes de Grandes Ligas unos 27 cubanos y al momento de entregar esta nota, sin contar al talentoso agente libre Yoenis Céspedes, se verificaban 88 cubanos firmados en los diferentes niveles de las Mayores.

Para todos nosotros resulta un motivo de orgullo alcanzar el mejor béisbol del mundo y poner en alto el nombre de nuestro país”, señaló Adeiny Hechavarría, torpedero de los Marlins. “Muchos no se imaginan los peligros que a veces debemos sobrepasar para iniciar el proceso que nos permita vestir un uniforme, pero eso te da más fuerza para seguir adelante”.

Los peloteros de ninguno de los países que están delante o detrás en la lista de las Mayores tienen que enfrentar los escollos –incluso ponen en peligro la vida misma con viajes por vía marítima o fugas en torneos foráneos– que acechan a los cubanos, quienes luego deben establecer residencia en un tercer país y comenzar el tedioso proceso que pudiera desembarcarles en alguno de los 30 clubes de la gran carpa.


Así y todo, varias fuentes indican que el número de peloteros que han salido de la isla en los últimos años estaría cercana a los 500 en medio de una estampida que no parece acabar nunca.

Y no son pocas las voces que apuntan hacia una mayor presencia cubana en Grandes Ligas de haber algún tipo de distensión entre Cuba y Estados Unidos, poniendo en peligro la hegemonía de Dominicana y Venezuela.

Cuba era la principal suministradora de peloteros a las Mayores hasta 1960 y luego la llamada revolución cerró la llave de esa tubería humana”, recordó un evaluador de talento de la Liga Americana, de origen cubano, que no quiso revelar su nombre. “Mira cómo se han ido las academias de pelota organizada de Venezuela por el problema político, los efectos de esa estampida se verán en poco tiempo”.

Fui tres veces a Dominicana [en el invierno del 2014] para ver jugadores cubanos, Héctor Olivera, Dian Toscano y Yasmani Tomás, y los tres eran muy buenos”, expresó Fredi González, mánager de los Bravos de Atlanta, quien nació en la Isla sobre tres peloteros ya firmados con contratos millonarios. “Creo que si la relación se abre más, y sé que todavía están en la infancia de lo que puede suceder, se verán más y más cubanos [en las Mayores]”.

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