Ajustes de cuentas (El récord de Valle desaparecería)


Por Raiko Martín

El pasado domingo, el colega villaclareño Osvaldo Rojas Garay trajo a nuestras páginas un tema beisbolero que merecía algo más que una alerta. En un deporte rico en estadísticas y récords, no son pocas las aristas relacionadas con los numeritos que despiertan la polémica. Los casos mencionados no son la excepción, aunque —para hacer honor a la verdad—, las opiniones tienden al consenso sobre la necesidad de respuestas.

Se trata de la ausencia de un grupo de estadísticas en las «hojas de vida» de algunos peloteros que han desfilado por nuestros diamantes, y cuya compilación no solo haría justicia a la entrega de estos jugadores, sino que contribuiría a registrar marcas notables en sus expedientes.

A partir de la reglamentación vigente, los desempeños de los participantes en las series extras que se disputaron entre 1963 y 1989 para definir al campeón en algunas series nacionales y selectivas, han quedado hasta ahora marginados.

Teniendo en cuenta la trascendencia del asunto, JR intentó darle continuidad al trabajo previo y explorar la percepción de quienes están relacionados con el mismo, así como las posibles variantes para ajustar unas cuentas que pueden satisfacer a jugadores y aficionados.

Así, contactamos con Carlos del Pino, quien se desempeña desde hace ya algún tiempo al frente del equipo de estadísticos de la Federación Cubana de Béisbol. «Es una deuda pendiente que pensamos saldar en breve», me comentó el experimentado especialista, consciente de la importancia que reviste el tema.

«Te puedo asegurar, a título personal, que estoy de acuerdo con que se le sumen esas estadísticas a la labor de por vida de esos jugadores. Son muchos más los motivos para hacerlo, que los argumentos para mantenerlos fuera», explicó Del Pino, quien ya tiene trazado un plan de acción para el «rescate».

Su idea es reunir próximamente a los estadísticos con más experiencia en nuestro béisbol y escuchar sus criterios, pues la inclusión o no de los numeritos hasta ahora proscritos no debe ser unilateral, por respeto a quienes tomaron la anterior decisión. «Yo creo que si hace algún tiempo se decidió incorporar los resultados de la Serie de los Diez Millones, y de todos los play off celebrados con las siguientes estructuras, es justo hacer lo mismo en estos casos», añadió.

Hasta el momento, los numeritos de la discordia no aparecen registrados en la labor de por vida, pues la regla de anotación determina que para ello solo se toma lo realizado en las temporadas regulares, y no los generados en juegos extracalendario.

Así sucede en las Grandes Ligas de Estados Unidos, sin duda, un torneo con una vasta experiencia en estos menesteres, más allá de los enormes recursos con los que cuenta para realizar el trabajo estadístico. Sus registros de por vida solo incluyen lo hecho en el calendario de 162 partidos, y compilan los resultados de las postemporadas como un acápite diferente. Sin embargo, si en algún momento fuese necesario realizar partidos extras para definir el avance a la postemporada, lo hecho en ellos sí cuenta para la labor histórica de cada jugador.

En el caso cubano, las cosas se complican debido a la trascendencia de disímiles estructuras y torneos, pero se impone la toma de decisión para unificar criterios. Según nos planteó Del Pino, existe la posibilidad y el ánimo de completar un trabajo que permitiría diferenciar las estadísticas que emergen durante los calendarios regulares de las series nacionales, de las postemporadas e incluso, de los diferentes torneos que se han jugado con diferentes nombres, como la Copa Revolución y la Súper Liga. «Es una ardua labor, pues esos números no están disponibles en ningún soporte informático, y habría que extraerlos de las hojas de anotación archivadas en el Centro de Investigación e Informática del Deporte (CINID) del Inder, algo que es bastante complicado. Ya tenemos un buen tramo adelantado y esperamos continuar», dijo.

Pero en el necesario ajuste, no todo es sumar. Como mismo habrá jugadores que se beneficiarían con la adición de los guarismos, pudiera haber otros que salgan perjudicados. Entre estos últimos estaría el exestelar lanzador capitalino Lázaro Valle, quien hasta el momento ostenta el récord de más victorias consecutivas en nuestro béisbol.

Como oportunamente recordó Rojas Garay en su texto, Valle eslabonó una cadena de 25 triunfos, pero después del número 19 encajó un revés que no se contabilizó por suceder en una de las series de desempate o play off antes mencionadas. Luego logró hilvanar otras seis sonrisas antes de que acabara definitivamente.

«Si se llega a un consenso para aprobar que se incorporen las estadísticas de esos juegos, entonces ya ese no sería el récord. No me viene a la mente un caso como ese, por lo que habría que revisar en el momento que se sumen, pero habrá que ser consecuentes con lo que se acuerde», sentenció el experimentado estadístico.

Sin duda, es un tema algo controversial, pero necesitado de un abordaje serio y riguroso, no solo para ser justos, sino también para unificar un sistema estadístico lo más cercano posible al béisbol moderno.

Tomado de JuventudRebelde

Comentarios

  1. Lo justo seria usar cada actuación en el caso de lanzadores y cada comparecencia en el de bateadores en cada competencia relacionada con las series nacionales para determinar los récords.

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  2. Debería hacerse como se hace en la MLB, cada actuación por separado. No es lo mismo el play off que la serie como tal.

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