Foto: Ricardo López Hevia |
Por Jorge Morejón
Como una burbuja de jabón se explotó en Santo Domingo la ilusión óptica que dejó el triunfo de Cuba en la Serie del Caribe del pasado año en San Juan.
El paso de la selección cubana, disfrazada del campeón Ciego de Ávila, por el certamen caribeño en el estadio Quisqueya Juan Marichal dejó al descubierto un nivel demasiado inferior en comparación con los otros cuatro países de la región que participaron en el evento y que se enmascaró en el milagroso triunfo de un año atrás.
Incluso, si se les compara con los dominicanos, con todo y que los Leones del Escogido se fueron en blanco con cuatro derrotas y los Tigres avileños pasaron agónicamente a la etapa semifinal.
Y es que la escuadra quisqueyana perdió cada uno de sus juegos por pulgadas, tres de ellos por diferencia de una carrera, otro por dos anotaciones, y en extrainnings ante Venezuela, Puerto Rico y Cuba.
Las derrotas de los cubanos fueron por palizas, dos frente a los mexicanos y una ante los boricuas, antes de caer en cerrado duelo contra los venezolanos y conseguir un agónico triunfo sobre el Escogido.
Con todo y el título de campeón defensor, Cuba apostó más a un golpe de suerte que les permitiera repetir el milagro de San Juan, que a las habilidades de sus jugadores.
Pero esta vez no hubo sorpresa salvadora porque los cubanos vienen a competir en condiciones de desventaja en relación con sus rivales.
No, no se trata de la constante fuga de talentos, que le impide venir con sus mejores peloteros. Tampoco dominicanos, puertorriqueños, venezolanos y mexicanos llegan al torneo con sus figuras de mayor renombre.
Y tampoco los tendrán el día en que se concrete el esperado acuerdo con las Grandes Ligas, porque los jugadores seguirán partiendo a Estados Unidos, aunque lo hagan de manera legal y sin necesidad de arriesgar sus vidas en una balsa.
Las autoridades beisboleras cubanas tienen que despojarse de complejos y conceptos obsoletos, condicionados políticamente, si quieren de verdad devolverle a la pelota de la isla el lustre de antaño.
Un torneo nacional con 16 equipos es sencillamente insostenible, por muchas variantes de rondas preliminares que vayan tratando de concentrar el talento.
Cuba necesita reducir la cifra a no más de seis u ocho conjuntos, olvidándose de la territorialidad actual, de uno por cada provincia.
Pero sobre todo, se requiere la profesionalización, tanto conceptual como económica del béisbol cubano.
Conceptual porque debe el deporte nacional cubano adaptarse a las nuevas realidades, donde cada uno de los 25 integrantes de un equipo tiene una función definida, que deje poco o ningún espacio a la improvisación.
Desde hace mucho, los managers en la isla, tanto en certámenes locales, como internacionales, se acostumbraron a usar a los pitchers a su antojo, sin planificación alguna, según la necesidad del momento.
Así vimos por años a abridores naturales, como los pinareños Omar Ajete y Pedro Luis Lazo, como cerradores en la selección nacional, pero luego volver a iniciar partidos en el siguiente certamen cubano.
De hecho, los cuerpos de serpentineros de los equipos Cuba son conformados por puros abridores y ocasionalmente, algún relevista, como Liván Moinelo y José Angel García en esta edición del torneo caribeño.
En eventos cortos, como Series del Caribe y Clásicos Mundiales, la mayor necesidad está en el pitcheo de relevo, que apoye a una rotación de sólo cuatro hombres, cinco a lo sumo.
Vimos a jugadores que desconocían los fundamentos elementales del béisbol moderno, bateadores incapaces de ejecutar jugadas y métodos de dirección basados en el nerviosismo y la improvisación.
Es fundamental que los peloteros asuman el béisbol como su trabajo y no como un medio de escapar de las penurias del día a día o para exponerse en una vitrina internacional a la espera de una oferta que los lleve a las Mayores.
Una cosa es ser profesional y otra jugar a ser profesional. Sólo Yukieski Gourriel mostró un nivel superior.
Los jugadores y sus dirigentes tienen que ser profesionales en todo, dentro y fuera del terreno, con las responsabilidades sociales que ello implica, tienen que aprender a relacionarse con los medios, a ser cuestionados, sin tomar las críticas como algo personal o nocivo para el sistema político que impera en la isla.
Pero además, profesionales con los beneficios económicos que conlleva dedicarse en cuerpo y alma y a tiempo completo a esa actividad, sin las preocupaciones extradeportivas de quienes tienen que salir a luchar el pan de cada día a como dé lugar.
Si los equipos pasan a ser empresas privadas con la capacidad de contratar jugadores, según sus capacidades financieras, entonces podrán atraerse a la liga doméstica peloteros importados, que ayudarán a elevar el nivel del certamen cubano.
No tienen incluso que ser peloteros nacidos en otros países. Basta con llamar a jugadores cubanos que ya han crecido deportivamente por su paso por otras ligas foráneas y tienen mucho que aportarle al béisbol de su país natal.
Pero para ello, entre otras cosas, hay que desterrar definitivamente esos epítetos de traidores y desertores que se le han endilgado por décadas a quienes, ya por discrepancias ideológicas o por el deseo de una vida mejor, deciden buscar nuevos aires.
Hay cubanos que ya dejaron de ser material de Grandes Ligas, pero que les queda todavía gasolina en el tanque y un caudal de experiencia para desempeñarse en otros certámenes regionales.
¿Dónde mejor que en el mismo béisbol donde nacieron como peloteros?
No tengan miedo a los cambios. Cuando Fidel Castro eliminó el profesionalismo en 1962, el nuevo sistema, a pesar de ser cualitativamente inferior, tuvo que conquistar a un público acostumbrado a una liga profesional consolidada por más de siete décadas de existencia y lo consiguió.
Si los cambios que se necesitan son para mejorar un espectáculo decadente, la tarea de enamorar a la fanaticada será más fácil, aunque para ello se requiera de altas dosis de valor, buena voluntad y mucho trabajo que saquen del inmovilismo al béisbol cubano.
Desgraciadamente la élite gobernante no está dispuesta a aceptar los cambios que necesita el beisbol en Cuba, ellos son los que no permiten que el beisbol respire los aires de renovación que lleva tantos años pidiendo a gritos.
ResponderBorrarLas autoridades beisboleras cubanas no pintan nada a la hora de tomar este tipo de decisiones, no tienen ni voz, ni voto, están a las órdenes de la élite que manda en el país. La misma élite que pretende ganar dinero cerrando un acuerdo con las Grandes Ligas controlando a los pelotero a través de FCB, que en palabras de Heriberto Suárez "es el organismo no gubernamental que tiene el gobierno cubano". Sin comentarios.
Que manera de hablar mierda. Los equipos q juegan contra Cuba, están llenos de extranjeros y eso ni se menciona y q las deserciones no han influido en la calidad del equipo, decir eso es infantil o estúpido. En cuanto a q si son 16 o 40 los equipos no tiene nada q ver con la calidad del equipo. El problema de la calidad del béisbol en Cuba tiene q ver con las deserciones, la pésima situación económica q no permite desarrollar a los infantes, pagar a los entrenadores y motivar a los peloteros. Si esto no te convence, ve a Cuba y no hables tanta mierda.
ResponderBorrarAnónimo, tú comentario revela que no sabes de qué va esto, estás con la mentalidad vieja de puros nacionales y demás tonterias varias, esto va de beisbol de verdad, no de nacionalismos ni regionalismos estúpidos que se han sembrado y que tanto han dañado nuestro beisbol.
ResponderBorrarPero si además afirmas que nada tiene que ver con la calidad la cantidad de equipos, y te da igual 16 que 40, demuestra que eres otro de los mandados políticos, encargado de vigilar y velar por la ortodoxia política, pero lo que es de beisbol, no sabes nada. Si no sabes de beisbol dedícate a otra cosa y deja la trova caduca esa que has soltado aquí.
El Lourdes Gourriel Jr,,k ni se tire a buscar contrato en GL,,es un paquete..El pelotero cubano tiene mucho problema en otro pais,y mas en USA,,,forman tremendo alarde y una guaperia apestosa,,cae mal,,el hermano de Adonis formo un alarde de no tirarle a la bola afuera y despues se metio un ponchon,,son payaserias que caen mal,,,Cuba jamas de los jamases jugo con peloteros maduros en baseball..universitarios o contra peloteros descartados completamente,,,ni ahora juega contra peloteros de 1er nivel,,El globo inflado Olimpico.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarVale el comentario de mi tocayo Luis, no se trata de politiquería barata, se trata de buscar solución favorable a lo que significa identidad Nacional, a pesar de los jugosos contratos que ofrecen las MLB, pero toda la vida después del 1962 se ofrecieron contratos jugosos, pero los peloteros se sentían identificados con su pueblo y país, unos por identidad y otros por miedo a lo desconocido, pero jugaron y defendieron la camiseta como Grandes cubanos.
ResponderBorrarEjemplo de esto fuel el padre de los Gurriel, un Maceo durante su etapa de atleta, Omar Linares cheques en Bco y nunca se fue.
Ahora lo que si es real es que soluciones hay que buscar y la CNB en Cuba de reestructurar su estructura urgentemente, buscar modos de estimulación a sus peloteros y entregarles más sentido de pertenencia.
Un ejemplo de ello lo comento.
Ahora mismo se está remodelando el Estadio Latino Americano, en Grande por si vienen equipos de MLB a efectuar juegos de pretemporada, pero una vez que se concluya la remodelación , se SEGIRA COBRANDO UN PESO(moneda Nacional)POR ASISTIR A VER UN PARTIDO?, NO ME PARECE JUSTO:
El precio debe estar acorde al espectáculo, debe estar acorde al pago en estimulación a los trabajadores del estadio para su manutención , dividir los ingresos y repartir las ganancias entre los equipos participantes por cada juego, el deporte es un espectáculo igualito que una entrada un cine ó teatro y nadie reprime el precio por asistir sea ó no del primer nivel.
Por tanto esta seria una manera importante y creciente de mejorar los espectáculos y estimulas a todos los que intervienen del mismo y al final quien Gana? EL PUEBLO, LOS AFICIONADOS.
Apoyo A Luis en casi todo lo que comenta y ojala ellos le encuentren CNB una solución inteligente y no política sin perder valores e identidad Nacional.
Sldos
PD
Tratando de escribir rápido se me fueron unas faltas de ortog. importantes,rectifico y edito lo escrito, disculpen
Vale el comentario de mi tocayo Luis, no se trata de politiquería barata, se trata de buscar solución favorable a lo que significa identidad Nacional, a pesar de los jugosos contratos que ofrecen las MLB, pero toda la vida después del 1962 se ofrecieron contratos jugosos, pero los peloteros se sentían identificados con su pueblo y país, unos por identidad y otros por miedo a lo desconocido, pero jugaron y defendieron la camiseta como Grandes cubanos.
ResponderBorrarEjemplo de esto fuel el padre de los Gurriel, un Maceo durante su etapa de atleta, Omar Linares cheques en Bco y nunca se fue.
Ahora lo que si es real es que soluciones hay que buscar y la CNB en Cuba de reestructurar su estructura urgentemente, buscar modos de estimulación a sus peloteros y entregarles más sentido de pertenencia.
Un ejemplo de ello lo comento.
Ahora mismo se está remodelando el Estadio Latino Americano, en Grande por si vienen equipos de MLB a efectuar juegos de pretemporada, pero una vez que se concluya la remodelación , se SEGIRA COBRANDO UN PESO(moneda Nacional)POR ASISTIR A VER UN PARTIDO?, NO ME PARECE JUSTO:
El precio debe estar acorde al espectáculo, debe estar acorde al pago en estimulación a los trabajadores del estadio para su manutención , dividir los ingresos y repartir las ganancias entre los equipos participantes por cada juego, el deporte es un espectáculo igualito que una entrada un cine ó teatro y nadie reprime el precio por asistir sea ó no del primer nivel.
Por tanto esta seria una manera importante y creciente de mejorar los espectáculos y estimulas a todos los que intervienen del mismo y al final quien Gana? EL PUEBLO, LOS AFICIONADOS.
Apoyo A Luis en casi todo lo que comenta y ojala ellos le encuentren CNB una solución inteligente y no política sin perder valores e identidad Nacional.
Sldos