“King Kong” vs “Godzilla” en High Definition


Por Jhonah Díaz

“Si Ortiz es King Kong, yo soy Godzilla. Godzilla viene a patear un trasero”, lanzó el estadounidense Tony Thompson, veterano de 44 años, que hace las veces de agente de seguridad en un aeropuerto en horas de la mañana.

“Déjenlo que hable de mí lo que le venga en gana. Muchas veces, casi siempre, perro que ladra no muerde”, respondió el cubano Luis Ortiz, experimentado de 36, quien tiene estampa de portero de discoteca, pero lejos está del oficio.

Muy a menudo, en el dime que te diré, transcurren los días antes de una pelea de boxeo. Y la que acontecerá el próximo 5 de marzo entre el nacido en Silver Spring, Maryland, Tony Thompson (40-6, 27 nocauts), y el camagüeyano Luis Ortiz (24-0, 21) hasta ahora no es la excepción. Un duelo entre “monstruos” (fílmicos) que llegará lleno de morbo desde Washington, y que pondrá en juego el título interino de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en poder del único invicto entre ambos.

Las ofensas forman parte del ADN de este deporte. Los insultos, antes y después del paso por la báscula, son a veces más poderosos que los jabs en pleno rostro sobre el encerado. Verborrea poca elaborada, que a veces deviene en forma de táctica, tan esperada como el campanazo inicial; aunque también suele aburrir, los adjetivos son muy reiterados.

Sin embargo, lo que acontece entre “King Kong” y “Godzilla” no fastidia. Todo tiene sentido. Y explico. El norteño es un pugilista que vio pasar su mejor momento, y el cubano, por su parte, vive su etapa de oro. Mientras que el primero tiene muy poco que decir (por la boca), sin obviar el ámbito deportivo, el segundo tiene las miradas del boxeo mundial posadas en su imponente estructura color chocolate. Aunque el detalle más importante radica en la existencia de un común denominador entre ambos: Odlanier Solís, campeón olímpico de Atenas 2004.

“La Sombra” Solís cayó dos veces ante el estadounidense en marzo y en junio del 2014. Hay quien cree que esos fracasos consecutivos determinaron su adiós definitivo de los cuadriláteros. Jamás ha retornado. Incluso, no habla ni brinda declaraciones sobre el “arte de los puños”, algo que le quedó claro a OnCuba mientras buscaba su punto de vista sobre este match, entre dos de sus antiguos rivales.

En efecto. Si Solís cayó frente a Thompson en el profesionalismo, venció a su coterráneo Ortiz cuando ambos formaban parte del equipo nacional cubano. De ahí que basándose en lo que dicta la lógica, el norteamericano se escude en tales resultados para señalar al favorito, es decir, él. Mostrándose como lo que es, un viejo zorro en estos menesteres, necesitado de peleas, trabajo y dinero; así que lo suyo es venderse todo lo que pueda, aunque luego no aguante un par de asaltos.

Entre Luis y Tony, o entre “King Kong” y “Godzilla”, en ese orden, ha estado por estos días, auricular de por medio, Willie Suárez, publicista de la mayoría de los boxeadores cubanos asentados en Estados Unidos y creador del sitio digital boxeocubano.com. A Willie ambos fajadores le expusieron sus puntos de vista, por lo que, a falta del criterio de Solís, buscamos a otra persona que estuviera bien cerca de los pormenores de la esperada reyerta.

Suárez nos dijo en exclusiva que no espera mucho de Thompson. “No es menos cierto que le ganó un par de veces a Odlanier, pero este último no vivía su mejor momento, no era ni la sombra de lo que solía ser, sobre todo mentalmente.

“Sin embargo, continuó, Thompson se va a enfrentar a un Luis en el mejor instante de su carrera, algo llamativo si nos atenemos a que no es para nada un niño. Si Ortiz se mueve y no se queda parado debe ganar esa pelea por KO para el sexto asalto, cuando más. En mi opinión el criollo le pasará por arriba a su rival sin muchos contratiempos, y de cierta manera vengará lo que Thompson le hizo a Solís”, dictaminó.

Tal vez, en este punto, usted se pregunte cómo un boxeador como Ortiz peleará con un tipo que muchos califican actualmente de semiprofesional y que se gana la vida en una terminal aérea. La situación es que todos sus posibles rivales, ahora que está ranqueado entre los diez mejores peso completo del orbe, se escondieron para no enfrentarlo.

Ejemplifico. El ruso Alexander Dimitrenko pidió una suma exorbitante de dinero que, Golden Boy, promotora de la velada, se negó a conceder con toda razón. Aunque lo más risible es que un rival obligatorio para junio, el también ruso Alexander Ustinov, está desaparecido y no se le pudo entregar el documento que le notifica su encuentro con el fornido caribeño.

Solo nos queda esperar pacientes para ver qué final nos depara este duelo entre “King Kong” y “Godzilla”, que será trasmitido en alta definición por HBO. El claro favorito es el primero, pero en esta cinta, al mejor estilo de Hollywood, puede pasar cualquier cosa. Una película que tendrá cero sexo, algo de lenguaje de adultos y sobre todo mucha violencia.

Yasiel Puig sí, Luis Ortiz no

A Yasiel Puig, estrella de los Dodgers de Los Ángeles, se le fotografió la semana pasada –el viernes para ser exactos- en su natal provincia de Cienfuegos. Como es normal, su presencia no pasó desapercibida para quienes no pudieron disfrutar del jardinero en su primera visita a Cuba en el pasado mes de diciembre, como parte integrante de una embajada de Buena Voluntad de las Grandes Ligas estadounidenses.

Dos viajes en poco más de dos meses para quien dejó el país en 2012 en busca de un sueño que ya encontró, desempeñarse en la Gran Carpa. Un retorno que llegó de imprevisto, en tiempo dedicado casi exclusivamente para los Gurriel –Yulieski y Lourdes Jr.-, o para el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Su Santidad Kirill.

Una suerte para Puig regresar, otra vez, aun cuando no cumple con el tiempo establecido para los deportistas que “abandonan”, “desertan” o dejan –el verbo dejó de ser importante- la nación de forma ilegal o una comitiva oficial en eventos internacionales. Una suerte que no tuvo el titular mundial de boxeo Luis Ortiz, quien listo para abordar el avión, se le notificó que se le había negado la entrada a la mayor de las Antillas.

Ortiz tampoco cumple los requisitos establecidos. Llegó a Estados Unidos por mar hace seis años y ahora deberá esperar dos más, de acuerdo a la regulación de inmigración de La Habana. Pisar suelo nacional se volvió otra vez deseo, más que realidad.

Su objetivo era visitar a su madre, que se encuentra en un estado de salud bien delicado. “Sentí como si me clavaran un puñal en el pecho. Estoy desesperado por ver a mi mamá. No se me dio una explicación y fue todo muy triste, porque ya estábamos en el aeropuerto listos para abordar”, manifestó a varios medios de prensa el agramontino. En fin, unos sí, otros no. Al final la puerta sigue cerrada, aunque los comejenes abrieron un minúsculo hueco por donde entra un nítido halo de luz.

Tomado de OnCuba

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