Héctor Olivera, ¿la nueva estrella cubana en MLB?


Por Jorge Morejón

Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes, Yasiel Puig, José Fernández, Jose Abreu y así, cada año irrumpe en el firmamento de las Grandes Ligas una nueva estrella cubana.

Los equipos apuestan en grande, a veces hasta más de la cuenta, con tal de descubrir a la próxima figura de primer nivel salida de la mayor de Las Antillas.

A veces las cosas salen bien y los dividendos de esa nueva sensación terminan siendo baratos, como en el caso de Abreu, convertido en uno de los mejores bateadores de la actualidad.

¿Quién, entonces, será la nueva estrella cubana en el 2016?

La respuesta podría estar en los Bravos de Atlanta: Héctor Olivera.

Firmado como agente libre por Dodgers de Los Angeles con un contrato de seis temporadas y 62.5 millones de dólares, Olivera fue transferido a los Bravos a mitad de la pasada campaña y aunque jugó en 24 partidos en septiembre, su elegibilidad como novato se mantiene intacta.

En 79 turnos al bate conectó 20 imparables, cuatro de ellos dobles, un triple y par de jonrones, con 11 carreras impulsadas y average de .253.

Habitual defensor de la segunda base, Atlanta decidió utilizarlo en el jardín izquierdo y con esa finalidad se desempeñó en la liga invernal de Puerto Rico con los Criollos de Caguas, donde dejó promedio de .400 (20-8) en cinco encuentros.

Olivera jugó 10 campañas con Santiago de Cuba, donde bateó para average de .323, con 1,020 hits, 185 dobles y 105 cuadrangulares, con 433 carreras remolcadas.

Próximo a cumplir 31 años está maltratando la pelota en la pretemporada, donde hasta los juegos del jueves 17 encabezaba a todos los bateadores en hits con 16 y marchaba séptimo en average (.411).

A la defensa ha jugado 62 innings sin errores, muestra de que la transición de la segunda base a los jardines la ha podido hacer sin dificultades.

Superado el nerviosismo lógico de quienes debutan en septiembre, cuando se expanden los rosters de los equipos, Olivera parte ahora con la confianza de jugar todos los días y ya con cierto conocimiento del tipo de pitcheo que va a enfrentar.

"Hice una buena preparación física durante la temporada muerta y ahora aquí estoy ajustando mi bateo para cuando comience la temporada", le dijo Olivera al colega Enrique Rojas en una entrevista la pasada semana.

"Me preocupo por la técnica y golpear la bola. Mientras más juegos pasen, más me adaptaré y las conexiones serán más sólidas. Me siento bien y le estoy dando bien a la pelota, después llegarán los extrabases", añadió en esa ocasión.

El muchacho es hijo de un pelotero de igual nombre, que en la década de los 80 fue uno de los bateadores más temidos en el béisbol cubano.

Héctor Olivera padre fue el primero en batear sobre la marca de .400 desde que se instauraron las series nacionales tras la eliminación del profesionalismo en la isla en 1962.

En 1980 promedió para .459 y fue por varios años el bateador designado de la entonces poderosa selección nacional, pues, a diferencia de su hijo, no era un buen defensor y su corpulencia lo hacía un hombre lento.

Al parecer, aquí se aplica el refrán de "hijo de gato, caza ratón", aunque en este caso el Junior es un pelotero mucho más completo.

Ahora sólo queda esperar el arranque de la temporada para saber de si los números de la primavera son un espejismo o si está listo Olivera para ser la nueva estrella cubana en las Grandes Ligas.

Comentarios

  1. Ese si llega seguro porque es de los pocos que queda de la vieja guardia. Felicidades chama.

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  3. Creo que Olivera va a lucir excelentemente.
    Miren esto:
    http://pelotacubanablog.com/2016/03/17/vladimir-gutierrez-impresiono-a-los-scouts/

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  4. Es bueno el muchacho y la va a quemar.

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  5. Excelente jugador , ya tendrán los adulones de Céspedes a otro oriental para cuidar más vacas y terneros

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  6. Saludos amigos. Nos place saber que los cubanos comienzan a escribir su nombre con la letra de siempre..la de oro en las Grandes Ligas, siempre lo fué antes del 59 y ahora la nueva generación va hacia ese camino de triunfos en la MLB.
    Hector Olivera siempre en Cuba fué una estrella desde los juveniles, estuvo un momento clasificado como el mejor pelotero cubano, ya que jugaba segunda base, primera,SS y alternaba de designado en Santiago de Cuba. Jugador noble y poco fanfarron, estoy seguro que se impondrá en la MLB, no podemos predecir que será la próxima estrella, pero si estoy seguro que se hará sentir con los Bravos.
    No olvidemos que otros también quieren y tienen que brillar para convencer como : Yasmari Tomás, Castillo,Sierra + Hinojosa ( ambos picher) Soler, Dariel Alvarez,Aledmy Diaz, Adonis Garcia, Bell, quizás si lo contratan a tiempo o los Gourriel.
    Hay otros veteranos que quieren resurgir como; Alexei Ramirez, Maya, Roenis Elias,Despaigne,etc.
    En resumen Cuba vive hoy en día sus mejores ( nuevos momentos) en las Grandes Ligas, porque a esos nuevos que quieren establecerse se les sumas las Superestrellas cubanas encabezada por Abreu, Cespedes, Puig, Chapman, Fernandez, Iglesias , Escobar,Kendry Morales , lo cual nos dá de pensar que en 2016 tendremos muy buenos momentos los aficionados cubanos al beisbol en la MLB.

    Cordiales saludos

    Maningo



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    Respuestas
    1. En el comentario sobre el padre, olvido decir que Hector Olivera debuto como lanzador y fue el unico en tirar un juego perfecto. Hector Olivera poseia unas condiciones naturales increibles para el beisbol, a tal punto que confeso por si mismo, que no le gustaba jugar ni le ponia enfasis a su entrenamiento, por las desmotivaciones consabidas en el beisbol cubano. Se desempeno como 5to bate en el equipo LAS VILLAS llamado "la trituradora" y fue en mi opinion personal, uno de los tres mejores bateadores que paso por la pelota cubana de todos los tiempos. Fue un caso similar a Luis G. Casanova, retirados ambos en la treintena en plena capacidad deportiva. Recuerdo a Olivera ya retirado, trabajando de obrero industrial en el central azucarero Marta Abreu en Cruces Cienfuegos. Pasaba cada manana y cada tarde frente al estadio de la localidad y juro por Dios, que nunca lo vi desviar su mirada hacia los ninos y jovenes que desarrollaban en su terreno sus pitencitos habituales y que por el contrario se deslumbraban boquiabiertos, viendo pasar ante ellos aquella gloria deportiva que fue Hector Olivera. Si su hijo brilla hoy en la gran carpa, lo estara haciendo por derecho propio y también por su padre, que se desarraigo bien temprano de su prosperidad incipiente y pudo ser, un grande entre grandes de aquella pelota.

      Leonel Torres
      Montreal, Canada

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