Recordando la pesadilla ante los Senadores de San Juan en 1993

Célebre derrota del equipo nacional cubano, el 1 de diciembre de 1993 en el Hiram Bithorn de Puerto Rico
Célebre derrota del equipo nacional cubano,
el 1 de diciembre de 1993 en el Hiram Bithorn de Puerto Rico
Por Jorge Morejón

Rays de Tampa Bay será el segundo equipo de Grandes Ligas que juegue en Cuba en medio siglo, luego de que lo hicieran los Orioles de Baltimore en 1999.


Sin embargo, esas no fueron las únicas ocasiones en que la entonces poderosa selección amateur cubana enfrentó a jugadores de Ligas Mayores.

En 1977 los cubanos efectuaron en Caracas una serie de cinco juegos contra una selección de profesionales venezolanos, entre los que se encontraban David Concepcion, Tony Armas, Luis Salazar, Baudilio Díaz y César Tovar.

Armas y Díaz eran entonces bisoños en el mejor béisbol del mundo, Salazar estaba por debutar y Tovar ya estaba retirado, mientras que Concepción brillaba como campocorto en la Gran Maquinaria Roja de Cincinnati.

Cuba pasó como una aplanadora por encima de los profesionales venezolanos, con triunfos por marcadores de 9-1, 6-0, 11-2, y 5-4, mientras los dueños de casa sólo lograron llevarse un triunfo 5-4.



Pasarían 16 años para que los cubanos volvieran a enfrentar a un equipo de gran calibre.

Cuba acababa de ganar el torneo de béisbol de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebraron en noviembre en la ciudad puertorriqueña de Ponce y aprovechando su presencia en la Isla del Encanto, se pactó un juego de exhibición ante los Senadores de San Juan, en ese momento líderes de la liga invernal profesional.

El 1 de diciembre saltaron las escuadras al terreno del estadio Hiram Bithorn, repleto de 20 mil espectadores.

Los cubanos contaban con sus habituales estrellas como Omar Linares, Antonio Pacheco, Orestes Kindelán y Lázaro Valle, entre otras, que hubieran sido fácilmente material de Grandes Ligas.



Acaparaban todos los títulos posibles de la Asociación Internacional de Béisbol Amateur y llevaban una cadena de 100 victorias consecutivas en eventos oficiales.

En las filas de los Senadores aparecían Carlos Baerga, Javy López, Carmelo Martinez, José Vidro, Ryan Thompson, Edgar Martínez y Carlos Delgado.

Entonces se usaba el bate de aluminio en los certámenes amateurs y se acordó para el partido de exhibición la utilización indistinta de ese o del de madera.

El derecho Lázaro Valle, de veloz recta y mortífero slider, fue el abridor por los visitantes, mientras que por los locales lo hizo Carlos Reyes, nacido en Miami de raíces cubanas.



Ambos serpentineros se enfrascaron en un duelo a ceros, hasta que en el inicio del sexto episodio, el intermedista Pacheco disparó un doblete y el antesalista Linares pegó jonrón ante el relevista Dave Telgheder.

En Cuba mencionar el nombre del boricua Javy López
 es como decir una mala palabra.
Getty Images
San Juan reaccionó en el cierre de ese mismo capítulo por hits consecutivos de Lee Tinsley y John Mabry. En esa última conexión, el jardinero derecho cubano Ermidelio Urrutia, padre del actual jugador de los Orioles Henry Urrutia, cometió costoso error que permitió la primera carrera de los boricuas.

Con otro sencillo, Baerga llevó a Mabry hasta tercera, desde donde anotó por wild pitch de Valle, para igualar la pizarra 2-2.

En el inicio de la novena Cuba volvió a la carga con hits seguidos de Lourdes Gourriel y Víctor Mesa ante el taponero de los Senadores, Shawn Holman.

Este intentó sorprender a Gourriel en tercera base y cometió un error que permitió su anotación, tercera de Cuba.

El zurdo Omar Ajete vino a cerrar el partido por los visitantes y tras retirar a Carmelo Martínez, recibió imparable al derecho de Ryan Thompson.

Le tocó el turno a Javy López, entonces prospecto de los Bravos de Atlanta, quien decidió escoger para ese turno un bate de aluminio, de mayor bote que los de madera.



HISTÓRICO BATAZO DE JAVY LÓPEZ ANTE CUBA 1993

Con un poderoso swing envió la pelota sobre las cercas del jardín izquierdo para dejar al campo a los cubanos con pizarra de 4-3 y desatar una de las celebraciones más recordadas en la larga historia del Hiram Bithorn.

A pesar de la derrota, los cubanos demostraron ser capaces de medirse de tú a tú con cualquier rival, por muy capacitados que fueran.

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