En mi mente se arreglaron muchas cosas


Por Elsa Ramos

Aunque sus números se voltearon abruptamente y no pudo aprovechar toda la oportunidad de vestirse de azul, para Yamichel Pérez Hernández militar este año en Industriales resultó una buena experiencia por lo que puede representarle en su futuro.

El zurdo de Taguasco protagonizó con los Gallos una de sus mejores campañas. Su balance de 6-1 lo ubicó entre los primeros diez en victorias y promedio de ganados y perdidos, trabajó en 59 y dos tercios de entradas, con 2.41 PCL (el decimoséptimo de la campaña) y excelente balance de 25 ponches y solo 12 boletos. Con la tropa de Javier Méndez, el espirituano abrió siete de sus ocho partidos lanzados, con una victoria y un revés en 35 y un tercio de entradas, en las que compiló para 4.33 PCL, 314 de bateo contrario, nueve ponches y 11 boletos.

Mas, fue en suma, un buen saldo en su regreso tras un paso intermitente por seis campañas, pues logró acumular 16 éxitos en tres series seguidas (48, 49 y 50), mientras apenas acumulaba cuatro en dos contiendas y a punto estuvo de decir adiós temprano al box.

Inmerso en los preparativos para la temporada 56, el zurdo calienta un brazo que comenzó a dejar atrás lastimaduras físicas y mentales e intenta consolidarse desde sus 26 años de edad y mayor responsabilidad en un staff de jóvenes.

“Estar en Industriales fue una experiencia muy productiva. Agradezco a Javier por haberme pedido como refuerzo, ya que puedo transmitirle a mi equipo cómo debemos tener la disposición durante las nueve entradas, que no podemos darnos por vencido, conducta que nuestro director nos ha inculcado, pero es otra experiencia en otro equipo.

“Los capitalinos se mantienen activos todo el juego y siempre están luchando y con la mente muy positiva, dando ánimo en el equipo, tanto a los que juegan como a los que están en el banco”.

De todas maneras la derrota vs. Ciego de Ávila fue aplastante.

No lo esperábamos. Cuba entera sabe que es un gran equipo jugando play off, simplemente no se pudo sacar provecho con corredores en base, no se bateó mucho, jugamos mal a la defensa, corrimos mal las bases.

Con lo mal que estuvo el pitcheo, ¿por qué no lanzaste?

No estuvo bien, pero tampoco mal, es que los bateadores avileños jugaron muy bien, a mí me estuvieron dejando para abrir el cuarto juego o salir de relevo, pero pasaron cosas dentro del equipo y se decidieron por su abridor oficial. Fíjate que yo calenté ocho veces y no pude salir.

Quizás porque no fueron iguales tus números.

Empecé muy bien los tres primeros partidos, después, como el entrenamiento no era igual, no era tan organizado como el de nosotros, me fue difícil adaptarme al grupo y me bajó un poco el ánimo, pues allá luchan más por los de ellos.

¿A qué atribuyes tu buen desempeño con los Gallos?

Me concentré en el trabajo que tenía que hacer ya que me había pasado dos años fuera. Ya no soy un niño y crecí gracias a los entrenadores que confiaron en mí, además tengo la ventaja de trabajar con Osmani González, él me entrena desde que era juvenil y me enseña muchas cosas. También puse de mi parte, es muy rico que las cosas te salgan bien para después dormir mejor en tu casa.

Según tus entrenadores, en ti decidió más la mente que el brazo.

Lo mejor fue que en cada salida no iba pensando en si me sentía o no me sentía algo en el brazo, simplemente me trepaba en el montículo a lanzar para home y así sentí que mi brazo se me recuperaba más rápido que años atrás. Cada inning que pasaba me sentía mejor, llegaba al séptimo y me sentía fresco, también tuve una buena preparación y le di el descanso necesario al brazo.

Pero en los dos años que estuviste fuera, ¿te lastimaste o no?

Tuve una lesión muy grave, pensé que nunca más podría lanzar porque se me inflamó el epicóndilo del codo izquierdo, pero siempre le dije a mis padres que regresaría. En mi mente se arreglaron muchas cosas, comencé a pensar diferente, pues un pitcher tiene que estar concentrado sabiendo que cada dedo que va a mover tiene que saber cómo hacerlo en cualquier situación de juego.

La cúspide de tu control fue aquel partido que completaste con solo 89 lances.

No te sé decir cómo se logró eso, solo traté de dar strike. También yo he estudiado mucho a los bateadores y eso ayuda a dominarlos. Esa vez estaba en una buena noche, aunque el control lo he mejorado haciendo muchos lanzamientos, dando mucho strikes.

¿Cómo ves a los Gallos para la próxima contienda?

Los que fuimos refuerzos podemos aportar las experiencias, conocimos a bateadores de diferentes equipos por el tiempo que estuvimos conviviendo con ellos y a eso hay que sacarle provecho. El año pasado nos faltó un poco más de confianza, era un equipo muy nuevo, pero tenemos que creernos que sí podemos y que lo que es un obstáculo que tenemos que superar y empezar a luchar hasta el final en cada partido.

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