José Iglesias disfruta su consagración en las Grandes Ligas


Por Luis E. Rangel

Tras su segunda temporada por encima de .300, y su primera invitación al Juego de las Estrellas le permiten a José Iglesias hablar con la seguridad de un consagrado, de un grandesliga a tiempo completo.

“La etapa de probarle algo a la gente ya pasó. Es cuestión ahora de salir a ganar, de que hagas lo que hagas individualmente si el equipo no gane, no se disfruta”, señaló el torpedero de los Tigres de Detroit, equipo que estuvo de visita en Marlins Park para el inicio de la campaña de 2016.

Atrás quedaron sus dudas con el madero y al parecer también sus problemas físicos. Iglesias es ahora parte primordial dentro del esquema de los bengalíes.

“Siempre ha tenido una buena capacidad defensiva, pero ahora está más consciente de sus disparos. Luce incluso mejor”, dijo el mánager Brad Ausmus.

Para Iglesias ha sido clave poder compartir con Omar Vizquel, actual coach de primera base de los Tigres y quien ganó 11 Guantes de Oro como campocorto.

“Omar es increíble, es un gran ser humano, con mucha energía dentro y fuera del terreno. Aprendo mucho de él. Estoy encantado de tenerlo como coach”, reveló el cubano.

Pendiente

Aunque Iglesias exhibió jugadas de brillo en 2015, las estadísticas modernas mostraron que Iglesias tuvo una campaña promedio en la defensiva. En ese sentido, ni siquiera apareció entre los tres candidatos para ganar el Guante de Oro en su liga.

El trofeo es una asignatura pendiente para cualquier pelotero, pero en especial los campocortos.

“Siempre está ahí [la posibilidad de ganarlo]. Todo el mundo quiere ganarlo, y más en esta posición. Le pedí prestado uno a Omar, y no me lo quiso dar”, dijo con una carcajada.

Para Ausmus, la distinción pudiera llegarle en algún momento a Iglesias, especialmente de mantener el foco que mostró durante los entrenamientos de primavera.

“Los peloteros con gran guante son aquellos que hacen que las jugadas difíciles parezcan de rutina. Él está ahora haciendo que las jugadas de rutina parezcan de rutina. Hemos trabajado con la forma en que mueve los pies y también lo colocamos un poco más atrás en su posición”, explicó.

Un sueño

Iglesias escapó de Cuba en Canadá, mientras la selección juvenil a la que pertenecía jugaba un torneo en ese país. Fue el último contacto que tuvo con el país donde nació.

El habanero de 26 años aseguró que le gustaría una vez más volver a vestir el uniforme nacional de la isla, especialmente tras los últimos sucesos que apuntan a un mayor acercamiento entre los dirigentes del país y Estados Unidos, y que pudieran permitir que se conformara un equipo “unido” de Cuba para el Clásico Mundial de 2017.

“Me encantaría volver a representar a mi país. Me gustaría mucho”, dijo Iglesias. “Vi el juego de los Rays en La Habana. Creo que es excelente para el béisbol cubano y la gente de la isla. Ojalá sigan pasando cosas buenas”.

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