Por Buster Olney
En medio de un partido de exhibición en Arizona, los Vigilantes de Texas intentaron una jugada para sorprender a Yasiel Puig en la segunda base, con éxito. Puig trotó de vuelta al dugout, cabizbajo, y no se fue hasta el final de la banca para arrinconarse emocionalmente y alejarse de sus compañeros de equipo.
Lo que Puig sí hizo fue ir directamente hacia Dave Roberts, puso su mano en el hombro del nuevo manager de los Dodgers de Los Angeles y le dijo, en pocas palabras: Esto fue culpa mía, y no volverá a ocurrir.
Dado todo lo que ha ocurrido en la carrera de Puig, con sus errores en el corrido de bases y en el fildeo y en el camerino, mezclados con su poder y su velocidad, nadie va a medir a Puig con un estándar imposible como el que él mismo se impuso en ese momento con Roberts. Pero esto fue una señal para aquellos alrededor suyo, entre otros, que Puig está claramente intentando evolucionar como jugador y como compañero. Ya ha establecido que quiere cambiar, y el tiempo dirá si todo esto es temporero y Puig va a volver a hacer las mismas cosas que molestaron a otros en el camerino, incluyendo a su ex manager Don Mattingly.
Puig lo está intentando, hablando con otros jugadores a su alrededor y pidiéndoles consejos para hacer mejor las cosas. Le tocó el corazón su primera reunión con Roberts, quien inicialmente le dijo esto: "Háblame de tu familia".
El segundo tema que Roberts trajo a la mesa con él, luego de la familia, fue el de la rendición de cuentas, y Roberts habló sobre como el manager tenía que rendirle cuentas a sus jugadores, y cómo los jugadores tenían que rendirle cuentas a sus compañeros. No pasó mucho tiempo después cuando un tiro pasó de la primera base en un partido de exhibición y Roberts vio a Puig fajándose para estar donde se supone que estuviese, fungiendo de respaldo en la jugada, interceptando al corredor para evitar que corriera más lejos en las bases.
Sus compañeros le han visto sumergirse en su preparación con el nuevo coach de bateo Turner Ward y enfocarse en sus turnos al bate temprano en la temporada en una forma que no se vio en el 2014 o 2015. Los lanzadores contrarios se aprovecharon de Puig en las pasadas dos temporadas al repetir el mismo patrón: Irse al frente en el conteo, y entonces hacer que buscara los lanzamientos fuera de la zona, lo que solía hacer una y otra vez. Para sus compañeros, era como ver a un hermano ignorando sus tareas de sacar la basura todos los días. Puig tuvo 94 apariciones en el plato en el 2015 en las que cayó en conteo de 1-2 (una bola, dos strikes), y posteriormente bateó .187 con tres boletos y tres extrabases, ponchandose en casi el 40 por ciento de sus turnos.
En el partido de apertura del lunes, Puig cayó en conteo de 1-2 en dos apariciones en el plato - y logró una base por bolas y atizó un triple. El martes, ocurrió lo mismo: un boleto y un triple luego de caer en conteo de 1-2. En los primeros dos juegos de la temporada 2016, Puig casi ha igualado su producción completa de boletos y extrabases en ese conteo en la totalidad de la temporada pasada.
Sus compañeros lo ven trabajando duro; ellos ven el esfuerzo; ellos ven el cambio. Habrá más pruebas en el futuro, para él y para ellos. Él tiene que asimilar el éxito inicial. Él tiene que saber manejar el fracaso. Él tiene que seguir llegando a tiempo al estadio, y seguir trabajando duro.
Pero es un comienzo, un buen comienzo. Yasiel Puig tuvo una gran primavera, según dijo su manager.
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