Por Rafael Rofes Pérez.
Todos los reflectores están posados en la inminente inserción del equipo cubano en la Liga Canadiense de béisbol. Pero al unísono casi todas las preselecciones provinciales engrasan su maquinaria para la edición 56 de la Serie Nacional que debe arrancar en agosto y los “fichajes” de jugadores de otros territorios comienzan a hacer acto de presencia una vez más, como si fuera una cuestión de moda este fenómeno, bienvenido para unos, reprochable para otros.
Tres peloteros reaparecen en el béisbol cubano con un equipo ajeno al de sus provincias, tras estar ausentes al menos en la pasada temporada. Para tratar de paliar la inexperiencia y juventud de un plantel como el de Artemisa, desde hace poco más de un mes entrenan en el estadio cabecera 26 de Julio los matanceros Lázaro Herrera Fernández y Yariel Duque Salgado, mientras que el jugador de cuadro de Metropolitanos y en los últimos años de Isla de la Juventud, Jhoyce Su Casella, se enroló en la primera vuelta de la Serie Provincial con el conjunto de Caimito.
Sorpresivo es el regreso del receptor Lázaro Herrera, quien fue separado de la pelota cubana a finales de 2014, tras un intento fallido de salida del país con su primo José Miguel Fernández, camarero de los Cocodrilos y de la selección nacional. Al parecer, el estratega Víctor Mesa no quiso contar con los servicios del máscara, por lo que Dany Valdespino, director de Artemisa, echó mano por sus habilidades.
La llegada de este jugador de 31 años a la novena de los Cazadores no es la solución a los problemas, ni nada por el estilo, pero sí es cierto que será una gran curita en una posición de las más sufridas y necesitadas en la escuadra de Valdespino, en la que todos los aspirantes son muy bisoños y la sabiduría del oriundo de Colón detrás de home será muy importante. Herrera es un atleta de 13 temporadas, mediocre a la defensa, pero con mayor prestancia con el madero, y así lo refleja su average de 288, sus casi 100 cuadrangulares (89), además de 175 dobles, 934 indiscutibles y por ciento de embasado de 36.5. Como se percibe, Lázaro la venidera campaña podría arribar en algunos departamentos a cifras redondas, pero eso depende de múltiples factores, pues su futuro equipo no es de los más ganadores en la liga cubana.
Ante necesidades que le urjan a los artemiseños en la primera base, también podrán contar con Herrera, capacitado para la defensa de esa posición. De igual manera, otro con virtudes de utility es Yariel Duque, con condiciones de jugar el jardín izquierdo, la intermedia, la antesala y la inicial, está última la que ha ocupado con mayor sistematicidad en sus últimas seis campañas. Es dueño de un promedio ofensivo de 294 en 10 contiendas, resaltando las Series 48 y 50, en las que acumuló 365 y 328, además de largar 13 y 15 bambinazos respectivamente, avales que lo ascendieron a la preselección nacional en aquellos años.
El menos calificado de los tres es el centrohabanero Su, jugador que se ha habilitado en casi todas las posiciones y de las nueve temporadas que registra, cinco han sido vistiendo la chamarreta de Metropolitanos y cuatro con la Isla de la Juventud. Nunca ha disparado un jonrón al máximo nivel en Cuba, promedia 253, con 26 tubeyes, 282 hits y su última serie fue la 53.
Los tres jugadores actualmente están fungiendo como refuerzos en la segunda vuelta de la pelota provincial en escuadras distintas. Es casi segura la presencia de Herrera y Duque en el equipo definitivo, mientras Su debe lucir bien en los encuentros que está jugando y en los topes de confrontación.
Tomado de BaseballdeCuba.
Tomado de BaseballdeCuba.
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