Uno de los peloteros más longevos de la pelota cubana dice adiós |
Por Ángel Freddy Pérez.
Uno de los deportistas de mejores resultados en la pelota cubana, y una de las personas más sencillas y respetuosas que ha pisado un diamante en Cuba, Ariel Borrero, se retira del béisbol activo, dejando una estela de simpatías entre los aficionados del país, que siempre supieron apreciar el valor de quien con justicia fue apodado como El Remolcador.
Líder en dobles en Series Nacionales y entre los primeros en jits, impulsadas, veces al bate y carreras anotadas, Borrero pone fin a su carrera a los 44 años de edad, lo cual lo convierte en uno de los peloteros más longevos que ha pasado por nuestro béisbol.
A escasos días del anuncio de su despedida, Granma conversó con el inicialista, quien nos relató pormenores de su vida atlética.
—Por tus resultados, tal vez algunos piensan que fuiste un pelotero de academia. ¿Qué le puedes decir a tus seguidores?
—Nada de academia. Intenté varias veces ingresar a la EIDE, y siempre fui vetado porque decían que era muy chiquito. Pero como me gustaba tanto la pelota, insistí y con 24 años, jugué la Provincial con Santo Domingo, de donde soy, y quedé líder en jits, dobles y jonrones. A la hora de hacer el elenco de la provincia, no estaba incluido inicialmente en el roster, pero al otro día hablé con Pedro Jova, que no había estado en la conformación, y le dije todo lo que yo había bateado, entonces él me dijo, si eso fue así tú estarás conmigo y de esa manera llegué a las series nacionales como jardinero derecho.
—¿Y cómo llegas a la titularidad en primera base?
—Cuando sale del equipo Jorge Luis Toca, Jova, que vio como yo bateaba, dijo, a este muchacho hay que buscarle un hueco, y así me hice la primera base titular.
—¿Cuántas veces te expulsaron de un terreno de pelota?
—Jamás. Los árbitros merecen respecto, aunque se equivoquen. A eso también contribuyó mi temperamento. Lo mío era concentrarme para hacer las cosas bien y una discusión lo que podía provocar era que me fuera del juego.
—¿Quién te puso “El Remolcador”?
—Fue el narrador José Luis Nápoles. Me lo puso un año en que impulsé 83 carreras. Luego, Roberto Jiménez, alias Micifú, el cargabates del equipo, se encargó de recordarlo cada vez que venía a batear: “Remolca remolcador”, me decía, y así se fue quedando el sobrenombre.
—¿Te gustaba venir en situaciones complejas del juego?
—Siempre me sentí mejor cuando había corredores en base, disfrutaba mucho cada vez que traía una carrera para el home.
—Eres el rey del doble en Cuba con 412. ¿Ese batazo sale o se busca?
—Todos los batazos salen. El que diga lo contrario miente. Lo que sucedió conmigo fue que como conectaba líneas muy fuertes, además de muchos batazos extraviados, salían también bastante tubeyes, por eso el récord.
—¿Algún lanzador a quien le conectabas con mayor facilidad?
—A varios le di con soltura y luego esos mismos pitcher me dominaban. Eso depende de cómo tengas el día.
— ¿Ídolo como pelotero?
—Siempre admiré a Pedro Jova por su manera de batear.
—¿Con qué director te sentiste más cómodo?
—Con Roger Machado. Sabe sacar el extra y transmitir confianza a sus atletas. Con él, el equipo es una familia.
—¿Qué significó jugar con Ciego de Ávila?
—Fue una tremenda experiencia. Allí me quisieron como un hijo. Agradezco a Roger y a las autoridades del Partido y el Gobierno de esa provincia por haberme dado la posibilidad de ser doble campeón con ellos, aunque el campeonato que más he disfrutado fue el que Villa Clara le ganó a Matanzas, por muchas razones.
—Piensas que por tus resultados pudiste haber tenido mayores oportunidades en el equipo Cuba.
—Yo creo que sí, pero los criterios de selección varían mucho. La temporada antes de hacer el equipo al Clásico Mundial conecté para 370 y no hice el grado y al otro año lo hice para 320 y entonces me llamaron.
—Hablando del Clásico, ¿qué recuerdos guardas de aquella competencia?
— Es lo más grande que me pasó en mi carrera deportiva. Allí demostré que lo mismo la daba en Cuba que en el nivel más alto del béisbol. Recuerdo las líneas que di a dos premios Cy Young, Bartolo Colón y Johan Santana. Antes de salir le dije a Yoandi Garlobo, prepárate que voy a batearle hoy a esta gente, y así fue.
—¿Qué le ha pasado a Villa Clara en los dos últimos años que no ha clasificado?
— No se ha logrado alinear pitcheo y bateo. Cuando uno está bien ha fallado el otro. Esa es la causa fundamental.
—¿Te gustaría dirigir ese equipo?
—Pudiera ser en el futuro, pero ahora no. Ayudaré este año como entrenador de bateo que es lo que mejor hago y después veremos.
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