Final a ciegas.

¿Estamos satisfechos con la Serie Nacional Sub-23?. Foto: Ricardo Lopez.

Por Aliet Arzola.

Cuando Jorge Luis Machado y Heriberto Rosales intercambiaron las alineaciones en el home, al inicio de la discusión del cetro en la Serie Nacional de béisbol Sub-23 entre Artemisa y Santiago de Cuba, se vieron las caras por primera vez luego de más de un mes y 36 partidos de disputa en el campeonato.




La razón es simple: el formato de la lid no contempla enfrentamientos entre las distintas regiones del país, por lo que cada equipo se mide solo a las otras tres selecciones de su grupo clasificatorio, y tiene conocimiento de lo que sucede en otras plazas por fríos números y, en el mejor de los casos, por alguna transmisión televisiva.

Este es, probablemente, uno de los puntos más negativos del certamen Sub-23, el cual, se supone, sea la antesala por excelencia de la Se­rie Nacional, el principal espectáculo deportivo del país. Ahora la lid bajó sus cortinas con el éxito de los indómitos en sus predios, premio a una contienda estable, sustentada en el desempeño de varios jugadores ya con experiencia en primera categoría.

No obstante, su consistente rendimiento bien pudo irse por la borda en la discusión del cetro, cuando se encontraron por primera vez con los Cazadores artemiseños sin la más mínima idea de sus fortalezas y de­bilidades.

“Entramos en una final a ciegas para ambos bandos, llegas y no sa­bes nada del rival, es como empezar a jugar de cero, lo hemos planteado desde que surgió el campeonato, pe­ro todavía no se ha encontrado una solución”, expresó a nuestro dia­rio Jorge Luis Machado, quien ha fungido como mentor de Artemisa en las tres campañas del torneo.




“Es imprescindible poder inte­rac­tuar con el resto de los grupos, ayudaría muchísimo al desarrollo de los jugadores. Existe la necesidad de ver otros peloteros, mientras más partidos se completen ante distintas no­venas, mayor será el margen de crecimiento de estos muchachos”, sentenció a Granma Heriberto Ro­sales, director de las Avispas.

“Enfrentamos a Artemisa y solo contamos con sus estadísticas, no los conocemos para saber cómo lanzarles y qué estrategias aplicar contra ellos. Este es un detalle muy trascendente, porque en el béisbol moderno no se sale a jugar a ciegas, eso es cosa del pasado, el estudio y la observación del rival se han vuelto cruciales en las aspiraciones de victoria”, añadió el mánager oriental.

Aquí están puestas las cartas so­bre la mesa, relatadas por protagonistas directos que conocen de primera mano los criterios e inquietudes de los peloteros. Me gustaría ju­gar en Oriente o quisiera tener la oportunidad de moverme más y co­nocer todos los rivales, son algunas de las ideas que los propios jugadores expresan, y esas preocupaciones guardan mucho sentido.

En la pasada 55 Serie Nacional, un total de 199 baluartes incluidos en las nóminas iniciales (32 hombres) tenían 23 años o menos, es decir, el 38,8 % de quienes tomaron la partida en el anterior clásico beisbolero sumaban muy pocas horas de vuelo en el exigente mundo de las bolas y los strikes.

Todos los equipos, excepto Ma­tanzas (cinco), reunieron al menos diez peloteros con ese rango de edad, quienes se enfrentaron a la cruenta realidad del campeonato, con largos viajes por carretera, po­cas horas de sueño en algunos casos y entrenamientos de mayor intensidad con menos descanso.




Por supuesto, cuando chocas, sin preparación, con esas exigencias, el torneo termina por pasarte la cuenta y jamás rinde el muchacho acorde con las expectativas de un certamen de primer nivel. Lo más preocupante del asunto es que el ciclo se repetirá en la venidera campaña, porque la cantidad de peloteros me­nores de 23 años que asumirán responsabilidades debe ser si­milar o, incluso, superior a temporadas an­teriores.

Entonces, ¿estamos satisfechos con el campeonato Sub-23 que te­nemos? ¿Nos hemos planteado se­riamente esta justa como antesala del más grande espectáculo deportivo de la nación? ¿Qué nivel de trascendencia le daremos en los próximos años? Con estas interrogantes cerramos, a la espera de los criterios de la máxima dirección del béisbol en Cuba.

Tomado de Granma.

Comentarios

  1. estoy de acuerdo con lo que dice con respecto a que los equipos no juegan todos contra todos, pero creo que eso seria mucho pedir si tenemos en cuenta que al mas alto nivel de la pelota cubana se le quitan equipos para que sean menos viajes y menos gastos, como vamos a pensar que se hara una serie sub 23 nacionalmente, seria lo ideal pero no lo creo posible al menos por ahora, ya es muy bueno que exista esta serie que la estaba pidiendo a gritos este beisbol, aboguemos porque se amplie con mas juegos y que se hagan 2 con 8 equipos topando entre ellos, esta ya seria un avance

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