Octavio “Cookie” Rojas: pelotero cubano estelar en las Mayores

Octavio es miembro de los Salones de la Fama de los Filis y de los Reales.

“Hay tres clases de peloteros: aquellos que hacen que las cosas pasen,
los que ven lo que pasa y los que se preguntan ¿Qué pasa?”.
Tom Lasorda.


Hace unos años cuando veía debutar al segunda base de los Medias Rojas de Boston, Dustin Pedroia, me venía a la mente alguien de fisionomía similar y que jugaba igual base. Me refiero a Octavio Víctor Rojas Rivas, a quien le llaman Cookie en los EEUU. No es que el habanero pareciera una galletica para ponerle ese apodo, sencillamente en el ámbito familiar cariñosamente le llamaban Cuqui, al parecer por ser de buen parecido. Pedroia mide 5 pies y 9 pulgadas, Rojas 5 y 10, así que una pulgada más. Otro gran camarero actualmente es el venezolano José Altuve, quien mide lo mismo que Pedroia, pero todos ellos se parecen en otra cosa, la excelencia de su juego defensiva y ofensivamente.


Octavio nació el 6 de marzo de 1939 en la Habana, hijo de padre médico que quiso que su hijo estudiara igualmente medicina, pero que siempre se orientó a jugar pelota, donde no le fue mal ni remotamente. Debutó con el equipo Cienfuegos en la temporada de 1957-58, pero como reserva. ¿Quieren saber quién era la segunda base regular de este equipo? El miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Brooks Robinson, que luego se convirtiera en probablemente el mejor antesalista defensivo de todos los tiempos en la MLB y que en esa temporada de la profesional cubana quedara como co-líder en jonrones con nueve. Así que Octavio pudo codearse con hombres como Robinson, Dick Gray, Tito Francona (padre de Terry Francona, actual manager de los Indios), Humberto Fernández, Rafael Noble y Panchón Herrera en esa primera temporada.
Octavio Rojas cuando jugaba con el Cienfuegos
Octavio Rojas cuando jugaba con el Cienfuegos
Sin embargo, Octavio ya había jugado pelota profesional organizada desde 1956. Con sólo 17 años había debutado con el equipo de West Palm Beach en la Liga del Estado de Florida (clase D), jugó 129 desafíos y logró promedio ofensivo de .275. En 1957 jugó con los Leñadores de Wasau de la Liga Septentrional (clase C), jugó 116 juegos y bateó para .262. En 1958 fue parte de los patirrojos de Savannah en la Liga SurAtlantica (clase A), 134 juegos y promedio de .254. Todos estos equipos afiliados al Cincinnati de la Liga Nacional.


En Cuba continuó con los Elefantes como reserva de cuadro. La segunda base regular de ese equipo la jugaba el matancero Osvaldo “Ossie” Álvarez en la temporada de 1958-59, la que vio un canje múltiple entre el Habana y el Cienfuegos un poco después de la primera mitad de campeonato. El Habana cedió al jardinero y bigleaguer Román Mejías y al novato matancero Leonardo Cárdenas al Cienfuegos a cambio del inicialista Panchón Herrera, del torpedero Humberto “Chico” Fernández y del jardinero Pedro Cardenal, hermano del también bigleaguer José Cardenal. Fue así que el torpedero Cárdenas y el camarero Octavio comenzaron a verse la cara con frecuencia defendiendo el segundo saco y haciendo una joven y bonita combinación.

Llegó la temporada de 1959 y esta vez el Cincinnati subió a Octavio a jugar con los Cubans en la Liga Internacional (AAA), donde igualmente jugaban otros compañeros de equipo en el Cienfuegos, como fueron el avileño Tony “Haitiano” González, el mencionado Leo Cárdenas, el pinareño Rogelio “Borrego” Álvarez y el lanzador marianense Raúl “Salivita” Sánchez. Octavio pudo jugar pero tenía un escollo, la presencia del venezolano Elio Chacón, hijo del cubano Pelayo Chacón, que fue designado como regular de la segunda base. La antesala era defendida por otro venezolano, Pompeyo Davalillo, mientras que a Cárdenas se le entregó la responsabilidad del campo corto. Así y todo, Octavio pudo jugar 99 partidos, con 318 veces al bate, 74 hits incluido 12 dobles 1 triple y 3 jonrones, y promedio ofensivo de . 233 en una temporada, en que los Cubans se coronaron campeones de la pequeña serie mundial. Recuerdo que Octavio era bateador de fuertes líneas, su bate al hacer swing se ponía de forma horizontal y haciendo casi un perfecto ángulo recto con el home. Octavio a veces sacaba la bola, pero él no era slugger realmente. Otra característica del habanero era que siempre usaba gafas, al parecer por miopía.

En 1959-60 volvió con los Elefantes, donde nuevamente tenía el escollo del bigleaguer Ossie Álvarez como regular del segundo saco. Realmente Ossie no era ese gran bateador. Sin embargo, en esa temporada, cuando el Cienfuegos ganó de calle el campeonato, el matancero bateó para .260 y Octavio para sólo .204. La diferencia fue que el habanero bateó 6 extrabases incluido 3 jonrones e impulsó 8 carreras, y el matancero sólo 4 extrabases, de ellos un jonrón, y 5 impulsadas. El equipo fue a la serie del Caribe en Panamá y arrasó en 6 juegos, no dejó nada para nadie. Allí Octavio mostró clase en las oportunidades que le dieron, se fue de 7-3 incluido jonrón y doble, con 3 remolcadas.


En la temporada de 1960 Octavio volvió a hacer combinación con Leo Cárdenas en los Cubans, equipo que no duró mucho en su sede de la Habana, la cual se movió a Jersey City para completar la temporada. En esta temporada bateó para .225 e impulsó 24 carreras. Este equipo quedó en quinto lugar, y con promedio de ganados y perdidos de .497.

La temporada de 1960-61 fue la última profesional en Cuba, a los americanos el gobierno de su país les prohibió jugar en este torneo, lo cual obligó a un campeonato con peloteros cubanos exclusivamente. El problema era que había equipos muy bien nutridos de criollos, como eran los casos del Cienfuegos y Almendares, y otros que necesitarían reforzarse para poder dar buen espectáculo.

Cienfuegos tenía un cátcher en decadencia pero con experiencia, hablo de Rafael “Son” Noble, y dos segundas bases, Ossie y Octavio. Finalmente Noble y Octavio pasaron a engrosar las filas del equipo Habana. Era la oportunidad perfecta para Octavio jugar como regular toda la temporada, y no la desperdició. Se coronó líder de los bateadores con promedio de .332 producto de 85 hits en 264 veces al bate, incluido 11 dobles, 3 triples y 2 jonrones, y 17 empujadas. Los que más se le acercaron en promedio ofensivo, distaban algo, Leo Cárdenas con .302 y su compañero Hilario “Sandy” Valdespino con .300. No obstante, Octavio vio como su anterior equipo, el Cienfuegos, se coronaba nuevamente campeón al vencer en el último y juego decisivo al Almendares.


En la temporada de 1961 jugó la segunda regular del Jersey City y su bateo ascendió a .265, disparó 25 dobles e impulsó 44 carreras. En ese momento Don Blasingame era el regular de la segunda de los Rojos de Cincinnati, quien bateó para .285 en 1962. No obstante, esta franquicia decidió probar a Octavio en el nivel superior en esa misma temporada de 1962. El martes 10 de abril de ese año fue su debut jugando su equipo en el Dodger Stadium. Uno de los héroes de la serie mundial de 1955, el zurdo Johnny Podres era el encargado de abrir ese juego. Octavio se fue en blanco pero logró un buen toque de sacrificio para que Cinci venciera a los Dodgers 6-4. Al otro día, el problema tenía a un hombre difícil de batear, el zurdo Sandy Koufax, donde Octavio no logró nada. No fue hasta el 19 de abril en el Crosley Field de Cincinnati que Octavio logró su primer hit y frente a los envíos del mismo Koufax. Su bateo no fue el mejor, por lo que fue enviado a jugar con los Vigilantes Dallas-Fort Worth de la Asociación Americana (clase AAA). Antes que finalizara la temporada Octavio regresó al Cinci.

Para la temporada de 1963, el Cinci canjeó a Octavio a los Filis a cambio del lanzador relevista Jim Owens. Nuevamente al habanero se le apareció un escollo, y cubano por cierto. En los Filis jugaba el ya experimentado infielder cubano Tony Taylor, quien era el regular de la segunda base en ese equipo, por lo que en 1963 Octavio jugó como reserva dentro de los Filis de Filadelfia.
Cookie Rojas con los Filis
Octavio Rojas con los Filis
El manager de los Filis en 1963 y en lo sucesivo era el otrora infielder Gene Mauch, quien, al parecer, se dio cuenta de las habilidades de Octavio para jugar otras bases y no solo la segunda. En la temporada de 1964 el habanero partió la bola en la Liga Nacional. Terminó la primera mitad de esa temporada sobre los .300, luego terminó con promedio de .291 en 104 juegos. Según relata Peter M. Gordon, el 19 de julio de ese año, Mauch utilizó en una ocasión a Octavio en el jardín central, luego lo movió al campo corto y finalizó el juego como receptor. Ese parecía un año grande para los Filis, pero no fue así, al final se les escapó el campeonato de la Liga Nacional por un juego de diferencia con los Cardenales de St Louis. En esa misma temporada, Octavio cubrió el campo corto de su equipo cuando el lanzador derecho Jim Bunning, conocido de la fanaticada cubana por haber jugado con el Marianao, lanzaba juego de cero hits, cero carreras. El habanero realizó un buen fildeo sobre una línea que iba por su territorio, pero según él mismo luego confesó, estaba nervioso y deseaba que ese juego terminara cuanto antes, no quería errar o echar a perder la faena de su compañero de equipo.


En 1965 Octavio jugó casi todas las posiciones, excepto la tercera y lanzar, y esta vez si fue el regular de la segunda almohadilla de los Filis. Su promedio ofensivo final fue de .303, hizo su primer equipo Todos Estrellas y estuvo entre los candidatos para el MVP de su liga. Al habanero no era fácil poncharlo, se fue en blanco 33 veces o sea un ponche cada 17.1 vez al bate. Su ofensiva en las siguientes temporadas con los Filis fue declinando. En 1966 bateó para .266, en 1967 para .259, en 1968 para .232 y en 1969 para .228. En la temporada de 1967 Octavio jugó todas las posiciones en su equipo y lanzó un escón como pitcher. Nunca más se subió a un montículo y su PCL permanece como 0.00. Octavio se hizo un especialista del toque de sacrificio y fue líder en ese departamento, con 16, en 1967. En 1968 el habanero fue el líder defensivo de todos los segundas bases en la Liga Nacional, su promedio fue de .987.

La caída ofensiva de Octavio, acoplado con la caída de los Filis, conllevó a su canje a los Cardenales de St Louis, equipo que tenía al dominicano Julián Javier como segunda regular. Si recuerdo bien, Javier fue el manager del equipo dominicano al campeonato mundial efectuado en la Habana en 1971. Entonces Javier aún jugaba para los Cardenales y aceptó la invitación para dirigir el equipo de su país. En solo 23 juegos Octavio bateó realmente poquísimo y por eso fue canjeado a los Reales de Kansas City a cambio del jardinero jardinero Fred Rico. Cuando casi todo el mundo daban a Octavio como pieza en desuso, resurgió jugando una pelota de maravillas en la Liga Americana. Terminó 1970 bateando para .269, en 1971 bateó sobre los .300 y nuevamente hizo el Todos Estrellas, se convertía así en el noveno pelotero que lograba jugar en partidos de las Estrellas militando en equipos de ambas ligas. De hecho jugó en esos partidos desde 1971 a 1974 ininterrumpidamente. Cuentan que en el partido de 1972, Octavio fue enviado a batear de emergente por el panameño Rod Carew con el receptor Carlton Fisk en primera por sencillo, y el habanero acto seguido desapareció la bola de jonrón. Un poco que en jarana, lo entrevistaron sobre el jonrón, a lo que respondió que cuando le iba dando la vuelta al cuadro, se dijo que solo le faltaban 630 para alcanzar a Hank Aaron.


Sus mejores años en su carrera Octavio los tuvo con los Reales, equipo que discutió por dos años consecutivos (1976 y 1977) el título de la Liga Americana con los Yankees. En las post temporadas de 1976 bateó para .333 e impulsó una carrera y en la de 1977 se fue con .250. Fue precisamente en 1977 el año que marcó su retiro del béisbol como pelotero activo. Los Cachorros le firmaron y le habían ofrecido lugar en el equipo para 1978, pero ya Octavio estaba decidido a abandonar el juego diario, en su lugar se dedicó a funciones de coach y cazatalento.
Cookie Rojas vistiendo franela de los Reales
Octavio Rojas vistiendo franela de los Reales
En esa carrera de 16 temporadas en las Mayores, bateó 1660 hits en 6309 veces al bate, incluido 254 dobles, 25 triples y 54 jonrones. Se ponchó 489 veces, lo que da una frecuencia de un ponche cada 13 veces al bate. Defensivamente participó en 953 dobles matanzas. Como segunda base su promedio defensivo fue de .984. Cinco veces discutió el título de MVP en su liga. Como dijeran los entendidos en el equipo de los Reales: “el cubano trajo experiencia, clase e inteligencia de Grandes Ligas a nuestro equipo”.


En 1988 los angelinos le nombraron manager de su equipo, que bajo su dirección ganó 75 y perdió 79 (.487), terminando cuarto de la división del Oeste de la Liga Americana. Octavio se convirtió así en el tercer manager cubano en las Mayores, sólo precedido por el reglano Miguel Ángel González y el oriental Preston Gómez. Realmente como manager no le fue bien, pues fue liberado de esa función poco antes que terminara la temporada. Así y todo, Octavio volvió a dirigir a los Marlins en un juego de la temporada de 1996, partido que logró ganar.

Como coach estuvo ejerciendo esta función en los Marlins en 1993, luego estuvo como coach de tercera de los Mets de 1997 a 2000, y participó en la serie mundial de 2000 entre los Mets y los Yankees, la que concluyó con victoria para los mulos de 4-1. Luego estuvo como coach de banco con los azulejos de Toronto en 2001 y 2002, y finalmente, en 2003, comentarista de béisbol en español para los Marlins.
cookie rojas
Octavio Rojas en su faena de comentarista de béisbol

En 2011 fue selecto al Salón de la Fama del Museo de Béisbol de la Herencia Hispana. Octavio es igualmente miembro de los Salones de la Fama de los Filis de Filadelfia y de los Reales de Kansas City.

En agosto de 2015 se informó que Octavio estaba hospitalizado, mayores detalles no se tienen, pero esperamos que su salud haya mejorado.

Como se ve aquí hay una estrella cubana, otra que ha brillado por su desempeño como pelotero, y que ha sabido realizar otras funciones, que bien merece y espera por el reconocimiento de su pueblo.

Bibliografía consultada

Baseball-reference.com

Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.

Gordon. Peter M. Cookie Rojas http://sabr.org/bioproj/person/0c6cd3b5

Martínez Marino. 2015. Deseamos pronta recuperación al legendario pelotero Octavio ‘Cookie’ Rojas. El Nuevo Herald, 1 agosto.http://www.elnuevoherald.com/deportes/beisbol/article29772679.html

Netherton Bob. 2011. 2011 Hall Of Legends Inductee: Cookie Rojas. I-70 Baseball.http://www.i70baseball.com/2011/11/22/2011-hall-of-legends-inductee-cookie-rojas-2/

Pérez J.F. OctavioVíctor “Cookie” Rojas Rivas. Juan F. Pérez Home Page.http://www.juanperez.com/baseball/rojas.html

Escrito por Esteban Romero, 10 junio de 2016

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