Tres cubanos a los que le será difícil revertir su descenso en el plato este año

Las respectivas campañas de Alexei Ramírez, Jorge Soler y Yasmani Grandal no parecen mejorar
Las respectivas campañas de Alexei Ramírez, Jorge Soler y Yasmani Grandal no parecen mejorar
Por Luis Álvaro Fernández.

En un trabajo anterior, escribí sobre los cubanos que pasaron aprietos en sus visitas al cajón de bateo durante la primera mitad de la temporada de Grandes Ligas, pero que podrían hacer los ajustes necesarios para, en la segunda parte de la campaña, levantar su rendimiento a los niveles acostumbrados.

Esta vez, el análisis tiene que ver con los bateadores del patio que muestran indicadores negativos y proyecciones que revelan pocas posibilidades de ser cambiadas antes de que culmine la etapa regular.


Alexei Ramírez: El potencial defensivo de Ramírez ya muestra una preocupante decadencia, con apenas un (-16) en Carreras Salvadas a la Defensiva, aunque aun así, su solvencia en las paradas cortas podría terminar mejor. Sin embargo, los dolores de cabeza para Ramírez están en lo preocupante que ha sido su baja producción en el plato, aspecto que podría costarle no ser de interés para ningún equipo en las próximas dos campañas.

Para Ramírez, en su primera temporada con la franela de los Padres de San Diego, está exhibiendo los peores numeritos de su carrera en las métricas más importantes al aporte ofensivo: WAR (-1.9); promedio de bateo (.241); porcentaje de embasado (.272); poder aislado (.082); slugging (.323); y porcentaje de embasado ponderado wOBA (.257).

Al ver su swing a pelotas fuera de la zona (35.8% sobre el 32.5% de 2015) estos bajos resultado no asombran a nadie. Dentro de la debacle, el único indicador interesante que ofrece Alexei es su porcentaje de batazos de línea (50.9%), su más alto de las últimas siete contiendas. Pero su porcentaje de ponches (13.4%) es el mayor desde 2010 (13.1%), en un momento que el pitcheo comienza a calentarse.

La batalla del pinareño no será fácil, sobre todo cuando tendrá que empezar a pegarle mejor a los sliders (.220), el cambio (.053) y las rectas (.239), en gran medida defendiendo los pitcheos en la zona de afuera, donde su promedio ha sido bajísimo .198 (106-21).


Yasmani Grandal: El enmascarado cubano de los Dodgers de los Ángeles tiene el poder en su contacto, pero ha estado bien lejos de ofrecer turnos al bate de calidad. Grandal ha botado 12 pelotas (11 de ellas en su propio estadio) y acumula 37 carreras producidas, pero el aumento en el desbalance de su disciplina en el plato da la idea de que el poder seguirá, pero no el tacto.

Su rendimiento fuera de Dodger Stadium preocupa (.129/.257/.200), mientras halar la pelota (41.4%, el mayor de su carrera) no le ha dado el más mínimo resultado. Grandal ha disminuido su golpeo de la bola fuera de la zona de strike al 57.0%, pero rebajando su contacto este año hasta 37.3%, el peor de su paso por las Mayores.

Su swing seguirá siendo compacto y de fortaleza, pero si no puede aumentar sus valores al poner la bola en juego ante envíos quebrados (.167 vs. cambio; .063 vs. slider; y .071 vs. curvas) su permanencia en la alineación no estará segura. Le queda la mitad de la campaña para invertir la ecuación.


Jorge Soler: El talentoso joven jardinero de los Cachorros, de apenas 24 años, cuenta con unas muñecas prodigiosas y un swing natural y contundente, pero la calidad que ha generado en sus turnos dista de lo que se esperaba.

Soler no ha conseguido restringir sus dificultades en el home, ni aumentar su poca paciencia, en varias ocasiones pensando en llevar la pelota muy lejos, cuando solo necesita ponerla en juego con esa potencia que ostenta.

Ante el pitcheo pegado, Soler ha salido relativamente mejor que hace un año (.254 por .236), pero la diferencia ha sido en que, esta temporada, ha fallado en 22 ocasiones con pitcheos afuera. Soler está en las manos de Joe Maddon, un mago en el arte de ayudar a figuras jóvenes, pero tendrá que trabajar duro.

Comentarios

Síguenos en Facebook