Aroldis Chapman es enorme pieza en las aspiraciones de Cubs.

Aroldis Chapman resulta ser como el broche de oro de los Cubs.
Foto: Web ScreenShot.

Por Manolo Hernández Douen.

Quizás los Cachorros de Chicago rebasen claramente las 100 victorias en su temporada de ensueño del 2016, pero las aspiraciones del equipo dirigido por Joe Maddon van mucho más allá de hilvanar una campaña extraordinaria. El objetivo es ganarlo todo, satisfacción que no ha disfrutado la popular franquicia desde el año 1908.

En un esfuerzo por armar uno de los mejores trabucos de su historia, el alto mando de los oseznos ha echado mano a todos sus recursos, dándole a Maddon un plantel compuesto tanto por talentosos jóvenes como de peloteros de altos quilates con amplia experiencia en el diamante.




La adquisición del rapidísimo cerrador cubano Aroldis Chapman resulta ser como el broche de oro de una cantidad de importantes refuerzos para la divisa de la Ciudad de los Vientos, que actualmente cabalga fácilmente a la cabeza del Centro de la Liga Nacional.

Obtenido de los Yankees de Nueva York el pasado 25 de julio por Rashed Crawford, Billy McKinney, Adam Warren y la promesa venezolana Gleyber Torres, Chapman le permite a Maddon tener un tremendo caballo al final de un cuerpo de relevo que ya era muy bueno.

"Realmente cambia por completo la filosofía de nuestro bullpen", elogió Maddon. "Puedo dirigir tanto el juego como a todos los integrantes del resto del cuerpo de relevo para que se sientan sobre los papeles de cada uno de una manera bien positiva. De paso es bien durable y eso le permite trabajar con frecuencia. Siempre he creído que una ancla al final del juego anima al resto del grupo.

Chapman's three-pitch inning

"Él te cambia el juego, hay ciertos tipos que te alteran la forma como te desenvuelves y cómo tu equipo es visto desde fuera", proclamó Maddon al referirse a la enorme pieza de su elenco de bomberos.

Ese grupo de apagafuegos de los Cachorros le permite al equipo maniatar a sus adversarios por un largo camino, aún en el supuesto negado de que los abridores trabajen corto, lo cual de por sí es bastante difícil dada la calidad de la rotación del conjunto azul marino.

"Tenemos unos cuantos tipos que son relevistas neutrales, es decir que pueden dominar tanto a zurdos como a derechos", analizó Maddon. "Así lo son [el dominicano] Pedro Strop, [el venezolano] Héctor Rondón, Travis Wood y C.J. Edwards, un joven de quien no se habla mucho, pero es igualmente de bueno. Cuando tienes brazos como ésos, le puedes dar días libres a los que lo necesiten, porque otros pueden tomar su lugar con una efectividad similar".




"Y con Chapman puedes jugar ocho innings, no tienes que preocuparte del noveno", acentuó Maddon. "Nos brinda una definición diferente. Por estar él allí [para el cierre] podemos usar relevistas muy buenos más temprano en el juego".

Las palabras de Maddon, en su segunda temporada como manager de los Cubs luego de cambiar el rostro de los Rays de Tampa Bay de una franquicia generalmente perdedora a otra bastante exitosa, encuentran eco en Rondón, que recibió con los brazos abiertos a Chapman aún a sabiendas de que su llegada le iba a privar de su bien ganado puesto como cerrador titular.

"Es una pieza muy importante para nosotros, muy poca gente hay como él en las Grandes Ligas", decretó Rondón. "Tenemos una meta este año que es ganar. Sé que tenemos buen bullpen. Estamos haciendo todo lo posible para llegar a esa meta.

"Lo más importante ahorita es para el equipo, no es por lo personal", destacó el venezolano que salvó 59 juegos para la novena de Chicago entre las temporadas del 2014 y el 2015. "Yo prefiero tenerlo especialmente a él de mi lado, que tenerlo en contra. Sé que vamos a tener más chance de ganar con él al lado de nosotros y estoy muy contento de que él esté aquí".

Si Maddon y Rondón están contentos con el zurdo de Holguín, Cuba, más lo está el relevista que ha tirado su recta a 105 millas por hora, más rápidamente que cualquier otro ser humano en la historia de la pelota.




"Todo bien, gracias a Dios hasta ahora he estado bien en el equipo", enfatizó Chapman, firmado originalmente por los Rojos de Cincinnati el 11 de enero del 2010. "Todo el mundo me ha tratado bien desde que llegué. Me siento bien a gusto aquí.

"Creo que este equipo está perfecto, todo el mundo en tremenda amistad, todo el mundo se lleva muy bien", expresó Chapman, de 28 años de edad y que en el 2016 pudiera salvar más de 30 juegos en una temporada por quinta vez. "Es un equipo joven que juega en conjunto, con deseo de ganar. Todos los relevistas son muy buenos, Cualquiera de nosotros puede lanzar en cualquier inning en cualquier situación. El equipo está para luchar".

A lo mejor alguien pudiera imaginarse que Chapman va a sentir mayor presión al trabajar con un equipo del cual todo el mundo espera mucho en el 2016, pero es importante recordar que el zurdo antillano viene de lanzar en La Gran Manzana, donde muchos ases se han derretido como la mantequilla al contacto de un cuchillo caliente.

"Todo es cuestión de acostumbrarse", dijo al respecto Chapman. "Por lo menos a mí me gusta jugar el béisbol, me gusta la presión del juego. A mí me gustó eso [en Nueva York]".

Una de las cosas que pudiera ayudar a Chapman en su intento por cooperar con la causa de los Cachorros es el hecho de que ya conoce la División Central del Viejo Circuito como la palma de la mano.

"Estuve en esta División como unos cinco años, la conozco un poco más", recordó el zurdo que estuvo en la postemporada con Cincinnati tanto en el 2010 como en el 2012.




Bajo las órdenes de Maddon, Chapman trabaja como si ya estuviera desde hace años en esa metrópoli del estado de Illinois.

"Está haciendo su trabajo, estoy seguro de que quiere hacer lo mejor para el equipo", comentó el relevista que debutó en la Gran Carpa con los Rojos el 31 de agosto del 2010. "Lo que tengo que hacer solamente es prepararme para estar listo para cuando él me llame".

Por cierto que la cuenta de Twitter de Chapman termina en 105 -un objetivo ya alcanzado- y la va a mantener de esa manera, en lugar de cambiarla a 106. Se sonríe cuando se le pregunta si alterarla va a ser uno de sus planes. "No, no, no, igual", simplificó el "Misil Cubano".

Lo que sí agradece Chapman, que cuando no tira la recta deja atónitos a sus rivales con una deslumbrante slider, es tener la salud para poder ejecutar los envíos más veloces de la historia.

Cuando otros ni siquiera sueñan con la relampagueante cifra de las 100 millas por hora, el zurdo de los Cubs la rebasa a cada rato.

"Gracias a Dios tengo el brazo saludable y fuerte y puedo estar ahora así en este momento", concluyó Chapman.

Tomado de MLB.

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