Mijaín sí, con supplés y «guachineo».

Mijaín López vuelve al olimpo en Rio 2016.
Foto: Revista Bohemia.
Por José Luis López.

Histórico e intocable Mijaín López. A puro desbalance y aprovechamiento de los fallos de sus cuatro rivales, el gladiador grecorromano de 130 kilogramos los puso a todos este lunes a «barrer el colchón» instalado en la Arena Carioca 2, para agenciarse su tercer título olímpico en la cita con sede en esta ciudad brasileña.

Los números hablan por sí solos sobre su excelente rúbrica. Marcó 16 puntos y no recibió ninguno. Como hacen los grandes, asfixió a sus oponentes, frenó todo intento de agarres complicados, y lo fundamental, nunca dio un paso hacia atrás. Siempre mantuvo el ritmo e impuso su físico, ese que logró equiparar con creces al intervenir en la Bundesliga alemana, en la cual debió mantener el peso, que como bien ha dicho, es su principal rival.




Mijaín venía con todo. Y no quería que se le escapara el sueño de igualar a ases del calibre de los boxeadores Teófilo Stevenson y Félix Savón, dueños de tres coronas en citas bajo los cinco aros.

En su debut, el ídolo de Herradura, de 34 años de edad, superó por 3-0 (2-0, 1-0) al estonio Heiki Nabi, su víctima en la final de Londres 2012. Y ahora, le repitió la dosis: con sus potentes halones, lo fue sofocando en el primer período; el árbitro apreció la pasividad y lo sancionó, enviándolo hasta la posición de cuatro puntos. Y ahí, nadie se le escapa al cubano, quien fortaleció su agarre y le aplicó un desbalance válido para dos puntos.

En el segundo período, Mijaín siguió buscando al rival, que apenas podía empujar. Así, llegó la segunda penalidad del europeo y el tercer punto del pinareño.

Luego venció por 4-0 (2-0, 2-0) al sueco Johan Magnus Euren, medallista de bronce en la cita londinense. A solo un minuto y 19 segundos de iniciarse el combate, el árbitro advirtió la falta de combatividad del europeo. Lo penalizó en cuatro puntos y ustedes vieron —o se imaginan— lo sucedido. Agarre de tronco, desbalance y par de puntos para Mijaín, quien con ese 2-0 favorable, se limitó a empujar a su rival y lo sacó de la zona de competencia, para marcar el tercer punto. El cuarto llegó automáticamente con la segunda penalidad de Euren, quien a falta de cinco segundos para el final del pleito, le estiró la mano a Mijaín y lo felicitó por adelantado.




Ya en el tercer combate, en semifinales, Mijaín vio sobre el colchón al ruso Evgeny Semenov, a quien había vencido en el Grand Prix de Madrid, el pasado mes. Ahora tampoco se le escapó y el triunfo fue por 3-0. Mucho ímpetu, ritmo potente y agotamiento del rival: al suelo, cuatro puntos y otro excelente movimiento para marcarle un desbalance de dos puntos. La tercera unidad llegó con una segunda penalidad para el europeo.

Así, la escena quedó lista para el combate final que, sin dudas, era algo así como una «jugada cantada» por todos los especialistas. Su oponente fue el turco Riza Kayaalp, el único que ha podido derrotarlo —por cierto, en dos ocasiones—, en los últimos nueve años. Por demás, esta era la revancha de las semifinales en Londres 2012, que devino éxito del pinareño.

Pero Mijaín solo necesitó 20 segundos para solventar el dilema. Consiguió un seguro agarre por debajo de las axilas de Riza, para aplicarle un enorme supplés con agarre de cabeza y brazos por arriba, que le tributaron cuatro puntos. Y acto seguido, lo sacó de la zona. Así, el primer período le favoreció 5-0.

En el segundo tiempo, el turco intentó virar el marcador. Pero Mijaín nunca retrocede. Siguió empujándolo con todo lo que tenía… y lo puso pasivo. El árbitro así lo apreció y le impuso a una segunda penalidad, para el sexto y último punto del combate. Un histórico éxito para el siempre afable Mijaín, quien bailó el guachineo para deleite de todos los presentes en la sala.




«Mi plan táctico contra él (Riza) era salir aguerrido y esperar por su error. Y cayó bien temprano. Vine muy bien preparado mentalmente y todo salió como esperábamos. Cumplí lo prometido de ganar la medalla de oro y me siento muy orgulloso de igualar a Savón y Stevenson. Y a mi mamá Leonor, díganle que busque otro clavo para ponerlo en la pared con esta medalla», comentó un rato después de finalizar el combate.

Con este tercer título olímpico, Mijaín igualó a otros seis famosos luchadores: los rusos Alexander Karelin, Alexander Medvev, Buvaisar Saitiev y Artur Taimazov, así como los suecos Carl Westergren e Ivar Johansson. En la rama femenina, igual cota han signado las japonesas Kaori Icho y Saori Yoshida.

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