Raisel Iglesias ahora es una valiosa pieza del bullpen de los Rojos

Raisel Iglesias tiene madera de grande.
Foto: Web ScreenShot.

Por Manolo Hernández Douen.

El cubano Raisel Iglesias es un lanzador tan talentoso que pudiera ser capaz de abrir con éxito de manera consistente en el Béisbol de Lujo, más o menos el mismo concepto que se tenía de su veloz paisano, el estelar cerrador Aroldis Chapman, cuando llegó a los Rojos de Cincinnati en el 2010.

El alto mando de la novena escarlata no ha descartado que algún día Iglesias, de 26 años de edad y nativo de Isla de la Juventud, Cuba, pueda ser vital para su rotación, pero por ahora este serpentinero firmado por la organización de Cincinnati el 27 de junio del 2014 por siete años y unos $27 millones se siente como pez en el agua en los roles de apagafuegos a los cuales se acostumbró a brillar en su patria y a nivel internacional.




Iglesias, que salvó su primer juego en la Gran Carpa al tirar un noveno episodio perfecto frente a los Cardenales de San Luis el martes reciente, tiene una envidiable efectividad de 0.65 desde que salió de la lista de los inhabilitados el 21 de junio. De hecho, ha trabajado dos o más entradas en varias ocasiones desde entonces.

Tal es el concepto que se tiene de él como abridor que fue el pitcher de cabecera de los Rojos al comenzar la actual temporada y tuvo registro de 1-1 y efectividad de 3.49 en cinco aperturas antes de ser colocado en la aurora de mayo en la lista de los inhabilitados por molestias en el hombro derecho.

"Sí, sí puede hacerlo [tener gran éxito como relevista], porque lo ha logrado a nivel internacional y también lo ha hecho en extremo bien en las Grandes Ligas", subrayó el dirigente de los Rojos, Bryan Price, sobre la habilidad de Iglesias como integrante de su cuerpo de relevo.

Price ha usado a Iglesias con guantes de seda desde que salió de la lista de los inhabilitados. De hecho, de acuerdo a su historial reciente, el cubano no ha trabajado en días consecutivos y a veces ha lanzado con dos jornadas de reposo de por medio.

"Hay días en los que simplemente sabemos que no estará disponible para lanzar, aunque se sienta bien, pero llegará el momento en el cual esos protocolos [creados por molestias en su hombro] puedan ser descartados y entonces lo pudiéramos usar al ciento por ciento de su capacidad en la medida en que lo consideremos necesario", indicó Price.




Esa faena reciente como taponero es un claro indicativo de que se acerca ese momento para Iglesias, que sobresalió en el Clásico Mundial del 2013, cuando era una promesa de la lomita en desarrollo.

"Creo que aporta otro integrante de calidad para nuestro cuerpo de relevo", elogió el manager de los Rojos. "Amplía el grupo del cual podemos extraer un brazo que nos asegure un juego en sus postrimerías.

Iglesias escapes trouble

"Lo interesante es que también ha lanzado muy bien como abridor a este nivel", agregó el otrora lanzador zurdo. "A la hora de definir lo que uno busca, bien sea un abridor, un relevista largo o corto, los momios son que uno pueda escoger primero al tipo que te brinde unas 200 ó mas entradas por temporada, pero el mantenerse saludable va a responder la pregunta de cuál pueda ser su rol ideal".

De hecho, Price ha ideado con los Rojos del 2016 una forma peculiar de usar su cuerpo de relevo al estilo antiguo, en el cual tiene un grupo de serpentineros del cual pueda seleccionar un candidato para trabajar si se necesita un brazo fresco del quinto episodio en adelante, sin necesariamente definir roles específicos para algunos.




Por otra parte, si usted le pregunta al joven de la Perla de las Antillas, le contestará que se siente capacitado para cualquier tipo de faena, pero si le dieran a escoger se quedaría de inmediato con el cuerpo de relevo.

"He vuelto a lo que siempre he sido yo, a trabajar como relevo, como cerrador", subrayó Iglesias, debutante en las Grandes Ligas el 12 de abril del 2015. "Ya me siento cómodo. Quiero seguir aquí. No tengo pensado volver a abrir más un juego de pelota. Voy a seguir aquí tranquilo en el bullpen".

En general, Iglesias se siente a gusto con la forma como le ha ido en su segunda temporada en el Béisbol de Lujo, pese a las molestias con su hombro que lo relegaron por un tiempo a la lista de los inhabilitados.

"Las cosas me están saliendo bien, gracias a Dios", manifestó Iglesias. "Ya lo del hombro ha sido superado. No he tenido más problemas con el brazo, desde que me reincorporé. Ahora lo que estoy haciendo es fortalecerme, para tratar de no lesionarme más.

El hecho de que no lance en días consecutivos tampoco le preocupa a Iglesias, porque sabe que los Rojos buscan lo mejor tanto para su cuerpo de relevo como para su longevidad como pelotero.

"El equipo ha estado haciendo ese tipo de situación conmigo", describió el derecho, que tiene una recta que puede tirar hasta más de 92 millas por hora, más una slider y un excelente cambio que ha desarrollado recientemente. "A veces descanso un día o dos, dependiendo de la situación. Si hace falta apoyar en un inning, estoy dispuesto y lo hago".




Un detalle peculiar del pitcheo de Iglesias es que cuando completa su envío pareciera una especie de Chapman a lo derecho, algo de lo cual puede darse cuenta un aficionado si lo ve lanzar en vivo o por televisión. 

"Es una cosa que tenemos nosotros los pitchers cubanos", informó Iglesias. "Caemos casi todos de frente. Es lo primero que nos enseñan ante cualquier ofensiva, cualquier roletazo, cualquier batazo arriba de uno. Es para tratar de que le dé el tiempo a uno de reaccionar rápido sobre la conexión".

Su corta experiencia en la pelota norteamericana le lleva, por cierto, a la conclusión que tenía en su mente antes de proponerse trabajar en los Estados Unidos: que la meca de la pelota es un parámetro bien exigente del apasionante mundo del diamante.

"Éste es el mejor nivel que hay en el béisbol", acentuó la promesa antillana convertida en realidad. "Todos los atletas del mundo quisieran entrenar, prepararse para estar aquí. Es lo tope, lo más alto que hay".

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