Por Buster Olney.
Los helicópteros pasaban por encima de su cabeza y la alegría llenaba el rostro de José Fernández, lo que significa que este momento fue era como la mayoría de los momentos en su vida, porque él se había acostumbrado a sacarle alegría - en el béisbol, en el pitcheo, en contar un cuento, en una conversación sobre sus primeros días luego de haberse ido de Cuba - en todo a su alrededor.
Era la tarde del 3 de julio, y Fernández y sus compañeros estaban en la línea de tercera base en Fort Bragg, Carolina del Norte, antes del partido en honor a los soldados apostados allí. Yo observé a José mirar los helicópteros pasando por encima de él, con su celular en su mano, con el que retrataba todo lo que estaba ocurriendo, y cuando las banderas se bajaron, él caminó hacia mí, mirando lo que acababa de capturar.
Fernández se había conmovido mucho con lo ocurrido ese día, parándose en los jardines y firmando autógrafo tras autógrafo. A medida que volvía al dugout justo antes del juego, Fernández notó que alguien desplegaba una bandera hacia él desde las gradas - una bandera de la 82ª División Aérea - y le pidió que se la autografiará, y él caminó hacia el dugout de los Marlins y logró que cada jugador, entrenador y hasta el manager Don Mattingly la firmara, desde Christian Yelich a Giancarlo Stanton.
Luego caminó hacia la línea de foul para escuchar el himno, y ver los helicópteros.
"¡Logré grabarlo todo!", gritó emocionado. Parecía que esa era la forma en que siempre hablaba sobre todo.
Él era un gran fanático del béisbol, como lo es cualquier jugador en el deporte, alguien que amaba ver lo que otros jugadores hacían, alguien que amaba ver a otros equipos. Fernández me dijo una vez que si no hubiese sido pelotero, habría seguido comoquiera el deporte muy de cerca, jugando béisbol de fantasía, porque todo lo que hacía, lo hacía con pasión.
Como alguien que tuvo problemas para aprender español en la Universidad, le pregunté, en la primavera de 2015, cómo fue que pudo aprender inglés tan bien luego de salir de Cuba, y se echó a reir y me contó una historia sobre sus problemas con el lenguaje. En sus clases en la secundaria, según contó José, su maestro le pedía a sus estudiantes que solo hablaran inglés en la clase, y él no reconocería su presencia en clase hasta que así lo hicieran. Pero un día Fernández tuvo muchas, muchas, muchas ganas de ir al baño, así que siguió repitiendo la palabra en español,: baño. Baño.
El maestro le seguía insistiendo que dijera la palabra en inglés.
"Baño", seguía diciendo.
En inglés, le insistía el maestro.
En medio de la desesperación y cuestionándose si el maestro realmente lo entendía, José hizo un gesto sobre la razón por la que necesitaba ir al baño. "Y me enviaron a la oficina del principal por eso", dijo riéndose.
Luego de terminar la historia, se fue a los jardines del complejo de entrenamiento primaveral de los Marlins para correr en la franja de advertencia. Fernández venía de una cirugía Tommy John y no podía esperar para lanzar de nuevo, pero todavía tenía mucho trabajo por delante para lograrlo. Los cielos del sur de la Florida se abrieron mientras él se estiraba, y los otros jugadores corrieron a guarecerse de la lluvia, al camerino, a la jaula de bateo.
Fernández se quedó corriendo en el terreno, con el lodo de la franja de advertencia manchando la parte trasera de su camiseta, y luego de un rato, salió del terreno, todo empapado, sonriendo y hablando de la experiencia.
Irradiaba la misma alegría que tenía cuando me mostró su video de los helicópteros.
"Tienes que poner eso en Twitter", le dije.
"Papi, yo no sé cómo hacer eso", me dijo.
"¿Y qué tal Facebook?", le pregunté.
"Yo no sé cómo hacer nada de eso", me respondió.
Yo le dije que si me enviaba el video por correo electrónico, me encargaría de publicarlo en las redes sociales por él.
Me pasó su teléfono. "Aquí tienes, hazlo", me dijo, y poco después, todo el mundo pudo ver, en ese momento, el José Fernández que sus compañeros y sus amigos conoces, un joven sonriente y muy feliz
Y ahora ese joven se nos ha ido.
Me duele mucho pero mucho ver terminada su vida cuando mas les hacia falta a todos en especial a su hijo por nacer, estoy compungido
ResponderBorrarNo hay una sola palabra que pueda expresar el dolor que siento ,jose fue el cubano que todos queremos ver , amigo , alegre , jodedor , super talentoso , familiar , jose fue la razon por la que muchos cubanos ivamos al estadio o miramos los marlins , esperando el dia que el lanzaba , todos sufrimos la cirugia y todos disfrutamos su retorno , duele ver partir un joven de tanto talento tan temprano , quizas muchos como yo sienten que un familiar partio , que alguien muy querido se nos fue , sin haber tenido ninguna relacion con el asi lo siento , que descanse en paz y quiera dios su familia pueda sobrepasar este dolor ,
ResponderBorrarDos dias muy tristes para mi,fuera del plano familiar,fueron el 4 de julio de 1974 y hoy 25 de septiembre del 2016.la primera fecha fue la desaparicion fisica por accidente automovilistico de Jose A Huelga estelar pichert espirituano y hoy amaneci con la terrible noticia de la irreparable perdida del ya super estrella y tambien pichert de las grandes ligas el villaclareno Jose Fernadez un joven de tan solo 24 anos comenzando a vivir que pierde su vida en un accidente maritimo,!!!!!!!!!!que dolor!!!!!!!!!!,han pasado 42 anos y todavia la ausencia del heroe de cartagena duele,como tambien va a doler por el resto de la vida la perdida de Jose fernandez siempre les recordaremos honor y gloria para estos dos magnificos atletas cubanos.
ResponderBorrarJOSE A HUELGA;14/31948-4/7/1974 EPD
JOSE FERNANDEZ:31/7/1992-25/9/2016 EPD
Duró muy duro de aceptar,un cubano 100%,un joven súper positivo,para q hablar
ResponderBorrarEn paz descanse. Jose Fernandez una estrella que ha ido del mar al cielo.
ResponderBorrarNUNCA NINGUNA MUERTE FUERA DE MI CÍRCULO FAMILIAR ME AFECTO TANTO CÓMO ESTÁ, QUE DIOS LO TENGA EN SU GLORIA.
ResponderBorrarNUNCA NINGUNA MUERTE FUERA DE MI CÍRCULO FAMILIAR ME AFECTO TANTO CÓMO ESTÁ, QUE DIOS LO TENGA EN SU GLORIA.
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