La Rosa: «Pestano fue mi ídolo y maestro».

Yulexis La Rosa aprendió del mejor receptor de su época, de Ariel Pestano.

Por Xiovery Hernandez.

El máscara Yulexis La Rosa, debutó con el Villa Clara de béisbol hace 16 años. El quemadense tenía muchos ídolos en la receptoría y tenía una presión adicional en su llegada al team naranja: ganarse un puesto regular en un equipo donde mandaba unos de sus grandes referentes, el máscara del Cuba, Ariel Pestano.



Pese a sus elegantes maneras defensivas en el home, La Rosa tuvo que conformarse en muchas ocasiones con la banca. De vez en cuando se convertía en una especie de «cerrador» en el plato. Concluía el partido, cuando Pestano ya había echo el resto. No obstante, su seguridad con los arreos le llevó al team nacional en varias ocasiones. La Rosa, tampoco se sentó a esperar su oportunidad, y junto a su ídolo, intentó lucir y aprender de sus mañas de «viejo» cazador. 

«Han sido muchos años observándolo, porque para nadie es un secreto que ha sido uno de los mejores receptores de Cuba. Todos estos años a su lado me han servido para ser hoy quien soy, para jugar al béisbol como lo juego. Ha sido un ejemplo a seguir y para muchos más, tanto dentro como fuera del país», declara el quemadense a Vanguardia, a propósito del retiro de su otrora coequipero.

Muchos pensarían que por estar tanto tiempo y juventud a la sombra de Pestano en el equipo provincial y nacional, La Rosa tendría sus reparos para con el número 13. Nada más alejado de la realidad. La Rosa aceptó su papel en esta historia, y confiesa que tendrá mucho que agradecerle. Lo llama como se llaman a los amigos, por su nombre de pila.




«Ariel para mí, además de un ídolo ha sido un maestro. Escuchar su forma de ver la pelota, su forma de entregarse en el terreno, creo que me sirvió de mucho para mí carrera. Pero nada, todo lo que empieza termina, le llegó ahora el retiro, como me va a llegar a mí. Creo que debe despedirse muy satisfecho de su carrera, porque se va con muchos admiradores. Fue un gran líder, un gran conductor del juego. Le deseo lo mejor en sus planes futuros, sinceramente», concluye. Antes, lo había estrechado en un abrazo. Caibarién era testigo.

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