Norge Luis Vera: "Malleta me conectó en ocasiones, pero el más difícil era Antonio Scull"

El estelar Norge Luis Vera confiesa que los zurdos eran su debilidad
El estelar Norge Luis Vera confiesa que los zurdos eran su debilidad
Por René Javier Domínguez Morales.

Ningún lanzador cubano fue más dominante en el Nuevo Milenio que el derecho santiaguero Norge Luis Vera. Astucia, control fino, velocidad apropiada, slider devastador e infinitos ángulos de salida, marcaban cada una de sus aperturas. En partidos de postemporada era casi perfecto. Con las heroicas Avispas santiagueras se coronó en seis ocasiones campeón de Cuba y con la selección nacional alcanzó todos los títulos posibles (Mundiales, Olimpiadas, Panamericanos y Centroamericanos).


En mi memoria está todavía muy claro aquel sexto partido de la final ante Industriales en 1999. El Latino tenía las tarimas preparadas para que Van Van y FG amenizaran la celebración. Los Azules tenían la ventaja de 3-2 en la serie, pero un Vera intransitable iniciaba una memorable remontada. Tiró completo y nueve entradas fueron pocas para completar una blanqueada inolvidable. El marcador 1×0 cambió el curso del destino y Santiago convirtió la utopía en realidad.

Ha llovido mucho desde entonces pero también hubo espacio para otros relámpagos icónicos: el relevo contra los Orioles en el Camden Yards de Baltimore, el no hit-no run ante el Habana, la actuación vs EE.UU. en la discusión del oro de los Panamericanos de Santo Domingo-2003, la victoria en la final Olímpica de Atenas-2004 y el gran performance con sabor a despedida en el Clásico de 2009.

El tiempo, aunque despacio, ha transcurrido y amenazó con descarrilarlo para siempre cuando un accidente automovilístico puso en peligro su vida. La suerte y el destino, de una manera u otra, le tienden la mano a los valientes y evitaron una irreparable pérdida. Sus caderas conservan aún las huellas del infortunio pero su pasión por el béisbol lo ha devuelto a los terrenos como entrenador de Santiago de Cuba en la actual temporada.

-¿Cómo llegas al colectivo técnico de Santiago para esta temporada?

-Al designarse a Reutilio Hurtado como nuevo mánager del equipo se me propone esta posibilidad y yo la acepté gustosamente. Antes me desempeñaba como entrenador de lanzadores en la Academia Provincial.

-¿Qué perspectivas le distingues al pitcheo santiaguero y cuáles son las estrategias para desarrollarlo?

-Nuestros lanzadores son bastante jóvenes, necesitan adquirir experiencia pero se aprecian condiciones. Estamos haciendo énfasis en la adquisición del control. Esa es la principal herramienta que debe dominar un lanzador para ser exitoso. Tenemos el caso del zurdo Ulfrido García, que es nuestra principal promesa, pero con lagunas en el control. Esperamos que pueda superarlas con un adecuado trabajo y dedicación en el bullpen.


-Lamentablemente, en el último lustro, el béisbol en Santiago ha sufrido un notable descenso, ¿a qué le atribuyes eso?

-Son varios los factores que van desde un deficiente trabajo en la base, el éxodo de atletas y la atención al hombre. El béisbol requiere de muchos poquitos y la mentalidad de los muchachos de ahora no es la misma que cuando yo comencé en la Serie Nacional. El estímulo material es importante. Por otra parte, las Series Provinciales disponen de escasos recursos (bates, pelotas, indumentaria, etc). Eso hace falta para desarrollar peloteros.

-Al mirar la pizarra del Latino me doy cuenta que se miden Industriales y Santiago porque las gradas apenas están pobladas. Parece un “Clásico” olvidado que desentierra las tristezas. ¿Qué recuerdos te traen estos choques?

-El más grande de todos. En aquellos tiempos se paralizaba el país para seguir cada inning. Discutimos tres finales contra Industriales que son inolvidables. Me quedo con la del 99 por la gran proeza que hicimos. Caímos en la de 2006 y nos desquitamos al año siguiente. Era la rivalidad más grande de esta pelota. Duele ver las gradas sin aliento…



-A propósito de la final de 1999, ¿qué representó aquella histórica blanqueada en el sexto partido para igualar la serie?

-Es sin pensarlo dos veces el partido más importante que lanzara en las Series Nacionales. Fue mi momento más grande en la pelota. Ver a tanta gente gritándome al mismo tiempo, me hizo más fuerte y ayudó a lanzar mejor. No hay palabras para describir lo que sentí cuando dominé a Scull y saqué el último out. Cuando ganamos al día siguiente, con otra gran actuación de Ormari Romero, experimentamos una alegría única. Ese fue mi primer título nacional y me abrió las puertas al equipo nacional. Además vencer a Industriales en su propia casa significa muchísimo. En Santiago nos recibieron como héroes.

-A mi juicio estás entre los cinco lanzadores más grandes de las Series Nacionales, ¿cuáles fueron tus claves del éxito?

-El control, sin él no hubiera sido nadie. Aprendí a lanzar en conteo y hacia donde yo quería. Si me daban un batazo era con la bola que quería. La adecuada localización de los envíos es la principal herramienta de un lanzador. Al principio ponchaba bastante, ya después me preocupaba más por sacar outs…


-Todo gran lanzador tiene un verdugo a la ofensiva, ¿quién te castigaba más con el madero?

-A veces los zurdos me pegaban. Malleta me conectó en ocasiones, pero el más difícil de todos era Antonio Scull. Me maltrataba, no había forma de dominarlo. En el Guillermón y en el Latino me dio jonrones. Ese fue mi gran rival con el madero…

-¿En qué espejo te mirabas cuando comenzaste en el béisbol?

-Quería ser como Braudilio Vinent, un grande de mi tierra. Ese fue mi ídolo. Admiraba su paciencia en el box y lo intimidante que era. Tuve la suerte de tenerlo como entrenador en una parte de mi carrera y también me ayudó mucho.

-¿Alguna vez pensaste jugar en Grandes Ligas?

–Nunca me pasó por la mente. Mi sueño eran Santiago y el equipo nacional. Aunque tuve la oportunidad de lanzar en el II Clásico y enfrentarme a jugadores de ese nivel. Al igual que cuando relevé contra los Orioles en Baltimore.

-Ese partido en Baltimore fue cautivador. Te tocó relevar a José Ariel Contreras después de la inoportuna lluvia, ¿cómo asumiste ese reto?

-Se me había dicho que sería el primer relevo. Estaba listo y tranquilo en el bullpen. Contreras no empezó bien y después la lluvia lo sacó de pitcheo. Vine a hacer mi trabajo. Traté de mantenerme bajo y combinativo. Esas fueron mis armas para dominar a los Orioles.


ACTUACIÓN EN 17 SERIES NACIONALES
G: 176
P: 68
PROM: .721
ERA: 2.69
LECHADAS: 37
K: 1271
AVE OP: .248
Juegos Completos: 117
Vera en Postemporada
15 Play-Offs
33-12, 2.80; 3 Lechadas; WHIP: 1.13; K-9: 5.6; BB-9: 2.2; H-9: 8.0
(Estadísticas: Yirsandy Rodríguez)

Tomado de Cubadebate 

Comentarios

  1. Uno de los tres mejores pitchers de los últimos años, en mi opinión más seguro que Lazo. Malo que no se probó en la grande y hoy no tiene nadita. Solo se acordarán de él una vez cada dos o tres años cuando a alguien le dé por mencionarlo en un artículo . Es triste. Ah, y en cuanto a quien le bateo más el menciona a Mayeta y a Scull. Parece que ya se le olvidó Yorkis la Rosa.

    ResponderBorrar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  4. Norge tiene razón, los zurdos le daban con frecuencia. Yorquis La Rosa de VC le decidió juego importante en un play off con jonrón. Fue sin dudas uno de los grandes, muy combinativos ciertamente.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Formulario de comentarios

Síguenos en Facebook